¡Ay, Dios mío! Esto sí que es novela. Resulta que el mae Garita Chávez, que se mandó un quite espectacular de la cárcel Luis Paulino Mora el viernes pasado, volvió a meterse en problemas, pero ahora a lo grande. En vez de estar tranquilito tratando de pasar desapercibido, decidió darle un susto a los pasajeros de un autobús cerca del Conservatorio Castella. ¡Imagínate la escena!
Para refrescarle la memoria a algunos, Garita Chávez era un privado de libertad que escapó de la zona de mínima contención del penal. Se supone que ahí estaban cuidándolo, pero parece que encontró una forma de “volar” como si fuera Superman. Ahora, entre comillas porque la fuga nunca es fácil ni rápida; requiere de mucho desplante y planificación, o pura suerte, eso ya depende de cada quien.
Pero bueno, como si escapar de la cárcel fuera poco, este mae decide ponerle sabor a la cosa intentando asaltar un autobús. Según testigos, llegó reventando con ganas de hacerle cosquillas al bolsillo a la gente. Por suerte, varios pasajeros fueron rápidos de reflejos y le dieron encima, agarrándole hasta que llegaran las autoridades. ¡No creo que haya salido ileso de esa, eh!
En cuestión de minutos, tanto la Policía Penitenciaria como agentes de la Fuerza Pública llegaron al lugar, cerrando el círculo alrededor del prófugo. Lo tuvieron rodeado, sin escapatoria alguna. Imaginen el alivio de los pasajeros y la cara de decepción de Garita Chávez, pensando que se iba a ir con el botín. Pero la vida siempre te da una, como dicen por acá. Y vaya que se la dio.
Ahora, Garita Chávez enfrenta doble problema: la evasin del centro penal, que ya es delito de por sí, y ahora sumarle el intento de robo a mano armada. Será trasladado a la Fiscalía de Flagrancia de Heredia para enfrentar cargos y, acto seguido, regresará a manos de Adaptación Social. Digamos que sus planes de vivir tranquilo como ciudadano ejemplar se fueron al traste. ¡Se echó una torta bien chingona!
Lo curioso de todo esto es cómo logró permanecer libre durante tantos días después de su fuga. Seguramente alguien andaba haciendo la vista gorda o él mismo tenía una red de apoyo muy bien organizada. Esas son las preguntas que seguramente las autoridades estarán investigando en estos momentos. Porque así es la vaina, nadie se escabulle a la justicia por mucho tiempo.
Este caso nos pone a reflexionar sobre la seguridad en nuestros centros penitenciarios y la necesidad de reforzar los controles. ¿Cómo pudo un individuo escapar de una prisión con tanta facilidad? ¿Qué medidas se tomarán para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro? Necesitamos soluciones reales, no discursos vacíos. La seguridad ciudadana es un brete que debemos asumir todos juntos.
Y aquí viene la pregunta para ustedes, mis queridos foristas: ¿Creen que las fugas de cárceles son producto de fallas en el sistema penitenciario o hay complicidades internas que facilitan estas acciones? ¿Qué medidas creen que serían más efectivas para prevenir este tipo de incidentes y garantizar la seguridad de todos los costarricenses?
Para refrescarle la memoria a algunos, Garita Chávez era un privado de libertad que escapó de la zona de mínima contención del penal. Se supone que ahí estaban cuidándolo, pero parece que encontró una forma de “volar” como si fuera Superman. Ahora, entre comillas porque la fuga nunca es fácil ni rápida; requiere de mucho desplante y planificación, o pura suerte, eso ya depende de cada quien.
Pero bueno, como si escapar de la cárcel fuera poco, este mae decide ponerle sabor a la cosa intentando asaltar un autobús. Según testigos, llegó reventando con ganas de hacerle cosquillas al bolsillo a la gente. Por suerte, varios pasajeros fueron rápidos de reflejos y le dieron encima, agarrándole hasta que llegaran las autoridades. ¡No creo que haya salido ileso de esa, eh!
En cuestión de minutos, tanto la Policía Penitenciaria como agentes de la Fuerza Pública llegaron al lugar, cerrando el círculo alrededor del prófugo. Lo tuvieron rodeado, sin escapatoria alguna. Imaginen el alivio de los pasajeros y la cara de decepción de Garita Chávez, pensando que se iba a ir con el botín. Pero la vida siempre te da una, como dicen por acá. Y vaya que se la dio.
Ahora, Garita Chávez enfrenta doble problema: la evasin del centro penal, que ya es delito de por sí, y ahora sumarle el intento de robo a mano armada. Será trasladado a la Fiscalía de Flagrancia de Heredia para enfrentar cargos y, acto seguido, regresará a manos de Adaptación Social. Digamos que sus planes de vivir tranquilo como ciudadano ejemplar se fueron al traste. ¡Se echó una torta bien chingona!
Lo curioso de todo esto es cómo logró permanecer libre durante tantos días después de su fuga. Seguramente alguien andaba haciendo la vista gorda o él mismo tenía una red de apoyo muy bien organizada. Esas son las preguntas que seguramente las autoridades estarán investigando en estos momentos. Porque así es la vaina, nadie se escabulle a la justicia por mucho tiempo.
Este caso nos pone a reflexionar sobre la seguridad en nuestros centros penitenciarios y la necesidad de reforzar los controles. ¿Cómo pudo un individuo escapar de una prisión con tanta facilidad? ¿Qué medidas se tomarán para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro? Necesitamos soluciones reales, no discursos vacíos. La seguridad ciudadana es un brete que debemos asumir todos juntos.
Y aquí viene la pregunta para ustedes, mis queridos foristas: ¿Creen que las fugas de cárceles son producto de fallas en el sistema penitenciario o hay complicidades internas que facilitan estas acciones? ¿Qué medidas creen que serían más efectivas para prevenir este tipo de incidentes y garantizar la seguridad de todos los costarricenses?