¡Ay, Dios mío, qué vaina! La polémica alrededor de las vacunas de Pfizer sigue dando vueltas como trompo, ahora con historias de miocarditis que han encendido todas las alarmas. Resulta que Pfizer sacó a relucir unos estudios para tratar de calmar aguas revolviendo, pero ¿será que realmente nos están diciendo la verdad, mae?
La cosa es así: Pfizer reconoce que la miocarditis puede pasar después de la vacuna, especialmente en muchachos jóvenes y después de la segunda dosis. Pero rápidamente salen a defenderse diciendo que es rarísimo y que, si pasa, la mayoría se recuperan rapidito. Según ellos, la infección por COVID es muchísimo peor para el corazón que la vacuna, casi como decirnos 'agarrénsela suave'. Pero claro, ahí es donde empieza el rollo.
Estos estudios hablan de Francia, Inglaterra, hasta Australia... todos dicen cosas parecidas: la gente que se puso la vacuna y tuvo problemas de corazón se recuperó mejor que si hubiera agarrado COVID. Suena bien, ¿verdad? Pero vamos a ser honestos, siempre hay letra chica. Y en este caso, parece que la letra chica incluye el hecho de que muchos de esos estudios fueron financiados por… bueno, por Pfizer mismo. ¿Coincidencia? No sé ustedes qué piensan.
Y ni hablar de la influencia política, porque resulta que Donaldo Trump anda echándole salsa al asunto, sembrando dudas y criticando las vacunas. Eso, obviamente, no ayuda a calmar la bronca. Aunque te digo, los políticos siempre tienen algo que decir, ¿quién necesita saber su opinión de todas formas?
Aquí en Costa Rica, como buenos ticos, confiamos en nuestras autoridades sanitarias y en el CCSS. Nos vacunamos como alma que lleva el diablo, tratando de protegernos del bichillo. Y gracias a eso, hemos logrado evitar muchas calamidades, como pico y pala. Pero tampoco somos ingenuos, sabemos que nada es perfecto y que las vacunas pueden tener efectos secundarios. Ese es el brete, encontrarle la vuelta sin caer en pánico.
El Dr. Chris Boshoff, el científico de Pfizer, dice estar atento a cualquier señal de alerta. Eso suena prometedor, ¿no? Pero también me da la sensación de que están tratando de tapar el sol con la mano, consciente que mucha gente ya está picada con la información y buscando excusas para no vacunarse. Ojo, yo no estoy diciendo que debamos salir corriendo a quitar la mascarilla, pero sí creo que debemos mantener ojo avizor y analizar la información con cabeza fría.
Y hablando de números, los estudios dicen que el riesgo de miocarditis es 42 veces menor con la vacuna que con la propia enfermedad. ¡Eso es una diferencia abismal, compa! Pero, ¿de dónde vienen esos números? ¿Son reales, transparentes, o simplemente están inflándose para convencer a la gente? Ahí está la interrogante, y ahí radica la necesidad de seguir investigando y debatiendo el tema.
Bueno, pues dime, ¿qué piensas tú? Con tanta información dando vueltas, ¿sigues confiando en las vacunas de Pfizer, o crees que hay algo raro detrás de todo este lío? Déjanos tu comentario en el foro y cuéntanos tu experiencia, ¡queremos escuchar tu opinión!
La cosa es así: Pfizer reconoce que la miocarditis puede pasar después de la vacuna, especialmente en muchachos jóvenes y después de la segunda dosis. Pero rápidamente salen a defenderse diciendo que es rarísimo y que, si pasa, la mayoría se recuperan rapidito. Según ellos, la infección por COVID es muchísimo peor para el corazón que la vacuna, casi como decirnos 'agarrénsela suave'. Pero claro, ahí es donde empieza el rollo.
Estos estudios hablan de Francia, Inglaterra, hasta Australia... todos dicen cosas parecidas: la gente que se puso la vacuna y tuvo problemas de corazón se recuperó mejor que si hubiera agarrado COVID. Suena bien, ¿verdad? Pero vamos a ser honestos, siempre hay letra chica. Y en este caso, parece que la letra chica incluye el hecho de que muchos de esos estudios fueron financiados por… bueno, por Pfizer mismo. ¿Coincidencia? No sé ustedes qué piensan.
Y ni hablar de la influencia política, porque resulta que Donaldo Trump anda echándole salsa al asunto, sembrando dudas y criticando las vacunas. Eso, obviamente, no ayuda a calmar la bronca. Aunque te digo, los políticos siempre tienen algo que decir, ¿quién necesita saber su opinión de todas formas?
Aquí en Costa Rica, como buenos ticos, confiamos en nuestras autoridades sanitarias y en el CCSS. Nos vacunamos como alma que lleva el diablo, tratando de protegernos del bichillo. Y gracias a eso, hemos logrado evitar muchas calamidades, como pico y pala. Pero tampoco somos ingenuos, sabemos que nada es perfecto y que las vacunas pueden tener efectos secundarios. Ese es el brete, encontrarle la vuelta sin caer en pánico.
El Dr. Chris Boshoff, el científico de Pfizer, dice estar atento a cualquier señal de alerta. Eso suena prometedor, ¿no? Pero también me da la sensación de que están tratando de tapar el sol con la mano, consciente que mucha gente ya está picada con la información y buscando excusas para no vacunarse. Ojo, yo no estoy diciendo que debamos salir corriendo a quitar la mascarilla, pero sí creo que debemos mantener ojo avizor y analizar la información con cabeza fría.
Y hablando de números, los estudios dicen que el riesgo de miocarditis es 42 veces menor con la vacuna que con la propia enfermedad. ¡Eso es una diferencia abismal, compa! Pero, ¿de dónde vienen esos números? ¿Son reales, transparentes, o simplemente están inflándose para convencer a la gente? Ahí está la interrogante, y ahí radica la necesidad de seguir investigando y debatiendo el tema.
Bueno, pues dime, ¿qué piensas tú? Con tanta información dando vueltas, ¿sigues confiando en las vacunas de Pfizer, o crees que hay algo raro detrás de todo este lío? Déjanos tu comentario en el foro y cuéntanos tu experiencia, ¡queremos escuchar tu opinión!
