¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un torbellino, mi gente. Resulta que la banda de narcos colombianos que andaba haciendo de las suyas en la Zona Sur, no solamente traía droga pa’ llenar los bolsillos, sino que también se dedicaba a lavar hasta la última platita en gasolineras y otros negocios allá en Colombia. ¡Imagínate el brete que debió ser montar semejante operación!
Según fuentes oficiales del OIJ, seis colombianos fueron capturados en medio del operativo “Guarumal”, nombre que le dieron al caso porque usaban ese término para referirse al lugar donde escondían la cocaína en el manglar de Sierpe. Parece que eran bien sigilosos, usando nombres clave para mover la mercancía y evitar levantar sospechas. Un verdadero diay.
El director del OIJ, Randall Zúñiga, soltó la bomba confirmando que estos tipos tenían contactos pesadísimos en Turbo, Colombia, para meterle mano a esos negocios. Él mismo quedó sorprendido, diciendo que no es tan común que tanto dinero se mande directamente al extranjero. Normalmente, la jugada es comprar propiedades acá, poner la casa en orden y luego invertir con la plata limpia. Pero estos, parece que querían ir directos al grano, ¡qué carga!
Lo curioso de todo esto es que los cabecillas de la banda son dos hermanos con apellido Bedoya y un compa llamado Sinisterra, junto con la esposa de uno de ellos. Estos eran los que estaban direccionando todo el tinglado, desde recibir la droga hasta decidir dónde iba a parar el dinerito. Varios de ellos estaban bien afincados en la Zona Sur, aprovechando la ubicación estratégica para distribuir la mercancía y moverla hacia el Valle Central.
Las autoridades no se quedaron con los brazos cruzados y llevaron a cabo once allanamientos en distintos lugares, incluyendo Heredia, Alajuela, San José y La Palma de Osa. En uno de esos operativos, encontraron una tonelada de cocaína lista para salir del país, ¡eso sí es un montón! Además, se les acusa de tener armas ilegales y de estar involucrados en lavado de dinero, un delito que, ni hablar, nadie tolera por acá.
Pero eso no es todo, pues aún hay propiedades bajo revisión para ver si encuentran más pruebas o indicios de sus actividades ilícitas. Se rumorea que podrían haber tenido cómplices en diferentes sectores del país, así que el OIJ sigue trabajando duro para desenmascarar toda la red y llevar a todos los responsables ante la justicia. ¡Esto promete ser un buen churche!
Desde el 2023, la policía judicial seguía de cerca las operaciones de este grupo gracias a algunas pistas confidenciales que recibieron sobre sus movimientos en el Triángulo de Osa. Parecía que estaban bien organizados y contaban con recursos para evadir a las autoridades, pero finalmente lograron atraparlos y desmantelar su esquema. Esta captura representa un golpe importante para el crimen organizado en la región, demostrando que la ley siempre llega al final. Ya saben, ¡el que ríe último, ríe mejor!
Con este panorama, me pregunto, ¿creen ustedes que es posible que hayan funcionarios públicos corruptos involucrados en esta red de narcotráfico? ¿Deberíamos exigir una investigación exhaustiva para limpiar el nombre de nuestras instituciones y garantizar que no haya nadie protegiendo a estos delincuentes?
Según fuentes oficiales del OIJ, seis colombianos fueron capturados en medio del operativo “Guarumal”, nombre que le dieron al caso porque usaban ese término para referirse al lugar donde escondían la cocaína en el manglar de Sierpe. Parece que eran bien sigilosos, usando nombres clave para mover la mercancía y evitar levantar sospechas. Un verdadero diay.
El director del OIJ, Randall Zúñiga, soltó la bomba confirmando que estos tipos tenían contactos pesadísimos en Turbo, Colombia, para meterle mano a esos negocios. Él mismo quedó sorprendido, diciendo que no es tan común que tanto dinero se mande directamente al extranjero. Normalmente, la jugada es comprar propiedades acá, poner la casa en orden y luego invertir con la plata limpia. Pero estos, parece que querían ir directos al grano, ¡qué carga!
Lo curioso de todo esto es que los cabecillas de la banda son dos hermanos con apellido Bedoya y un compa llamado Sinisterra, junto con la esposa de uno de ellos. Estos eran los que estaban direccionando todo el tinglado, desde recibir la droga hasta decidir dónde iba a parar el dinerito. Varios de ellos estaban bien afincados en la Zona Sur, aprovechando la ubicación estratégica para distribuir la mercancía y moverla hacia el Valle Central.
Las autoridades no se quedaron con los brazos cruzados y llevaron a cabo once allanamientos en distintos lugares, incluyendo Heredia, Alajuela, San José y La Palma de Osa. En uno de esos operativos, encontraron una tonelada de cocaína lista para salir del país, ¡eso sí es un montón! Además, se les acusa de tener armas ilegales y de estar involucrados en lavado de dinero, un delito que, ni hablar, nadie tolera por acá.
Pero eso no es todo, pues aún hay propiedades bajo revisión para ver si encuentran más pruebas o indicios de sus actividades ilícitas. Se rumorea que podrían haber tenido cómplices en diferentes sectores del país, así que el OIJ sigue trabajando duro para desenmascarar toda la red y llevar a todos los responsables ante la justicia. ¡Esto promete ser un buen churche!
Desde el 2023, la policía judicial seguía de cerca las operaciones de este grupo gracias a algunas pistas confidenciales que recibieron sobre sus movimientos en el Triángulo de Osa. Parecía que estaban bien organizados y contaban con recursos para evadir a las autoridades, pero finalmente lograron atraparlos y desmantelar su esquema. Esta captura representa un golpe importante para el crimen organizado en la región, demostrando que la ley siempre llega al final. Ya saben, ¡el que ríe último, ríe mejor!
Con este panorama, me pregunto, ¿creen ustedes que es posible que hayan funcionarios públicos corruptos involucrados en esta red de narcotráfico? ¿Deberíamos exigir una investigación exhaustiva para limpiar el nombre de nuestras instituciones y garantizar que no haya nadie protegiendo a estos delincuentes?