¡Ay, Dios mío, qué movida! Resulta que el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) ha abierto una investigación contra la hija del candidato presidencial, Álvaro Ramos. Parece ser que la nena participó en actividades de campaña, y eso, según el PANI, no va ni queriendo. Ya ven, esto pinta pa’ un buen brete mediático.
La jugada salió a luz gracias a un video que circuló en redes sociales, mostrando a la jovencita en un acto proselitista. Bueno, como dirían mis abuelos, “a río revuelto, ganancia de pescadores”. De inmediato, el PANI, actuando de oficio y atendiendo a varias denuncias, decidió ponerle lupa al asunto. Según Kennly Garza, la presidenta ejecutiva, no podían quedarse de brazos cruzados ante una posible afectación al interés superior del menor. ¡Y razón tienen!
Garza enfatizó que identificaron la oficina local encargada de llevar adelante la investigación y que ya se pusieron en contacto con los padres de la niña y otras partes interesadas para explicarles el procedimiento legal. “Se convocarán audiencias y entrevistas para recopilar toda la información necesaria”, nos comentó la presidenta. Esto promete ser más largo que el viaje a Liberia en autobús, ay güey.
Lo que más me preocupa es cómo afecta esto a la percepción pública. Uno esperaría que los políticos, precisamente quienes deberían ser ejemplo, protegieran a los menores de cualquier tipo de exposición que pueda perjudicarlos. Pero bueno, en política, a veces las cosas se hacen con tanta prisa que se olvidan de lo básico. ¡Qué pena!
El equipo de comunicación de Álvaro Ramos, por supuesto, se guardó silencio. Como dicen por ahí, “cuando el pez muere, el agua se ensucia”. Seguramente están analizando la situación con calma, buscando la mejor estrategia para minimizar el daño. Pero amigos, esto ya es harina de otro costal. Un candidato presidencial tiene que saber manejar estas situaciones con mucha astucia.
El PANI dejó claro que hará un seguimiento exhaustivo del caso y llamó a la sociedad y a los políticos a cuidar la imagen de los niños y adolescentes. “La imagen de los menores es un derecho sagrado”, recalcó Garza. Y vaya que es cierto. No podemos permitir que nuestros hijos sean utilizados como herramienta política. Eso es imperdonable, diay.
En este caso, hay varios aspectos que ameritan atención. Por ejemplo, ¿qué tan informada estaba la niña sobre la naturaleza de la actividad en la que participó? ¿Fue presionada o coaccionada de alguna manera? ¿Quiénes fueron los responsables de exponerla a esa situación? Son preguntas cruciales que el PANI deberá responder durante la investigación. Además, ¿qué mensaje estamos enviando a los jóvenes cuando vemos a candidatos utilizando a sus hijos en campañas electorales?
Ahora, les pregunto a ustedes, queridos lectores del Foro: ¿creen que la participación de la hija de Álvaro Ramos en actos de campaña constituye una violación a sus derechos como menor, o es simplemente un exceso más en la farándula política? ¿Cómo debería actuar el PANI en este caso, considerando la sensibilidad del tema y las posibles implicaciones políticas?, ¡Compartan sus opiniones!
La jugada salió a luz gracias a un video que circuló en redes sociales, mostrando a la jovencita en un acto proselitista. Bueno, como dirían mis abuelos, “a río revuelto, ganancia de pescadores”. De inmediato, el PANI, actuando de oficio y atendiendo a varias denuncias, decidió ponerle lupa al asunto. Según Kennly Garza, la presidenta ejecutiva, no podían quedarse de brazos cruzados ante una posible afectación al interés superior del menor. ¡Y razón tienen!
Garza enfatizó que identificaron la oficina local encargada de llevar adelante la investigación y que ya se pusieron en contacto con los padres de la niña y otras partes interesadas para explicarles el procedimiento legal. “Se convocarán audiencias y entrevistas para recopilar toda la información necesaria”, nos comentó la presidenta. Esto promete ser más largo que el viaje a Liberia en autobús, ay güey.
Lo que más me preocupa es cómo afecta esto a la percepción pública. Uno esperaría que los políticos, precisamente quienes deberían ser ejemplo, protegieran a los menores de cualquier tipo de exposición que pueda perjudicarlos. Pero bueno, en política, a veces las cosas se hacen con tanta prisa que se olvidan de lo básico. ¡Qué pena!
El equipo de comunicación de Álvaro Ramos, por supuesto, se guardó silencio. Como dicen por ahí, “cuando el pez muere, el agua se ensucia”. Seguramente están analizando la situación con calma, buscando la mejor estrategia para minimizar el daño. Pero amigos, esto ya es harina de otro costal. Un candidato presidencial tiene que saber manejar estas situaciones con mucha astucia.
El PANI dejó claro que hará un seguimiento exhaustivo del caso y llamó a la sociedad y a los políticos a cuidar la imagen de los niños y adolescentes. “La imagen de los menores es un derecho sagrado”, recalcó Garza. Y vaya que es cierto. No podemos permitir que nuestros hijos sean utilizados como herramienta política. Eso es imperdonable, diay.
En este caso, hay varios aspectos que ameritan atención. Por ejemplo, ¿qué tan informada estaba la niña sobre la naturaleza de la actividad en la que participó? ¿Fue presionada o coaccionada de alguna manera? ¿Quiénes fueron los responsables de exponerla a esa situación? Son preguntas cruciales que el PANI deberá responder durante la investigación. Además, ¿qué mensaje estamos enviando a los jóvenes cuando vemos a candidatos utilizando a sus hijos en campañas electorales?
Ahora, les pregunto a ustedes, queridos lectores del Foro: ¿creen que la participación de la hija de Álvaro Ramos en actos de campaña constituye una violación a sus derechos como menor, o es simplemente un exceso más en la farándula política? ¿Cómo debería actuar el PANI en este caso, considerando la sensibilidad del tema y las posibles implicaciones políticas?, ¡Compartan sus opiniones!