¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que Alexis Calderón, el jovencito que metió el pie en el Colegio de Cedros de Montes de Oca para echarle un discurso político a los alumnos, anduvo confesando cosas ante los diputados de la Asamblea Legislativa. Después del relajo que se armó, con padres molestos, acusaciones cruzadas y hasta una visita del Ministerio de Educación, el mae finalmente soltó la sopa y admitió que representa al Partido Pueblo Soberano (PPSO).
Todo comenzó hace unos días, cuando se escucharon rumores de que alguien, haciéndose pasar por funcionario del TSE, iba a dar una charlatanería sobre la importancia del voto. ¡Imagínate el escándalo! Pero luego salió a la luz que era Calderón, quien insistió en que todo se hizo bajo la bendición de los mandamases del PPSO en la zona. Según él, la idea surgió en una reunionzinha entre panas del partido y decidieron darle caña a las escuelas para motivar a la juventud a empadronarse.
Y ahora resulta que el jovencito juró y perjuró que no quería convencer a nadie de que votara por el PPSO, sino solamente darles unas palabritas sobre la importancia de participar en la vida política. ¡Qué naif! Dijo que sacar la bandera del partido fue un descuido, un momentazo de euforia juvenil. "Me emocioné, diay", declaró el mae con cara de arrepentimiento, mientras los diputados lo miraban con cara de pocos amigos.
Pero la cosa no queda ahí. Mayulí Ortega, la presidenta del PPSO, salió a negar con toda la fuerza que Calderón tenga nada que ver con su partido. ¡Se agarraron a matar! Ella dijo que el mae no está inscrito en el TSE ni en la estructura juvenil del partido, y que nunca le autorizaron a meterse en los colegios a hacer proselitismo. "Eso es pura mentira", exclamó Ortega, visiblemente molesta. "Nosotros no andamos haciendo esas payasadas".
La directora del Colegio de Cedros, Cristian Chaves, también recibió una llamada de atención escrita por parte del MEP. Parece que Carmen Ledezma Ramírez, la supervisora educativa, determinó que la señora no verificó si Calderón era realmente quién decía ser. ¡Un descuido que le costó caro! El ministro Leonardo Sánchez confirmó la sanción, explicando que se trata de un incumplimiento del control interno. "Es importante verificar la identidad de las personas que entran a los centros educativos", sentenció el ministro.
Lo curioso de todo esto es que Calderón asegura que la charla apenas duró unos minutos, y que enfocó su discurso en explicar cómo funciona el proceso electoral. Dice que solamente sacó la bandera del partido al final, para aclarar su procedencia. ¡Ah, la inocencia de la juventud! Aunque algunos sospechan que el mae tenía otros planes, como sembrar ideas en la mente de los estudiantes.
Ahora, el caso ha prendido todas las alarmas en el TSE y en el MEP. Están revisando los protocolos de seguridad en los colegios y analizando cómo evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. Además, el PPSO anda buscando controlar los daños, tratando de limpiar su imagen pública y convencer a la población de que no están involucrados en prácticas turbias. ¡Menudo brete se trajeron!
En fin, este caso nos deja varias preguntas en el aire. ¿Hasta dónde pueden llegar los partidos políticos a influenciar a los estudiantes en las escuelas? ¿Deberían endurecerse los controles de acceso a los centros educativos? Y lo más importante: ¿Qué papel juega la juventud en la política nacional? Les dejo pensando… ¿Ustedes creen que Calderón dijo la verdad o simplemente anda tratando de salir del paso?
Todo comenzó hace unos días, cuando se escucharon rumores de que alguien, haciéndose pasar por funcionario del TSE, iba a dar una charlatanería sobre la importancia del voto. ¡Imagínate el escándalo! Pero luego salió a la luz que era Calderón, quien insistió en que todo se hizo bajo la bendición de los mandamases del PPSO en la zona. Según él, la idea surgió en una reunionzinha entre panas del partido y decidieron darle caña a las escuelas para motivar a la juventud a empadronarse.
Y ahora resulta que el jovencito juró y perjuró que no quería convencer a nadie de que votara por el PPSO, sino solamente darles unas palabritas sobre la importancia de participar en la vida política. ¡Qué naif! Dijo que sacar la bandera del partido fue un descuido, un momentazo de euforia juvenil. "Me emocioné, diay", declaró el mae con cara de arrepentimiento, mientras los diputados lo miraban con cara de pocos amigos.
Pero la cosa no queda ahí. Mayulí Ortega, la presidenta del PPSO, salió a negar con toda la fuerza que Calderón tenga nada que ver con su partido. ¡Se agarraron a matar! Ella dijo que el mae no está inscrito en el TSE ni en la estructura juvenil del partido, y que nunca le autorizaron a meterse en los colegios a hacer proselitismo. "Eso es pura mentira", exclamó Ortega, visiblemente molesta. "Nosotros no andamos haciendo esas payasadas".
La directora del Colegio de Cedros, Cristian Chaves, también recibió una llamada de atención escrita por parte del MEP. Parece que Carmen Ledezma Ramírez, la supervisora educativa, determinó que la señora no verificó si Calderón era realmente quién decía ser. ¡Un descuido que le costó caro! El ministro Leonardo Sánchez confirmó la sanción, explicando que se trata de un incumplimiento del control interno. "Es importante verificar la identidad de las personas que entran a los centros educativos", sentenció el ministro.
Lo curioso de todo esto es que Calderón asegura que la charla apenas duró unos minutos, y que enfocó su discurso en explicar cómo funciona el proceso electoral. Dice que solamente sacó la bandera del partido al final, para aclarar su procedencia. ¡Ah, la inocencia de la juventud! Aunque algunos sospechan que el mae tenía otros planes, como sembrar ideas en la mente de los estudiantes.
Ahora, el caso ha prendido todas las alarmas en el TSE y en el MEP. Están revisando los protocolos de seguridad en los colegios y analizando cómo evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. Además, el PPSO anda buscando controlar los daños, tratando de limpiar su imagen pública y convencer a la población de que no están involucrados en prácticas turbias. ¡Menudo brete se trajeron!
En fin, este caso nos deja varias preguntas en el aire. ¿Hasta dónde pueden llegar los partidos políticos a influenciar a los estudiantes en las escuelas? ¿Deberían endurecerse los controles de acceso a los centros educativos? Y lo más importante: ¿Qué papel juega la juventud en la política nacional? Les dejo pensando… ¿Ustedes creen que Calderón dijo la verdad o simplemente anda tratando de salir del paso?
