¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un bronca grande. Resulta que, allá lejos en Argentina, una narcoavioneta se vino abajo como un torito de pólvora. Un aparatoso accidente que dejó patente otra vez cómo nos andamos metiendo en líos gringos que ni siquiera deberíamos estar mirando. Pero bueno, ya sabemos cómo es esto, siempre hay algún maeso buscando hacer plata fácil a costa de... pues, de todo.
Según nos cuentan los colegas de allá, el avión, que venía de Bolivia –país que parece tener una fábrica de estas cosas– se estrelló en medio de un campo cerca de Rosario de la Frontera. Imagínate la escena, un ruido tremendo, fuego por todas partes… un verdadero ¡qué torta! Por suerte, pareció que nadie salió herido, aunque eso no quita la gravedad del asunto. Parece que los árboles ayudaron a amortiguar el golpe, ¡dios les agradezca!
Al poco rato, la policía argentina llegó al lugar y encontraron una verdadera chimenea: restos de la avioneta carbonizados y también un carro chamuscado, que seguramente era el taxi para llevar la mercancía a otro lugar. Vamos, que estaban bien organizados estos tipejos. Se nota que esto no es algo nuevo, sino parte de una operación mucho más grande y compleja. Ya saben, esos temas de fronteras permeables y corrupción… ¡puuf!, qué brete.
Pero lo bueno, o lo que se pueda considerar bueno en esta situación, es que la policía encontró bastante material. Primero sacaron unos 140 kilos de cocaína de los restos de la avioneta, pero luego, en un operativo de búsqueda que duró horas, dieron con otros 224 kilos escondidos en unas caletas y pozos. ¡Imagínate la vara que tenían ahí guardada! En total, 364 kilos incautados. Eso sí que es un buen apretón, chunche.
Y hablando de apretones, agarraron a cuatro personas. El piloto y el copiloto, que intentaban huir en la terminal de autobuses, ¡imagínate el diay! Y otros dos sospechosos relacionados con el carro quemado. Ahora, dicen que están investigando sus contactos, si tienen pinta de estar conectados con otras redes de narcotráfico en Sudamérica e incluso más allá. Ahí sí que se pone interesante la cosa. De paso, espero que revisen bien esos celulares que les encontraron, seguro hay harta información jugosa ahí dentro.
Por acá, en Costa Rica, esto nos debería servir como un llamado de atención serio. No somos inmunes a este tipo de situaciones, y aunque no tengamos tanta frontera con países productores, somos un punto estratégico muy apetecible para el lavado de dinero y el tráfico de drogas. Hay que fortalecer nuestros controles, aumentar la vigilancia y, sobre todo, combatir la corrupción en todos los niveles. Porque esto, vamos, que no es un juego de niños.
Muchos en Argentina están que trina en redes sociales, comparando la situación con otros países donde sí se interceptan o hasta derriban estas avionetas antes de que aterricen. Que si el gobierno necesita poner más recursos en seguridad aérea, que si las fronteras están demasiado abiertas… Todo es válido, y me imagino que ahora van a empezar a moverse rápido para evitar que esto siga pasando. ¡Qué carga, pero así es la vida!
En fin, este caso nos deja pensando: ¿Es posible realmente frenar el narcotráfico internacional con medidas aisladas, o necesitamos una estrategia regional más coordinada y ambiciosa? ¿Debería Costa Rica tomar medidas más drásticas para proteger nuestras fronteras y evitar que nos convirtamos en una puerta de entrada para este tipo de actividades ilícitas? Les leo en los comentarios, ¡dale!
Según nos cuentan los colegas de allá, el avión, que venía de Bolivia –país que parece tener una fábrica de estas cosas– se estrelló en medio de un campo cerca de Rosario de la Frontera. Imagínate la escena, un ruido tremendo, fuego por todas partes… un verdadero ¡qué torta! Por suerte, pareció que nadie salió herido, aunque eso no quita la gravedad del asunto. Parece que los árboles ayudaron a amortiguar el golpe, ¡dios les agradezca!
Al poco rato, la policía argentina llegó al lugar y encontraron una verdadera chimenea: restos de la avioneta carbonizados y también un carro chamuscado, que seguramente era el taxi para llevar la mercancía a otro lugar. Vamos, que estaban bien organizados estos tipejos. Se nota que esto no es algo nuevo, sino parte de una operación mucho más grande y compleja. Ya saben, esos temas de fronteras permeables y corrupción… ¡puuf!, qué brete.
Pero lo bueno, o lo que se pueda considerar bueno en esta situación, es que la policía encontró bastante material. Primero sacaron unos 140 kilos de cocaína de los restos de la avioneta, pero luego, en un operativo de búsqueda que duró horas, dieron con otros 224 kilos escondidos en unas caletas y pozos. ¡Imagínate la vara que tenían ahí guardada! En total, 364 kilos incautados. Eso sí que es un buen apretón, chunche.
Y hablando de apretones, agarraron a cuatro personas. El piloto y el copiloto, que intentaban huir en la terminal de autobuses, ¡imagínate el diay! Y otros dos sospechosos relacionados con el carro quemado. Ahora, dicen que están investigando sus contactos, si tienen pinta de estar conectados con otras redes de narcotráfico en Sudamérica e incluso más allá. Ahí sí que se pone interesante la cosa. De paso, espero que revisen bien esos celulares que les encontraron, seguro hay harta información jugosa ahí dentro.
Por acá, en Costa Rica, esto nos debería servir como un llamado de atención serio. No somos inmunes a este tipo de situaciones, y aunque no tengamos tanta frontera con países productores, somos un punto estratégico muy apetecible para el lavado de dinero y el tráfico de drogas. Hay que fortalecer nuestros controles, aumentar la vigilancia y, sobre todo, combatir la corrupción en todos los niveles. Porque esto, vamos, que no es un juego de niños.
Muchos en Argentina están que trina en redes sociales, comparando la situación con otros países donde sí se interceptan o hasta derriban estas avionetas antes de que aterricen. Que si el gobierno necesita poner más recursos en seguridad aérea, que si las fronteras están demasiado abiertas… Todo es válido, y me imagino que ahora van a empezar a moverse rápido para evitar que esto siga pasando. ¡Qué carga, pero así es la vida!
En fin, este caso nos deja pensando: ¿Es posible realmente frenar el narcotráfico internacional con medidas aisladas, o necesitamos una estrategia regional más coordinada y ambiciosa? ¿Debería Costa Rica tomar medidas más drásticas para proteger nuestras fronteras y evitar que nos convirtamos en una puerta de entrada para este tipo de actividades ilícitas? Les leo en los comentarios, ¡dale!