¡Uy, qué buena onda esto que está pasando en Naranjo!
Parece que la policía municipal le pusolechos al tema de la seguridad en las escuelas del cantón, implementando el programa G.R.E.A.T. (Educación y Entrenamiento en Resistencia a las Pandillas). Esto quiere decir que van directo a la raíz del problema: los niños, desde pequeños, aprendiendo cómo reaccionar ante situaciones difíciles y mantenerse lejos de cualquier bronca con las pandillas. Ya saben, prevenirlos antes de lamentarlos.
La primera tanda de este brete se dio en la Escuela República de Colombia, donde los chamacos de cuarto grado fueron los primeros en recibir la capacitación. Se rumora que pronto extenderán el programa a otras escuelas del canton, así que espérense que esto se le vaya a apurar bien rápido. Andres Valverde, el coordinador de la policía municipal, nos comentó que para ellos es súper importante meterle mano a estos temas desde chiquitos, para que los jóvenes tengan herramientas y sepan tomar buenas decisiones. ¡Así se habla!
Pero eso no es todo, porque también estuvieron trabajando con la Fundación Por un Mundo Libre de Drogas, quienes le dieron una plática a los alumnos de quinto y sexto grado de la Escuela Alfonso Monge en Dulce Nombre. La charla se tituló “La verdad sobre las drogas”, y parece que les cayó muy bien a los nenes, ya que firmaron un manifiesto comprometiéndose a llevar una vida sana y lejos de esas cosas. ¡Qué orgullo, mae!
¿Y cómo lograron hacer todo esto? Pues resulta que tienen tres oficiales de la policía municipales que están capacitadísimos en el programa G.R.E.A.T., gracias a un curso que hicieron con la Embajada de Estados Unidos y la Fuerza Pública. Parece que entre tú y yo, le están poniendo toda la carne al asador para cuidar a los niños y mantener la tranquilidad en nuestros barrios. Porque, díganlo conmigo, ¡nadie quiere ver a sus hijos metidos en problemas!
Ahora, hablando de cosas más serias, el Ministerio de Educación Pública (MEP) anda con unos cambios bastante importantes para el año 2026. Dicen que van a haber modificaciones en el currículo, evaluaciones y hasta en la forma de enseñar. Algunos dicen que es pa' mejorar la calidad educativa, otros que es pura tontería. Lo cierto es que habrá que estar pendientes a ver qué sale de todo esto. Yo creo que lo más importante es que los maestros estén preparados y reciban la capacitación necesaria para implementar estas nuevas normativas sin que sea un estrés.
Con todos estos esfuerzos combinados, entre la policía, la fundación y el MEP, pinta que estamos viendo una luz al final del túnel. La idea es crear un ambiente seguro para nuestros niños, donde puedan aprender, crecer y desarrollarse sin tener que preocuparse por la violencia o las drogas. ¡Eso sí que sería una bendición para todos nosotros!
En fin, queda claro que Naranjo está haciendo un esfuerzo considerable para combatir la violencia desde la raíz, invirtiendo en la educación y el bienestar de sus niños. Pero me pregunto... ¿creen ustedes que estos programas de prevención son suficientes para abordar el problema de la violencia juvenil en Costa Rica? ¿O deberíamos buscar soluciones más profundas y estructurales?
Parece que la policía municipal le pusolechos al tema de la seguridad en las escuelas del cantón, implementando el programa G.R.E.A.T. (Educación y Entrenamiento en Resistencia a las Pandillas). Esto quiere decir que van directo a la raíz del problema: los niños, desde pequeños, aprendiendo cómo reaccionar ante situaciones difíciles y mantenerse lejos de cualquier bronca con las pandillas. Ya saben, prevenirlos antes de lamentarlos.
La primera tanda de este brete se dio en la Escuela República de Colombia, donde los chamacos de cuarto grado fueron los primeros en recibir la capacitación. Se rumora que pronto extenderán el programa a otras escuelas del canton, así que espérense que esto se le vaya a apurar bien rápido. Andres Valverde, el coordinador de la policía municipal, nos comentó que para ellos es súper importante meterle mano a estos temas desde chiquitos, para que los jóvenes tengan herramientas y sepan tomar buenas decisiones. ¡Así se habla!
Pero eso no es todo, porque también estuvieron trabajando con la Fundación Por un Mundo Libre de Drogas, quienes le dieron una plática a los alumnos de quinto y sexto grado de la Escuela Alfonso Monge en Dulce Nombre. La charla se tituló “La verdad sobre las drogas”, y parece que les cayó muy bien a los nenes, ya que firmaron un manifiesto comprometiéndose a llevar una vida sana y lejos de esas cosas. ¡Qué orgullo, mae!
¿Y cómo lograron hacer todo esto? Pues resulta que tienen tres oficiales de la policía municipales que están capacitadísimos en el programa G.R.E.A.T., gracias a un curso que hicieron con la Embajada de Estados Unidos y la Fuerza Pública. Parece que entre tú y yo, le están poniendo toda la carne al asador para cuidar a los niños y mantener la tranquilidad en nuestros barrios. Porque, díganlo conmigo, ¡nadie quiere ver a sus hijos metidos en problemas!
Ahora, hablando de cosas más serias, el Ministerio de Educación Pública (MEP) anda con unos cambios bastante importantes para el año 2026. Dicen que van a haber modificaciones en el currículo, evaluaciones y hasta en la forma de enseñar. Algunos dicen que es pa' mejorar la calidad educativa, otros que es pura tontería. Lo cierto es que habrá que estar pendientes a ver qué sale de todo esto. Yo creo que lo más importante es que los maestros estén preparados y reciban la capacitación necesaria para implementar estas nuevas normativas sin que sea un estrés.
Con todos estos esfuerzos combinados, entre la policía, la fundación y el MEP, pinta que estamos viendo una luz al final del túnel. La idea es crear un ambiente seguro para nuestros niños, donde puedan aprender, crecer y desarrollarse sin tener que preocuparse por la violencia o las drogas. ¡Eso sí que sería una bendición para todos nosotros!
En fin, queda claro que Naranjo está haciendo un esfuerzo considerable para combatir la violencia desde la raíz, invirtiendo en la educación y el bienestar de sus niños. Pero me pregunto... ¿creen ustedes que estos programas de prevención son suficientes para abordar el problema de la violencia juvenil en Costa Rica? ¿O deberíamos buscar soluciones más profundas y estructurales?