¡Ay, Dios mío, qué chin nos cayó encima con esto de la Caja de Ande! Resulta que la Sugef, que siempre anda pendiente, le soltó una sopa bien caliente a la junta directiva. Parece que hay un problemón con cómo han manejado las cosas, porque andan dejando pasar un montón de recomendaciones de la Auditoría Interna. ¡Unas 172, diay!
Según el informe, que salió a la luz hace poquito, la cosa va así: desde el 2019, ¡sí, desde 2019!, que no atienden unas recomendaciones. De esas 172, casi todas, 148 para ser exactos, ya estaban vencidas. Uno se pregunta, ¿qué hacían estos tipos?
La Sugef no se anduvo con rodeos y dijo que tienen una cultura de control bastante floja. Que el órgano de dirección no se preocupa mucho por revisar esas recomendaciones y que la alta gerencia, pues ahí la tienen dura, no las implementa. ¡Un brete de responsabilidades sin cumplir!
Y eso no es todo, porque parece que la junta directiva prometió hacer un plan de acción en enero del 2025 para ver qué onda con estas recomendaciones, pero nunca lo hicieron. Primero dijeron que estaría listo en junio, y ahora quién sabe cuándo lo tendrán. ¡Parece que se fueron al traste con eso!
Pero la bronca no es solo de la junta directiva, sino también de la Auditoría Interna. Según el informe, ellos tampoco han hecho bien su trabajo. No crearon una política para darle seguimiento a las recomendaciones y ni siquiera informaron al Comité de Auditoría sobre las que estaban pendientes. ¡Qué sal!
¿Y qué pasó con las otras recomendaciones? Pues parece que también hay problemas. La Sugef señaló que la junta directiva no se preocupó por asegurarse de que la gerencia cumpliera con otros acuerdos. Por ejemplo, tenían 190 pendientes entre el 2021 y el 2024. ¡Una torta!
Además, la Sugef también expresó su preocupación por la falta de confianza que algunos directivos tienen en el auditor interno. Dicen que lo cuestionan por supuesta falta de objetividad y que incluso redujeron el presupuesto de capacitación de su oficina. ¡Todo pinta feo, mi pana!
En fin, la Sugef calificó a la Caja de Ande con una Irregularidad I, y también mencionó que la presidenta y la gerente no cumplen con todos los requisitos para estar en esos puestos. Claro que no todo es malo: la caja anda decente en cuanto a capital, utilidades y liquidez, pero los problemas de control y supervisión son graves. Ahora me pregunto, ¿crees que la Caja de Ande podrá salir adelante de esta situación o estamos viendo el principio del fin de esta institución tan importante para los educadores?
Según el informe, que salió a la luz hace poquito, la cosa va así: desde el 2019, ¡sí, desde 2019!, que no atienden unas recomendaciones. De esas 172, casi todas, 148 para ser exactos, ya estaban vencidas. Uno se pregunta, ¿qué hacían estos tipos?
La Sugef no se anduvo con rodeos y dijo que tienen una cultura de control bastante floja. Que el órgano de dirección no se preocupa mucho por revisar esas recomendaciones y que la alta gerencia, pues ahí la tienen dura, no las implementa. ¡Un brete de responsabilidades sin cumplir!
Y eso no es todo, porque parece que la junta directiva prometió hacer un plan de acción en enero del 2025 para ver qué onda con estas recomendaciones, pero nunca lo hicieron. Primero dijeron que estaría listo en junio, y ahora quién sabe cuándo lo tendrán. ¡Parece que se fueron al traste con eso!
Pero la bronca no es solo de la junta directiva, sino también de la Auditoría Interna. Según el informe, ellos tampoco han hecho bien su trabajo. No crearon una política para darle seguimiento a las recomendaciones y ni siquiera informaron al Comité de Auditoría sobre las que estaban pendientes. ¡Qué sal!
¿Y qué pasó con las otras recomendaciones? Pues parece que también hay problemas. La Sugef señaló que la junta directiva no se preocupó por asegurarse de que la gerencia cumpliera con otros acuerdos. Por ejemplo, tenían 190 pendientes entre el 2021 y el 2024. ¡Una torta!
Además, la Sugef también expresó su preocupación por la falta de confianza que algunos directivos tienen en el auditor interno. Dicen que lo cuestionan por supuesta falta de objetividad y que incluso redujeron el presupuesto de capacitación de su oficina. ¡Todo pinta feo, mi pana!
En fin, la Sugef calificó a la Caja de Ande con una Irregularidad I, y también mencionó que la presidenta y la gerente no cumplen con todos los requisitos para estar en esos puestos. Claro que no todo es malo: la caja anda decente en cuanto a capital, utilidades y liquidez, pero los problemas de control y supervisión son graves. Ahora me pregunto, ¿crees que la Caja de Ande podrá salir adelante de esta situación o estamos viendo el principio del fin de esta institución tan importante para los educadores?