¡Aguántense! Resulta que nuestra Catarata Río La Fortuna, ese rinconcito de La Fortuna que nos llena el corazón, se lleva el codiciado “Lo Mejor de lo Mejor” de TripAdvisor por SEGUNDO año corrido. Ya saben, eso significa que le pegó candela a miles de lugares turísticos alrededor del mundo. Nos vemos regalados, diay.
Y ojo, que no estamos hablando de un premio ahí así nomás. Esto quiere decir que la catarata está dentro del 1%, ¡uno por ciento!, de los sitios mejor calificados en todo el planeta. Supera monumentos antiguos, parques nacionales… ¡Todo el mundo! El chisme es que esto se basa en millones de opiniones de gente que ya visitó el lugar, así que no es invento de nadie.
Pero bueno, la cascada espectacular y las 530 escaleras que hay que bajar y luego subir (¡qué brete!) no son la verdadera historia. El verdadero movida es cómo funciona este lugar, porque aquí no andamos jugando. Se trata de un modelo de turismo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, uno que vale la pena analizarlo a fondo.
La Catarata Río La Fortuna está gestionada por la Asociación de Desarrollo Integral de La Fortuna (ADIFORT). José Eduardo Jiménez, el encargado comercial, me explicó que la clave está en que el dinero que entra por las entradas – unos $20 si eres gringo y $10 si eres tico, ¡justo pa’ un café con pan gallo! – se destina DIRECTAMENTE a proyectos sociales en la comunidad. ¡Eso sí es trabajar!
Imaginen la cosa: cámaras de seguridad ultra modernas pa'l distrito entero, becas pa' los estudiantes, paquetazos de útiles escolares pa' los ninos, hasta embellecimiento del parque central. Y eso no es todo, también ayudan a esas personas que se han quedado en la calle, les dan un empujón pa’ que puedan salir adelante. ¡Una cosita de otra dimensión!
Y claro, los turistas lo notan. Las reseñas en TripAdvisor hablan maravillas. Gente de Estados Unidos y Canadá dicen que el lugar tiene una vibra natural única, que está impecablemente limpio y que el paisaje te deja boquiabierto. Brianna Karn, una americana, comentó que “las dos cataratas” (la grande y la pequeña poza) son espectaculares y que la energía del lugar es indescriptible. ¡Pura envidia sana, mándale un saludo!
Esto demuestra que La Fortuna no es solo un imán para ir a ver el volcán Arenal. Ahora es un ejemplo mundial de cómo se puede sacar provecho de nuestros recursos naturales, pero haciéndolo de manera responsable y pensando en el beneficio de toda la comunidad. Una forma de turismo que realmente transforma vidas, dejando atrás esos modelos extractivistas donde solo unos pocos se llenan los bolsillos. ¡Un aplauso pa’ todos los involucrados!
Con todo esto, me queda una pregunta clavada: ¿Será posible replicar este modelo social en otras zonas turísticas de Costa Rica, demostrando que podemos combinar desarrollo económico con justicia social y cuidado del medio ambiente? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan!
Y ojo, que no estamos hablando de un premio ahí así nomás. Esto quiere decir que la catarata está dentro del 1%, ¡uno por ciento!, de los sitios mejor calificados en todo el planeta. Supera monumentos antiguos, parques nacionales… ¡Todo el mundo! El chisme es que esto se basa en millones de opiniones de gente que ya visitó el lugar, así que no es invento de nadie.
Pero bueno, la cascada espectacular y las 530 escaleras que hay que bajar y luego subir (¡qué brete!) no son la verdadera historia. El verdadero movida es cómo funciona este lugar, porque aquí no andamos jugando. Se trata de un modelo de turismo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, uno que vale la pena analizarlo a fondo.
La Catarata Río La Fortuna está gestionada por la Asociación de Desarrollo Integral de La Fortuna (ADIFORT). José Eduardo Jiménez, el encargado comercial, me explicó que la clave está en que el dinero que entra por las entradas – unos $20 si eres gringo y $10 si eres tico, ¡justo pa’ un café con pan gallo! – se destina DIRECTAMENTE a proyectos sociales en la comunidad. ¡Eso sí es trabajar!
Imaginen la cosa: cámaras de seguridad ultra modernas pa'l distrito entero, becas pa' los estudiantes, paquetazos de útiles escolares pa' los ninos, hasta embellecimiento del parque central. Y eso no es todo, también ayudan a esas personas que se han quedado en la calle, les dan un empujón pa’ que puedan salir adelante. ¡Una cosita de otra dimensión!
Y claro, los turistas lo notan. Las reseñas en TripAdvisor hablan maravillas. Gente de Estados Unidos y Canadá dicen que el lugar tiene una vibra natural única, que está impecablemente limpio y que el paisaje te deja boquiabierto. Brianna Karn, una americana, comentó que “las dos cataratas” (la grande y la pequeña poza) son espectaculares y que la energía del lugar es indescriptible. ¡Pura envidia sana, mándale un saludo!
Esto demuestra que La Fortuna no es solo un imán para ir a ver el volcán Arenal. Ahora es un ejemplo mundial de cómo se puede sacar provecho de nuestros recursos naturales, pero haciéndolo de manera responsable y pensando en el beneficio de toda la comunidad. Una forma de turismo que realmente transforma vidas, dejando atrás esos modelos extractivistas donde solo unos pocos se llenan los bolsillos. ¡Un aplauso pa’ todos los involucrados!
Con todo esto, me queda una pregunta clavada: ¿Será posible replicar este modelo social en otras zonas turísticas de Costa Rica, demostrando que podemos combinar desarrollo económico con justicia social y cuidado del medio ambiente? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan!
