¡Ay, Dios mío! Esto se puso feo, muy feo. Expertos de la ONU, esos que siempre andan metidos en nuestros asuntos, soltaron la bomba: el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no se conforman con reprimir a su gente en Nicaragua, ahora también les están buscando las cosquillas a los nicos que huyeron, ¡hasta acá a Costa Rica! Uno esperaría que cruzar la frontera les diera un respiro, pero parece que la sombra de Ortega les persigue a donde quiera que vayan. Es una verdadera pena ver cómo un país vecino se va a pique así.
Para ponerlos en el contexto rápido, recuerden lo de las marchas del 2018. Una bronca que empezó por unas chinchorritas que subieron los precios y terminó en pura violencia y muertos. Ortega, aferrado al poder como chicle en zapato, mandó a apretar a cualquiera que se le pusiera cruz. Muchos, hartos de tanto atropello, se fueron del país buscando refugio. Yo creo que todos tenemos algún familiar o amigo que hizo las maletas, ¿verdad?
Ahora, estos expertos de la ONU dicen que el gobierno nico está 'extendiendo su represión' a los exiliados. Eso suena a película de espías, pero resulta que tienen pruebas. Documentaron casos de hostigamiento, amenazas e incluso ataques directos contra nicos que viven afuera. Lo peor de todo es que no importa dónde te escondas; parece que hay una ‘mano invisible’ siguiéndote, como en una telenovela barata. ¡Qué tremenda cosa!
Un caso que dio vuelta al mundo, lamentablemente, fue el asesinato de Roberto Samcam, un exmilico que le criticaba a Ortega y Murillo con ganas. Al final, lo encontraron muerto acá mismo, en nuestro terruño. Todos sabemos que Samcam no se callaba la boca, decía lo que pensaba sin pelos en la lengua, y eso, obviamente, no le cayó bien al régimen. Este tipo era un maelstrom de información y críticas certeras.
Según el reporte de la ONU, la vida de los nicos en el exilio se está “desmantelando sistemáticamente”. Empiezan por quitarles su identidad legal, luego les dificultan encontrar trabajo, los aíslan socialmente y los vigilan constantemente. Parece que quieren hacerles creer que no tienen a dónde ir ni a quién recurrir. Imaginen vivir con ese miedo constante, sin saber si vas a poder salir a comprar pan porque te van a agarrar en la calle. ¡Qué se va a sentir!
Lo que más me preocupa es que esto no es un caso aislado. Hay cientos de miles de nicos viviendo en Costa Rica, Estados Unidos y España, todos temerosos de represalias. Se ha creado un clima de paranoia generalizada, donde hasta saludar al vecino puede parecer sospechoso. Diay, ¿hasta cuándo vamos a permitir que esto siga pasando? ¿Hasta cuándo vamos a tener que cargar con las consecuencias de la crisis política de otro país?
Y hablando de crisis, Nicaragua salió corriendo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, alegando que estaban siendo injustamente atacados. Pero a mí me huele a gallina rajándose en cinco, eh. Prefieren quedarse callados y seguir haciendo de las suyas a enfrentar sus errores. Patético, sinceramente. No quieren que les señalen la verdad, ¿qué más da?
Esto nos deja pensando: ¿cómo podemos, como comunidad internacional, proteger a los nicos exiliados y evitar que sean víctimas de la represión de Ortega y Murillo? ¿Deberíamos imponer sanciones más fuertes a Nicaragua o enfocarnos en brindar apoyo humanitario a los refugiados? ¿Cuál creen ustedes sería la estrategia más efectiva para detener esta persecución transfronteriza? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan mis compas!
Para ponerlos en el contexto rápido, recuerden lo de las marchas del 2018. Una bronca que empezó por unas chinchorritas que subieron los precios y terminó en pura violencia y muertos. Ortega, aferrado al poder como chicle en zapato, mandó a apretar a cualquiera que se le pusiera cruz. Muchos, hartos de tanto atropello, se fueron del país buscando refugio. Yo creo que todos tenemos algún familiar o amigo que hizo las maletas, ¿verdad?
Ahora, estos expertos de la ONU dicen que el gobierno nico está 'extendiendo su represión' a los exiliados. Eso suena a película de espías, pero resulta que tienen pruebas. Documentaron casos de hostigamiento, amenazas e incluso ataques directos contra nicos que viven afuera. Lo peor de todo es que no importa dónde te escondas; parece que hay una ‘mano invisible’ siguiéndote, como en una telenovela barata. ¡Qué tremenda cosa!
Un caso que dio vuelta al mundo, lamentablemente, fue el asesinato de Roberto Samcam, un exmilico que le criticaba a Ortega y Murillo con ganas. Al final, lo encontraron muerto acá mismo, en nuestro terruño. Todos sabemos que Samcam no se callaba la boca, decía lo que pensaba sin pelos en la lengua, y eso, obviamente, no le cayó bien al régimen. Este tipo era un maelstrom de información y críticas certeras.
Según el reporte de la ONU, la vida de los nicos en el exilio se está “desmantelando sistemáticamente”. Empiezan por quitarles su identidad legal, luego les dificultan encontrar trabajo, los aíslan socialmente y los vigilan constantemente. Parece que quieren hacerles creer que no tienen a dónde ir ni a quién recurrir. Imaginen vivir con ese miedo constante, sin saber si vas a poder salir a comprar pan porque te van a agarrar en la calle. ¡Qué se va a sentir!
Lo que más me preocupa es que esto no es un caso aislado. Hay cientos de miles de nicos viviendo en Costa Rica, Estados Unidos y España, todos temerosos de represalias. Se ha creado un clima de paranoia generalizada, donde hasta saludar al vecino puede parecer sospechoso. Diay, ¿hasta cuándo vamos a permitir que esto siga pasando? ¿Hasta cuándo vamos a tener que cargar con las consecuencias de la crisis política de otro país?
Y hablando de crisis, Nicaragua salió corriendo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, alegando que estaban siendo injustamente atacados. Pero a mí me huele a gallina rajándose en cinco, eh. Prefieren quedarse callados y seguir haciendo de las suyas a enfrentar sus errores. Patético, sinceramente. No quieren que les señalen la verdad, ¿qué más da?
Esto nos deja pensando: ¿cómo podemos, como comunidad internacional, proteger a los nicos exiliados y evitar que sean víctimas de la represión de Ortega y Murillo? ¿Deberíamos imponer sanciones más fuertes a Nicaragua o enfocarnos en brindar apoyo humanitario a los refugiados? ¿Cuál creen ustedes sería la estrategia más efectiva para detener esta persecución transfronteriza? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan mis compas!
