¡Ay, Dios mío! Parece que finalmente estamos viendo el fin de una larga novela. Después de meses de peleas legales y demoras inexplicables, la empresa Publiex comenzó esta semana el desmantelamiento de esas vallas publicitarias que estaban causando tanto alboroto en el Parque del Agricultor en Alajuela y en el Centro de Conservación de Santa Ana. La Contraloría General de la República les puso el alto hace casi un año, diciéndoles que esas cosas estaban en terrenos del Estado y tenían que irse. Pero como dicen por acá, 'pa' sembrar hay que regar', y parece que esto llevó su tiempo.
Todo empezó con un decreto de la Contraloría el 23 de octubre del año pasado, ordenando que Publiex quitara esas vallas. La empresa respondió diciendo que ya estaban haciendo el trabajo, removiendo cimientos y desarmando partes eléctricas. Parecía que iba todo bien, ¿verdad? Pues no tanto. Según Publiex, todo se detuvo cuando llegó el huracán Melissa, generando condiciones que hicieron imposible seguir adelante. ¿Qué te digo? A veces la naturaleza nos pone a todos en cintura.
Y no crean que la historia termina ahí. En el caso del Parque del Agricultor, resulta que alguien le dio el visto bueno para instalar la valla allá por el 2022, argumentando que el mensaje '#Mi corazón tico dice...' transmitiría valores patrióticos y motivadores. ¡Un sentimientito eso! Pero la verdad, después de tanto recurso de revocatoria, revisión y demás papeleos, parece que el corazón tico tuvo que esperar mucho para ver esa valla desaparecer. El MOPT, entre tanto, tampoco ha podido moverse mucho, aparentemente careciendo de la maquinaria y el personal necesarios para quitarla. Una torta tremenda.
Lo que más me da chirria es la situación en Santa Ana. Ahí también hubo problemas similares, y ahora, además, el terreno está inestable por las fuertes lluvias recientes. Publiex advierte que mover esa estructura de 80 toneladas podría ser un riesgo enorme para los trabajadores y las grúas. Es decir, que si llueve, la operación se aplaza. ¡Qué desconcierto! Uno piensa que con tanta plata que manejan, podrían tener unas grúas anticiclónicas, ¿eh?
La Contraloría no se quedó callada, claro. Le exigió al Ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT) que hiciera algo al respecto, pero parece que el papeleo sigue amontonándose. Y luego apareció el Ministro del Ambiente, avisándole a Publiex que el plazo para quitar la valla ya venció… ¡Pero qué brete! Entre un ministerio y otro, la valla sigue plantada ahí, desafiando a todos.
Ahora, algunos dirían que todo esto es culpa de la burocracia, otros culparían a Publiex por tardar tanto en cumplir con la orden. Yo creo que es un poquito de ambos. Lo importante es que, al final, parece que se va a solucionar, aunque haya tomado más tiempo del esperado. ¿Será que aprendemos a respetar los espacios públicos y a pedir permisos antes de poner cualquier cosa encima? Uno esperaría que sí, pero... ya saben cómo son las cosas por acá.
Y hablando de otras cosas, la polémica no se limita a estas vallas. También hay publicidad en postes de luz a lo largo de la carretera General Cañas y la Circunvalación Norte, y el MOPT y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) están pidiendo a la Contraloría que revierta la orden de quitarlas. Dicen que esos anuncios generan ingresos importantes para la CNFL y que impactan positivamente a los clientes. ¡Ahí vemos que el negocio siempre encuentra la forma de seguir adelante!
En fin, este asunto de las vallas publicitarias nos deja varias preguntas en el aire. ¿Creemnos que es justo priorizar los beneficios económicos de una empresa sobre el disfrute del espacio público por parte de todos los costarricenses? ¿Debería haber regulaciones más estrictas para la colocación de publicidad en zonas protegidas? Y lo más importante, ¿qué podemos hacer como ciudadanos para exigir que nuestros espacios públicos sean respetados y valorados? ¡Déjenme sus opiniones abajo!
Todo empezó con un decreto de la Contraloría el 23 de octubre del año pasado, ordenando que Publiex quitara esas vallas. La empresa respondió diciendo que ya estaban haciendo el trabajo, removiendo cimientos y desarmando partes eléctricas. Parecía que iba todo bien, ¿verdad? Pues no tanto. Según Publiex, todo se detuvo cuando llegó el huracán Melissa, generando condiciones que hicieron imposible seguir adelante. ¿Qué te digo? A veces la naturaleza nos pone a todos en cintura.
Y no crean que la historia termina ahí. En el caso del Parque del Agricultor, resulta que alguien le dio el visto bueno para instalar la valla allá por el 2022, argumentando que el mensaje '#Mi corazón tico dice...' transmitiría valores patrióticos y motivadores. ¡Un sentimientito eso! Pero la verdad, después de tanto recurso de revocatoria, revisión y demás papeleos, parece que el corazón tico tuvo que esperar mucho para ver esa valla desaparecer. El MOPT, entre tanto, tampoco ha podido moverse mucho, aparentemente careciendo de la maquinaria y el personal necesarios para quitarla. Una torta tremenda.
Lo que más me da chirria es la situación en Santa Ana. Ahí también hubo problemas similares, y ahora, además, el terreno está inestable por las fuertes lluvias recientes. Publiex advierte que mover esa estructura de 80 toneladas podría ser un riesgo enorme para los trabajadores y las grúas. Es decir, que si llueve, la operación se aplaza. ¡Qué desconcierto! Uno piensa que con tanta plata que manejan, podrían tener unas grúas anticiclónicas, ¿eh?
La Contraloría no se quedó callada, claro. Le exigió al Ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT) que hiciera algo al respecto, pero parece que el papeleo sigue amontonándose. Y luego apareció el Ministro del Ambiente, avisándole a Publiex que el plazo para quitar la valla ya venció… ¡Pero qué brete! Entre un ministerio y otro, la valla sigue plantada ahí, desafiando a todos.
Ahora, algunos dirían que todo esto es culpa de la burocracia, otros culparían a Publiex por tardar tanto en cumplir con la orden. Yo creo que es un poquito de ambos. Lo importante es que, al final, parece que se va a solucionar, aunque haya tomado más tiempo del esperado. ¿Será que aprendemos a respetar los espacios públicos y a pedir permisos antes de poner cualquier cosa encima? Uno esperaría que sí, pero... ya saben cómo son las cosas por acá.
Y hablando de otras cosas, la polémica no se limita a estas vallas. También hay publicidad en postes de luz a lo largo de la carretera General Cañas y la Circunvalación Norte, y el MOPT y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) están pidiendo a la Contraloría que revierta la orden de quitarlas. Dicen que esos anuncios generan ingresos importantes para la CNFL y que impactan positivamente a los clientes. ¡Ahí vemos que el negocio siempre encuentra la forma de seguir adelante!
En fin, este asunto de las vallas publicitarias nos deja varias preguntas en el aire. ¿Creemnos que es justo priorizar los beneficios económicos de una empresa sobre el disfrute del espacio público por parte de todos los costarricenses? ¿Debería haber regulaciones más estrictas para la colocación de publicidad en zonas protegidas? Y lo más importante, ¿qué podemos hacer como ciudadanos para exigir que nuestros espacios públicos sean respetados y valorados? ¡Déjenme sus opiniones abajo!