¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que la embajadora Catalina Crespo, nuestra representante en Estados Unidos, no va a ir a ese lleno del Congreso gringo, donde la iban a entrevistar por el brete del desafuero del Presidente Chaves. En vez de eso, se va a echar un bruncho privado con el congresista Mario Díaz-Balart. ¡Un despiche!
Para ponerlos al día, la onda es que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) mandó llamar al Congreso de Estados Unidos porque hay 15 denuncias por beligerancia política contra nuestro querido Rodri. El tema es que el Congreso, que está integrado por 535 personas, quería saber qué pasa con todo este tinglado. Pero parece que la embajadora prefirió buscarle la vuelta.
Según fuentes cercanas, Díaz-Balart, quien ya había visitado a Chaves en Casa Presidencial en julio del año pasado, convocó a la embajadora para “rendir cuentas”. Imagínate, él, que es solo uno de los 435 representantes de la Cámara, armó toda esta movida. ¿Será que le da más confianza tener una charla de ponchera que enfrentarse a todo el Congreso?
La propia embajadora lo confirmó en Trivisión, diciendo que “esta no es una conversación con el Congreso. Es una convocatoria donde me llaman a rendir cuentas”. Suena a que quiere evitar cualquier tipo de bochorno público, diay. Y aunque algunos digan que es un golpe bajo, ella dice que es simplemente un encuentro informativo. ¡A ver quién les cree!
Pero la cosa no queda ahí, porque tanto el TSE como el Poder Judicial salieron a defenderse. El TSE dijo textualmente que “lo anunciado es un acto político de representantes extranjeros sin ninguna incidencia en el proceso electoral costarricense”. Ya saben, tratando de quitarle hierro al asunto. Y el Poder Judicial, para no quedarse atrás, aseguró que todo está yendo conforme a la ley y que no hay persecución política.
En medio de este maje, ocho expresidentes de la República firmaron un comunicado defendiendo al TSE y advirtiendo a la comunidad internacional que tenga cuidado con la información que circula sobre Costa Rica. ¡Uy, la van a liar! Parece que la situación se está poniendo más caliente que un tamal en diciembre.
Ahora, la Asamblea Legislativa está tramitando formalmente el proceso de desafuero contra el Presidente Chaves. Y entre tanto, la embajadora se reúne a solas con el congresista gringo, mientras todos nos preguntamos: ¿qué tanta agua le están metiendo a este brete? Algunos dicen que esto es un intento de influenciar el proceso, otros que es simplemente diplomacia... ¡Qué torta!
Entre tanto revuelo, mi pregunta para ustedes, ¿creen que la embajadora actuó correctamente al optar por la reunión privada en lugar de enfrentar al Congreso de Estados Unidos? ¿Será que el gobierno está jugando sucio o simplemente buscando proteger sus intereses? ¡Den su opinión en el foro, a ver qué sale!
Para ponerlos al día, la onda es que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) mandó llamar al Congreso de Estados Unidos porque hay 15 denuncias por beligerancia política contra nuestro querido Rodri. El tema es que el Congreso, que está integrado por 535 personas, quería saber qué pasa con todo este tinglado. Pero parece que la embajadora prefirió buscarle la vuelta.
Según fuentes cercanas, Díaz-Balart, quien ya había visitado a Chaves en Casa Presidencial en julio del año pasado, convocó a la embajadora para “rendir cuentas”. Imagínate, él, que es solo uno de los 435 representantes de la Cámara, armó toda esta movida. ¿Será que le da más confianza tener una charla de ponchera que enfrentarse a todo el Congreso?
La propia embajadora lo confirmó en Trivisión, diciendo que “esta no es una conversación con el Congreso. Es una convocatoria donde me llaman a rendir cuentas”. Suena a que quiere evitar cualquier tipo de bochorno público, diay. Y aunque algunos digan que es un golpe bajo, ella dice que es simplemente un encuentro informativo. ¡A ver quién les cree!
Pero la cosa no queda ahí, porque tanto el TSE como el Poder Judicial salieron a defenderse. El TSE dijo textualmente que “lo anunciado es un acto político de representantes extranjeros sin ninguna incidencia en el proceso electoral costarricense”. Ya saben, tratando de quitarle hierro al asunto. Y el Poder Judicial, para no quedarse atrás, aseguró que todo está yendo conforme a la ley y que no hay persecución política.
En medio de este maje, ocho expresidentes de la República firmaron un comunicado defendiendo al TSE y advirtiendo a la comunidad internacional que tenga cuidado con la información que circula sobre Costa Rica. ¡Uy, la van a liar! Parece que la situación se está poniendo más caliente que un tamal en diciembre.
Ahora, la Asamblea Legislativa está tramitando formalmente el proceso de desafuero contra el Presidente Chaves. Y entre tanto, la embajadora se reúne a solas con el congresista gringo, mientras todos nos preguntamos: ¿qué tanta agua le están metiendo a este brete? Algunos dicen que esto es un intento de influenciar el proceso, otros que es simplemente diplomacia... ¡Qué torta!
Entre tanto revuelo, mi pregunta para ustedes, ¿creen que la embajadora actuó correctamente al optar por la reunión privada en lugar de enfrentar al Congreso de Estados Unidos? ¿Será que el gobierno está jugando sucio o simplemente buscando proteger sus intereses? ¡Den su opinión en el foro, a ver qué sale!