¡Ay, Dios mío, qué lío nos cayó encima! En medio de toda la bronca por la rifa de las frecuencias de radio y tele, el dipu Fabricio Alvarado se mandó un proyecto que está encendiendo todas las alarmas – y también dando esperanzas a unas cuantas emisoras de corte religioso. Parece que quiere regalárselas, diay, ¡pero hay gato encerrado!
La jugada viene impulsada por Nueva República, buscando favorecer a 25 estaciones radiofónicas y medios de comunicación que, básicamente, meten la Biblia en la oreja a diestra y siniestra. El detalle es que la Sala Constitucional ya puso freno a todo esto, suspendiendo temporalmente el concurso, así que el proyecto de Alvarado llega en un momento bastante peculiar, como si estuvieran intentando meterle pólvora a un fuego artificial ya apagado.
Según el proyecto, que llevan arrastrando como machete viejo desde el expediente 25.315, las emisoras elegidas tendrían que ser “sin fines de lucro”, operar con contenido puramente religioso, tener una licencia o contrato y demostrar que han sido fieles transmisores de fe durante años. Además, tienen que usar la onda de transmitir gratis para el público, porque, ¿qué sería de una emisora religiosa si cobrara por bendiciones?
Y ahí no termina la cosa. El gobierno, si el proyecto sale adelante (y eso es un gran ‘si’), tendría que regalarles las frecuencias de microondas que necesitan para funcionar, garantizando que puedan chismear de la Biblia a lo largo y ancho del país. Todo esto, sumado a las leyes de radio y telecomunicaciones existentes, claro, pa’ que no andemos haciendo gaitas.
Pero ojo, que la cosa se puso aún más picante cuando Rodrigo Chaves entró al quite en su programa de tele. El presidente, que parece estar buscando pelea con todo el mundo últimamente, dijo que iba a echarle mano al proyecto de Alvarado para “mejorarlo”. Pero no antes de soltarle bala al Arzobispo de San José, don José Rafael Quirós, acusándolo de atacarlo junto con las emisoras católicas. ¡Uy, uy, uy, qué calentura!
La reacción de la Iglesia Católica no se hizo esperar. Fustigaron duramente a Chaves y declinaron una invitación para discutir el tema en Casa Presidencial. Parecía una indirecta bien directa, diciendo que con él no se puede ni charlar tranquilamente, mucho menos llegar a acuerdos. Al final, parece que Don Rafa no estaba dispuesto a aguantarse los chirridos del Presidente y prefirió quedarse quieto, con la frente en alto.
Lo que resulta realmente preocupante es la posibilidad de que esto genere una polarización aún mayor en el país. Ya estamos batallando con tanta diferencia política y social, y ahora tenemos que lidiar con esto, con el riesgo de que se privilegien ciertos grupos religiosos sobre otros. ¿Será que estamos abriendo la puerta a un conflicto aún más grande entre diferentes corrientes de pensamiento en nuestro querido Costa Rica?
Así que ahí les va la pregunta, pura sabrosura: ¿Creen que el proyecto de Alvarado es una medida justa para apoyar a las emisoras religiosas, o simplemente es un intento de comprar votos y avivar la llama de la intolerancia? ¡Anímense a dejar sus opiniones en el foro, que queremos saber qué piensa la gente sobre esta vaina!
La jugada viene impulsada por Nueva República, buscando favorecer a 25 estaciones radiofónicas y medios de comunicación que, básicamente, meten la Biblia en la oreja a diestra y siniestra. El detalle es que la Sala Constitucional ya puso freno a todo esto, suspendiendo temporalmente el concurso, así que el proyecto de Alvarado llega en un momento bastante peculiar, como si estuvieran intentando meterle pólvora a un fuego artificial ya apagado.
Según el proyecto, que llevan arrastrando como machete viejo desde el expediente 25.315, las emisoras elegidas tendrían que ser “sin fines de lucro”, operar con contenido puramente religioso, tener una licencia o contrato y demostrar que han sido fieles transmisores de fe durante años. Además, tienen que usar la onda de transmitir gratis para el público, porque, ¿qué sería de una emisora religiosa si cobrara por bendiciones?
Y ahí no termina la cosa. El gobierno, si el proyecto sale adelante (y eso es un gran ‘si’), tendría que regalarles las frecuencias de microondas que necesitan para funcionar, garantizando que puedan chismear de la Biblia a lo largo y ancho del país. Todo esto, sumado a las leyes de radio y telecomunicaciones existentes, claro, pa’ que no andemos haciendo gaitas.
Pero ojo, que la cosa se puso aún más picante cuando Rodrigo Chaves entró al quite en su programa de tele. El presidente, que parece estar buscando pelea con todo el mundo últimamente, dijo que iba a echarle mano al proyecto de Alvarado para “mejorarlo”. Pero no antes de soltarle bala al Arzobispo de San José, don José Rafael Quirós, acusándolo de atacarlo junto con las emisoras católicas. ¡Uy, uy, uy, qué calentura!
La reacción de la Iglesia Católica no se hizo esperar. Fustigaron duramente a Chaves y declinaron una invitación para discutir el tema en Casa Presidencial. Parecía una indirecta bien directa, diciendo que con él no se puede ni charlar tranquilamente, mucho menos llegar a acuerdos. Al final, parece que Don Rafa no estaba dispuesto a aguantarse los chirridos del Presidente y prefirió quedarse quieto, con la frente en alto.
Lo que resulta realmente preocupante es la posibilidad de que esto genere una polarización aún mayor en el país. Ya estamos batallando con tanta diferencia política y social, y ahora tenemos que lidiar con esto, con el riesgo de que se privilegien ciertos grupos religiosos sobre otros. ¿Será que estamos abriendo la puerta a un conflicto aún más grande entre diferentes corrientes de pensamiento en nuestro querido Costa Rica?
Así que ahí les va la pregunta, pura sabrosura: ¿Creen que el proyecto de Alvarado es una medida justa para apoyar a las emisoras religiosas, o simplemente es un intento de comprar votos y avivar la llama de la intolerancia? ¡Anímense a dejar sus opiniones en el foro, que queremos saber qué piensa la gente sobre esta vaina!
