¡Ay, Dios mío! Esto sí que está feo, pura bronca para nuestros parques nacionales. Resulta que cada vez más gente anda entrando donde no debe, haciendo chinchorreo y dejando basura, como si fuera su patio trasero. Las autoridades andan hasta las cachas tratando de ponerle orden, pero parece que algunos no aprenden la lección.
Lo que pasó en Quemaderos, en el Área de Conservación Central, es un claro ejemplo de cómo esto se ha salido de control. Un grupito de trece personas, incluyendo un guía, se metieron en un sector restringido en plena madrugada. Imagínate la torta, seis de ellos, incluido el guía, huyeron como roedores cuando vieron venir a los guardaparques. ¡Se fueron corriendo!
Al parecer, estos visitantes estaban pagándole a unos dueños de una finca vecina al parque para poder entrar por terrenos privados. Cancelan buen dinero, dicen, para tener acceso “exclusivo” a senderos prohibidos. Pero luego, con toda la calma del mundo, se cuelan al parque, ignorando las señales y la rotulación que está bien clara. Qué poca pena, diay.
Y ni hablar de lo que encontraron los oficiales. Además de las personas ingresando ilegalmente, había basura tirada por doquier, botellas de guaro vacías… ¡Todo un festín de irrespeto hacia nuestra naturaleza! Uno se da cuenta de que algunos vienen al parque solo a tomarse unas gaseosas y dejarla todo sucio, sin importarles el daño que causan.
El Ministerio de Ambiente (MINAE) no se quedó callado, obvio. Están pidiendo a la población que denuncie a esas empresas o personas que ofrecen tours ilegales en redes sociales. Cobran precios exorbitantes, como treinta y tantos mil colones por cabeza, ¡una verdadera estafa!, y encima ponen en peligro la vida de los turistas porque los llevan a lugares peligrosos y sin supervisión.
Esto es grave, mi gente. No solo estamos hablando de multas y sanciones, sino de un problema mucho mayor: la sostenibilidad de nuestros parques nacionales. Si seguimos permitiendo que se metan donde no deben, que contaminen y que destruyan nuestro patrimonio natural, vamos a acabar teniendo parques convertidos en basureros llenos de maleza y sin fauna silvestre.
Ahora, con este nuevo cambio de gobierno que se avecina, todos esperamos que se tomen medidas más contundentes para combatir esta problemática. Se necesitan más guardaparques, más patrullajes y, sobre todo, campañas de concientización dirigidas a la población y a los propios operadores turísticos. No podemos seguir jugando con el futuro de nuestros parques, eso está clarísimo.
En fin, esto nos deja pensando: ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, asumir una mayor responsabilidad en la protección de nuestros parques nacionales y evitar que se conviertan en víctimas de la irresponsabilidad y la codicia? ¿Ustedes qué opinan, compas?
Lo que pasó en Quemaderos, en el Área de Conservación Central, es un claro ejemplo de cómo esto se ha salido de control. Un grupito de trece personas, incluyendo un guía, se metieron en un sector restringido en plena madrugada. Imagínate la torta, seis de ellos, incluido el guía, huyeron como roedores cuando vieron venir a los guardaparques. ¡Se fueron corriendo!
Al parecer, estos visitantes estaban pagándole a unos dueños de una finca vecina al parque para poder entrar por terrenos privados. Cancelan buen dinero, dicen, para tener acceso “exclusivo” a senderos prohibidos. Pero luego, con toda la calma del mundo, se cuelan al parque, ignorando las señales y la rotulación que está bien clara. Qué poca pena, diay.
Y ni hablar de lo que encontraron los oficiales. Además de las personas ingresando ilegalmente, había basura tirada por doquier, botellas de guaro vacías… ¡Todo un festín de irrespeto hacia nuestra naturaleza! Uno se da cuenta de que algunos vienen al parque solo a tomarse unas gaseosas y dejarla todo sucio, sin importarles el daño que causan.
El Ministerio de Ambiente (MINAE) no se quedó callado, obvio. Están pidiendo a la población que denuncie a esas empresas o personas que ofrecen tours ilegales en redes sociales. Cobran precios exorbitantes, como treinta y tantos mil colones por cabeza, ¡una verdadera estafa!, y encima ponen en peligro la vida de los turistas porque los llevan a lugares peligrosos y sin supervisión.
Esto es grave, mi gente. No solo estamos hablando de multas y sanciones, sino de un problema mucho mayor: la sostenibilidad de nuestros parques nacionales. Si seguimos permitiendo que se metan donde no deben, que contaminen y que destruyan nuestro patrimonio natural, vamos a acabar teniendo parques convertidos en basureros llenos de maleza y sin fauna silvestre.
Ahora, con este nuevo cambio de gobierno que se avecina, todos esperamos que se tomen medidas más contundentes para combatir esta problemática. Se necesitan más guardaparques, más patrullajes y, sobre todo, campañas de concientización dirigidas a la población y a los propios operadores turísticos. No podemos seguir jugando con el futuro de nuestros parques, eso está clarísimo.
En fin, esto nos deja pensando: ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, asumir una mayor responsabilidad en la protección de nuestros parques nacionales y evitar que se conviertan en víctimas de la irresponsabilidad y la codicia? ¿Ustedes qué opinan, compas?