¡Ay, Dios mío, qué bronca! La cosa está que arde en Costa Rica, pura polémica y denuncias cruzadas. Resulta que ahora tenemos una señora acusando a dos funcionarias del Inamu, incluyendo a la mismísima Yerlin Zúñiga, de intentar comprarle su testimonio para armarle una denuncia falsa contra Randall Zúñiga, el jefe del OIJ. ¡Imagínate el fiaco!
Todo comenzó cuando esta mujer, vecina de Turrialba, asegura que las señoras del Inamu llegaron a su casa con una denuncia ya escrita, lista para que ella la firmara y así hundir al director del OIJ. Dicen que incluso querían ofrecerle ayuda económica, pagándole los estudios y hasta mudarla a otra ciudad. ¡Una vara bien turbia, mae! Esto, claro, luego salió a luz y se convirtió en un verdadero circo mediático.
Lo más curioso de todo es que, según la denunciante, esta boleta –como decimos nosotros– apareció publicada en el programa “OPA”, conducido por Douglas Sánchez. El hombre, pa’ colmo, no niega la publicación y simplemente te manda a ver el noticiero a las ocho de la noche. ¡Así, sin más! Parece que no le importa mucho aclarar la jugada, ¿verdad?
Y para hacerlo aún más picante, resulta que, según fuentes cercanas, tanto Rodrigo Chaves, el presidente, como Pilar Cisneros y Douglas Sánchez estaban compartiendo mesa en el mismo restaurante donde supuestamente ocurrió todo esto. ¡Un encuentro fortuito, dirán algunos; una clara señal de complicidades, dirán otros! El asunto se puso más cargado cuando salieron fotos de todos juntos, comiendo tranquilos mientras la polémica seguía explotando.
Federico Campos, abogado del director del OIJ, no tardó en salir al frente defendiéndolo. Dice que hay denuncias falsas, que hay otras motivaciones detrás de todo esto y que confía en que la investigación sea objetiva y no esté influenciada por nadie. También mencionó que están evaluando presentar denuncias contra quienes estén involucrados en este embrollo. ¡Se rifa el pobre hombre tratando de limpiar el nombre de don Randall!
Mientras tanto, el director del OIJ está suspendido temporalmente, y la Fiscalía Adjunta de Género sigue investigando las tres denuncias de violación en su contra. La cosa pinta fea para ambos lados, y el caso ha generado mucha controversia y especulación en redes sociales. Muchos se preguntan quién está moviendo los hilos detrás de esta telenovela nacional.
Este caso nos recuerda lo rápido que pueden volar los rumores y cómo las instituciones públicas pueden verse afectadas por escándalos políticos. Además, plantea preguntas sobre la ética de los medios de comunicación y su responsabilidad al publicar información delicada sin verificarla completamente. ¡Uy, qué brete nos cayó encima!
Con toda esta maraña de acusaciones, testimonios contradictorios y encuentros casuales, la pregunta que queda en el aire es: ¿Estamos frente a un complot político para desprestigiar al director del OIJ, o realmente hay pruebas suficientes para demostrar su culpabilidad? ¿Cuál creen ustedes que es la verdadera vara detrás de todo este drama?
Todo comenzó cuando esta mujer, vecina de Turrialba, asegura que las señoras del Inamu llegaron a su casa con una denuncia ya escrita, lista para que ella la firmara y así hundir al director del OIJ. Dicen que incluso querían ofrecerle ayuda económica, pagándole los estudios y hasta mudarla a otra ciudad. ¡Una vara bien turbia, mae! Esto, claro, luego salió a luz y se convirtió en un verdadero circo mediático.
Lo más curioso de todo es que, según la denunciante, esta boleta –como decimos nosotros– apareció publicada en el programa “OPA”, conducido por Douglas Sánchez. El hombre, pa’ colmo, no niega la publicación y simplemente te manda a ver el noticiero a las ocho de la noche. ¡Así, sin más! Parece que no le importa mucho aclarar la jugada, ¿verdad?
Y para hacerlo aún más picante, resulta que, según fuentes cercanas, tanto Rodrigo Chaves, el presidente, como Pilar Cisneros y Douglas Sánchez estaban compartiendo mesa en el mismo restaurante donde supuestamente ocurrió todo esto. ¡Un encuentro fortuito, dirán algunos; una clara señal de complicidades, dirán otros! El asunto se puso más cargado cuando salieron fotos de todos juntos, comiendo tranquilos mientras la polémica seguía explotando.
Federico Campos, abogado del director del OIJ, no tardó en salir al frente defendiéndolo. Dice que hay denuncias falsas, que hay otras motivaciones detrás de todo esto y que confía en que la investigación sea objetiva y no esté influenciada por nadie. También mencionó que están evaluando presentar denuncias contra quienes estén involucrados en este embrollo. ¡Se rifa el pobre hombre tratando de limpiar el nombre de don Randall!
Mientras tanto, el director del OIJ está suspendido temporalmente, y la Fiscalía Adjunta de Género sigue investigando las tres denuncias de violación en su contra. La cosa pinta fea para ambos lados, y el caso ha generado mucha controversia y especulación en redes sociales. Muchos se preguntan quién está moviendo los hilos detrás de esta telenovela nacional.
Este caso nos recuerda lo rápido que pueden volar los rumores y cómo las instituciones públicas pueden verse afectadas por escándalos políticos. Además, plantea preguntas sobre la ética de los medios de comunicación y su responsabilidad al publicar información delicada sin verificarla completamente. ¡Uy, qué brete nos cayó encima!
Con toda esta maraña de acusaciones, testimonios contradictorios y encuentros casuales, la pregunta que queda en el aire es: ¿Estamos frente a un complot político para desprestigiar al director del OIJ, o realmente hay pruebas suficientes para demostrar su culpabilidad? ¿Cuál creen ustedes que es la verdadera vara detrás de todo este drama?
