¡Ay, mae! Esto del negocio de los outlets parece que nunca va a terminar. Resulta que ahora el gobierno, con don Rody Chaves al mando, anda buscando cómo hacerle para que los outlets y el comercio tradicional se lleven bien. Pero ojo, que la propuesta actual está poniendo a sudar frío a la Cámara de Comercio, que no se queda callada.
La jugada, según el Presidente, es que los importadores de estos outlets, cuando traen sus cajones llenos de producto, tengan que abrirlo directamente en un almacén fiscal. Ahí sí declaran lo que traen, pagan los impuestos que corresponden y, si tienen productos regulados como cremas o medicinas, ¡directo a la destrucción! Dicen que esto busca evitar corrupción en Aduanas... ¿Será que realmente funciona?
La idea detrás de todo esto es, según Don Rody, darle una oportunidad a los outlets de ofrecer precios más bajos y variedad, argumentando que así ayudan al bolsillo del pueblo. Pero la Cámara de Comercio, liderada por Don Arturo Rosabal, no está muy convencida. Han dicho que eso de los precios más bajos es excusa para justificar que no están pagando todos los impuestos que deberían.
Rosabal, bastante estresado por el asunto, expresó que esta medida es una forma de 'suavizar considerablemente la gestión de fiscalización'. Es decir, que facilita el trabajo a los outlets para evadir impuestos. Y no es para llevarla al revés, porque ya el Ministerio de Hacienda ha levantado varias denuncias al Ministerio Público por posible comercio ilícito y delitos tributarios asociados a estos negocios.
Originalmente, el gobierno quería revisar el 100% de la mercancía que traían estos importadores, pero dicen que se armó una "presa insostenible". Así que terminaron con esta nueva metodología: al entrar la mercancía al país, tiene un 5% de probabilidad de ser revisada por Aduanas, igual que cualquier otra importación. La Cámara de Comercio había pedido que ese porcentaje fuera del 30% si querían que estuviera balanceado.
La controversia radica en que el comercio formal siente que se les está dando un trato preferencial a estos outlets, permitiéndoles operar bajo reglas diferentes y, potencialmente, causando competencia desleal. Han insistido mucho en que se necesita mayor fiscalización y critican que desde el Poder Judicial no hay ni una sola condena relacionada con el comercio ilícito. ¡Parece que los delincuentes andan contentos!
Don Rody dice que ahora están “vigilando más a los dueños de los outlets” con esta nueva medida. Eso suena prometedor, pero la gente recuerda que este no es el primer intento de regular la situación. Ya hubo otras medidas que no dieron resultados esperados y el problema sigue latente. Además, ¿cómo se asegura que la inspección visual de un 5% sea suficiente para detectar todas las irregularidades?
Al final, parece que este brete entre el comercio formal y los outlets seguirá dando dolores de cabeza por un buen rato. Y la pregunta que nos deja todo esto, mi estimado lector, es la siguiente: ¿Cree usted que esta nueva estrategia del gobierno logrará equilibrar la balanza entre el comercio formal y los outlets, o simplemente es otro parche temporal que no atacará la raíz del problema? ¡Déjeme saber su opinión en el foro!
La jugada, según el Presidente, es que los importadores de estos outlets, cuando traen sus cajones llenos de producto, tengan que abrirlo directamente en un almacén fiscal. Ahí sí declaran lo que traen, pagan los impuestos que corresponden y, si tienen productos regulados como cremas o medicinas, ¡directo a la destrucción! Dicen que esto busca evitar corrupción en Aduanas... ¿Será que realmente funciona?
La idea detrás de todo esto es, según Don Rody, darle una oportunidad a los outlets de ofrecer precios más bajos y variedad, argumentando que así ayudan al bolsillo del pueblo. Pero la Cámara de Comercio, liderada por Don Arturo Rosabal, no está muy convencida. Han dicho que eso de los precios más bajos es excusa para justificar que no están pagando todos los impuestos que deberían.
Rosabal, bastante estresado por el asunto, expresó que esta medida es una forma de 'suavizar considerablemente la gestión de fiscalización'. Es decir, que facilita el trabajo a los outlets para evadir impuestos. Y no es para llevarla al revés, porque ya el Ministerio de Hacienda ha levantado varias denuncias al Ministerio Público por posible comercio ilícito y delitos tributarios asociados a estos negocios.
Originalmente, el gobierno quería revisar el 100% de la mercancía que traían estos importadores, pero dicen que se armó una "presa insostenible". Así que terminaron con esta nueva metodología: al entrar la mercancía al país, tiene un 5% de probabilidad de ser revisada por Aduanas, igual que cualquier otra importación. La Cámara de Comercio había pedido que ese porcentaje fuera del 30% si querían que estuviera balanceado.
La controversia radica en que el comercio formal siente que se les está dando un trato preferencial a estos outlets, permitiéndoles operar bajo reglas diferentes y, potencialmente, causando competencia desleal. Han insistido mucho en que se necesita mayor fiscalización y critican que desde el Poder Judicial no hay ni una sola condena relacionada con el comercio ilícito. ¡Parece que los delincuentes andan contentos!
Don Rody dice que ahora están “vigilando más a los dueños de los outlets” con esta nueva medida. Eso suena prometedor, pero la gente recuerda que este no es el primer intento de regular la situación. Ya hubo otras medidas que no dieron resultados esperados y el problema sigue latente. Además, ¿cómo se asegura que la inspección visual de un 5% sea suficiente para detectar todas las irregularidades?
Al final, parece que este brete entre el comercio formal y los outlets seguirá dando dolores de cabeza por un buen rato. Y la pregunta que nos deja todo esto, mi estimado lector, es la siguiente: ¿Cree usted que esta nueva estrategia del gobierno logrará equilibrar la balanza entre el comercio formal y los outlets, o simplemente es otro parche temporal que no atacará la raíz del problema? ¡Déjeme saber su opinión en el foro!