¡Ay, Dios mío! Tremendo cimbronazo le dieron a la seguridad en Cartago. La Policía de Control de Drogas (PCD) salió con todo en una operación llamada ‘Azul’, y vaya si la pusieron a trabajar. Parece que el parque central y hasta los alrededores de la Basílica estaban más moviditos de lo normal, y ahora entendemos por qué… Allanamientos a mansalva, gente apresada y la sensación de que el agua está muy turbia en la Vieja Carreta.
La jugada maestra de la PCD fue desarticular tres estructuras dedicadas al narcomenudeo. Según cuentan, estas bandas andaban peleándose por territorio, así que imagínense el ambiente, pura tensión y nervios. El director de la PCD, Stephen Madden, soltó la bomba explicando que estas agrupaciones eran parte de algo más grande, con sus propios mapas y zonas designadas para vender la mercancía. No se andaban con rodeos, la cosa estaba seria.
Lo más preocupante es que una de estas bandas tenía el control casi absoluto del centro de Cartago. Madden, sin pelos en la lengua, dijo que un tipo apodado “Epi” –de apellido Carrasco– era el jefe mandamás de esta área. Este personaje, aparentemente, tenía su influencia hasta en la Basílica de Los Ángeles, ¡imagínate la osadía! Parece que algunos rezanderos se topaban con cosas que ni en sueños querían ver.
Pero no solo “Epi” estaba en el radar de las autoridades. También tienen en la mira a otro vato, “Furcia” (Brenes de apellidos), que dominaba la zona de San Rafael de Oreamuno. Justo ahí hubo un homicidio recientemente, y parece que las acciones de la PCD pudieron haber interrumpido alguna transacción o pelea interna. ¡Qué pena por la víctima!
Y para completar el trío de pesos pesados, aparece “Gamuza” (Álvarez de apellidos). Este ya está tras las rejas por transportar drogas, pero aún así seguía metiendo pata en los negocios ilícitos. Dice Madden que este señor todavía tenía cuentas pendientes con la ley, y que la PCD no descansará hasta verlo rendir cuentas por todos sus actos.
En total, esperan agarrar a unas doce personas vinculadas a estas organizaciones. La operación involucró a varias unidades de la Fuerza Pública, la Unidad Especial de Apoyo y la Unidad Especial de Intervención. Se nota que se prepararon a fondo para este brete, porque la cosa no debió ser fácil enfrentarse a estas bandas bien organizadas.
Además de capturas, la ‘Operación Azul’ resultó en la destrucción de varios puntos de venta, incluso unos búnkeres cerca de la Basílica. Esto es crucial, porque esa zona recibe muchísima gente, y es fundamental protegerla de este tipo de actividades. Imaginen a familias enteras exponiéndose a peligro por culpa de unos delincuentes. Esto sí que es un alivio para muchos cartagüeños.
Ahora bien, con toda esta movida, surge la gran pregunta: ¿Será suficiente con desarticular estas bandas para ponerle fin a la venta de drogas en Cartago, o necesitamos medidas más profundas y duraderas para atacar las causas del problema? ¿Ustedes creen que la policía está haciendo lo correcto, o deberíamos enfocarnos en programas sociales y educativos para evitar que jóvenes caigan en estas redes? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensan!
La jugada maestra de la PCD fue desarticular tres estructuras dedicadas al narcomenudeo. Según cuentan, estas bandas andaban peleándose por territorio, así que imagínense el ambiente, pura tensión y nervios. El director de la PCD, Stephen Madden, soltó la bomba explicando que estas agrupaciones eran parte de algo más grande, con sus propios mapas y zonas designadas para vender la mercancía. No se andaban con rodeos, la cosa estaba seria.
Lo más preocupante es que una de estas bandas tenía el control casi absoluto del centro de Cartago. Madden, sin pelos en la lengua, dijo que un tipo apodado “Epi” –de apellido Carrasco– era el jefe mandamás de esta área. Este personaje, aparentemente, tenía su influencia hasta en la Basílica de Los Ángeles, ¡imagínate la osadía! Parece que algunos rezanderos se topaban con cosas que ni en sueños querían ver.
Pero no solo “Epi” estaba en el radar de las autoridades. También tienen en la mira a otro vato, “Furcia” (Brenes de apellidos), que dominaba la zona de San Rafael de Oreamuno. Justo ahí hubo un homicidio recientemente, y parece que las acciones de la PCD pudieron haber interrumpido alguna transacción o pelea interna. ¡Qué pena por la víctima!
Y para completar el trío de pesos pesados, aparece “Gamuza” (Álvarez de apellidos). Este ya está tras las rejas por transportar drogas, pero aún así seguía metiendo pata en los negocios ilícitos. Dice Madden que este señor todavía tenía cuentas pendientes con la ley, y que la PCD no descansará hasta verlo rendir cuentas por todos sus actos.
En total, esperan agarrar a unas doce personas vinculadas a estas organizaciones. La operación involucró a varias unidades de la Fuerza Pública, la Unidad Especial de Apoyo y la Unidad Especial de Intervención. Se nota que se prepararon a fondo para este brete, porque la cosa no debió ser fácil enfrentarse a estas bandas bien organizadas.
Además de capturas, la ‘Operación Azul’ resultó en la destrucción de varios puntos de venta, incluso unos búnkeres cerca de la Basílica. Esto es crucial, porque esa zona recibe muchísima gente, y es fundamental protegerla de este tipo de actividades. Imaginen a familias enteras exponiéndose a peligro por culpa de unos delincuentes. Esto sí que es un alivio para muchos cartagüeños.
Ahora bien, con toda esta movida, surge la gran pregunta: ¿Será suficiente con desarticular estas bandas para ponerle fin a la venta de drogas en Cartago, o necesitamos medidas más profundas y duraderas para atacar las causas del problema? ¿Ustedes creen que la policía está haciendo lo correcto, o deberíamos enfocarnos en programas sociales y educativos para evitar que jóvenes caigan en estas redes? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensan!
