¡Ay, Dios mío! Otra vez la misma película. Anoche Montes de Oca amaneció con las calles convertidas en ríos, dejando a decenas de familias lidiando con el agua hasta las rodillas y montones de chinchorro. Se armó un tremendo fajón, mae, y ahora los vecinos están que echan humo porque dicen que esto se repetirá si no hacen algo pronto.
Según el alcalde Domingo Argüello, entre 25 y 30 personas resultaron afectadas en el cantón, siendo el sector de Barrio Dent el más golpeado, especialmente en la famosa Calle 39. Pero los vecinos aseguran que la cifra oficial es mucho menor a la realidad; muchos prefieren no reportarse para evitar trámites engorrosos y aguardan valientemente el próximo chaparrón. Como siempre, la burocracia va más lenta que tortuga en brea.
De acuerdo con los testimonios de los residentes, este fue el peor episodio de inundación que han vivido en años. Algunos contaron que el agua superó los dos metros de altura en algunos puntos, incluso desbordándose sobre tapias que parecían inexpugnables. Imagínate la escena: barro hasta la cintura, muebles arrastrados, y gente tratando de salvar lo poco que tenía. ¡Un panorama deprimente!
Lo más angustiante fue ver a algunos adultos mayores luchando contra la corriente, atrapados en sus viviendas. Afortunadamente, cuadrillas de Bomberos y voluntarios lograron rescatar a varias personas, incluyendo a una señora en Sabanilla cuya casa quedó completamente sumergida. Me cuentan que tuvieron que usar lanchas para moverse por las calles, ¡parecía Venecia pero con barro y desesperación!
Y ni hablar del daño a las propiedades... Madres de familia llorando viendo cómo sus cosas se iban al río. Restos de electrodomésticos, muebles rotos, ropa barajada… Una verdadera calamidad. De hecho, CR Hoy estuvo ahí mismo, en la Calle 39, documentando el caos y hablando con los afectados. Los rostros eran de resignación mezclada con rabia contenida.
El alcalde, aunque visiblemente preocupado, insiste en que se necesita una solución integral para mejorar el sistema de drenaje del cantón. Ha hecho un llamado a todas las instituciones gubernamentales a colaborar en este esfuerzo, pero la verdad es que las promesas suelen ser música para los oídos de los políticos y luego nadie hace nada concreto. Se necesita compromiso real, no discursos vacíos.
Además, el alcalde aprovechó la oportunidad para recordar a los ciudadanos la importancia de no arrojar basura a los ríos y quebradas, ya que esto agrava significativamente el problema durante las lluvias. ¡Qué razón tiene! Porque cuando llueve, toda esa basura acumulada baja a raudales, obstruyendo desagües y provocando inundaciones aún peores. Parece que todavía hay mucha educación ambiental pendiente por hacer, diay.
Ahora bien, ¿qué hacemos nosotros, la gente de a pie, ante esta situación recurrente? ¿Es suficiente con esperar que el gobierno tome cartas en el asunto, o debemos exigir medidas más contundentes? ¿Qué tipo de soluciones consideran que serían más efectivas para prevenir futuras inundaciones en Montes de Oca?
Según el alcalde Domingo Argüello, entre 25 y 30 personas resultaron afectadas en el cantón, siendo el sector de Barrio Dent el más golpeado, especialmente en la famosa Calle 39. Pero los vecinos aseguran que la cifra oficial es mucho menor a la realidad; muchos prefieren no reportarse para evitar trámites engorrosos y aguardan valientemente el próximo chaparrón. Como siempre, la burocracia va más lenta que tortuga en brea.
De acuerdo con los testimonios de los residentes, este fue el peor episodio de inundación que han vivido en años. Algunos contaron que el agua superó los dos metros de altura en algunos puntos, incluso desbordándose sobre tapias que parecían inexpugnables. Imagínate la escena: barro hasta la cintura, muebles arrastrados, y gente tratando de salvar lo poco que tenía. ¡Un panorama deprimente!
Lo más angustiante fue ver a algunos adultos mayores luchando contra la corriente, atrapados en sus viviendas. Afortunadamente, cuadrillas de Bomberos y voluntarios lograron rescatar a varias personas, incluyendo a una señora en Sabanilla cuya casa quedó completamente sumergida. Me cuentan que tuvieron que usar lanchas para moverse por las calles, ¡parecía Venecia pero con barro y desesperación!
Y ni hablar del daño a las propiedades... Madres de familia llorando viendo cómo sus cosas se iban al río. Restos de electrodomésticos, muebles rotos, ropa barajada… Una verdadera calamidad. De hecho, CR Hoy estuvo ahí mismo, en la Calle 39, documentando el caos y hablando con los afectados. Los rostros eran de resignación mezclada con rabia contenida.
El alcalde, aunque visiblemente preocupado, insiste en que se necesita una solución integral para mejorar el sistema de drenaje del cantón. Ha hecho un llamado a todas las instituciones gubernamentales a colaborar en este esfuerzo, pero la verdad es que las promesas suelen ser música para los oídos de los políticos y luego nadie hace nada concreto. Se necesita compromiso real, no discursos vacíos.
Además, el alcalde aprovechó la oportunidad para recordar a los ciudadanos la importancia de no arrojar basura a los ríos y quebradas, ya que esto agrava significativamente el problema durante las lluvias. ¡Qué razón tiene! Porque cuando llueve, toda esa basura acumulada baja a raudales, obstruyendo desagües y provocando inundaciones aún peores. Parece que todavía hay mucha educación ambiental pendiente por hacer, diay.
Ahora bien, ¿qué hacemos nosotros, la gente de a pie, ante esta situación recurrente? ¿Es suficiente con esperar que el gobierno tome cartas en el asunto, o debemos exigir medidas más contundentes? ¿Qué tipo de soluciones consideran que serían más efectivas para prevenir futuras inundaciones en Montes de Oca?