¡Ay, Dios mío! Parece que estamos viviendo otra telenovela, pero esta vez protagonizada por el Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica. Resulta que estaban empeñados en hacer una graduación masiva, ¡en medio de las elecciones internas!, desafiando abiertamente las órdenes del Tribunal Electoral. ¡Qué torta!
Todo este circo comenzó porque el Tribunal Electoral del Colegio les dijo “frene, pare usted ahí” y suspendió el evento. Pero no, la Junta Directiva y la Dirección Ejecutiva decidieron hacerse los sordos y seguir adelante con sus planes. Imagínate la bronca, ¡querían meterle encima unas notas a los graduandos justo cuando la gente estaba votando por quién va a dirigir el colegio! Un verdadero despiche.
Integrar Luris, unos abogados que andan bien conscientes de lo que pasa, soltaron un comunicado en redes sociales diciendo que esto no es normal, ni sano, ni correcto. Dijeron que hay que frenar los abusos inmediatamente. Y tienen razón, ¿quién se cree que son para andar ignorando las reglas así como así?
El Tribunal Electoral, viendo que la cosa se ponía fea, tuvo que emitir una nueva orden, ahora más firme, recordándoles que acaten la suspensión. Se llama “órden provisionalísima”, lo cual suena a que no quieren tener que estarles regañando todos los días. Parece que algunos prefieren vivir en su propia realidad y se olvidan de que hay leyes y normas que hay que respetar.
Ahora, ¿por qué tanto empeño en sacar adelante esta graduación?, esa es la gran pregunta. Algunos murmuran que se trata de una forma de mostrar poder y reafirmar su posición dentro del colegio, aunque estén haciendo cosas turbias. Otros dicen que simplemente fueron unos descuidados que no se dieron cuenta de la fecha. Sea cual sea la razón, el caso ha generado bastante controversia y ha puesto en tela de juicio la credibilidad de las autoridades del colegio.
Este lío pinta para ser un brete, mándale fe. Estamos hablando de un órgano importante dentro del sistema judicial, y verlos peleándose por el poder así, da una pena ajena. Además, le hacen un flaco servicio a toda la profesión abogada, que siempre está buscando proyectar una imagen seria y confiable. ¡Esto no ayuda en nada!
Y claro, mientras tanto, los miembros del Colegio siguen preocupados por las elecciones, intentando elegir a sus representantes sin que este escándalo opaque todo lo demás. Esperemos que la democracia prevalezca y que elijan líderes que realmente tengan interés en mejorar el funcionamiento del colegio, y no solo en aferrarse al poder a cualquier costo. Porque, díganlo conmigo, ¡qué carga!
En fin, esta vainera nos deja pensando: ¿Cree usted que las instituciones deberían aplicar sanciones más severas a quienes desobedecen las órdenes judiciales, o debería enfocarse en promover una cultura de respeto a la ley desde adentro? ¡Déjeme saber su opinión en el foro!
Todo este circo comenzó porque el Tribunal Electoral del Colegio les dijo “frene, pare usted ahí” y suspendió el evento. Pero no, la Junta Directiva y la Dirección Ejecutiva decidieron hacerse los sordos y seguir adelante con sus planes. Imagínate la bronca, ¡querían meterle encima unas notas a los graduandos justo cuando la gente estaba votando por quién va a dirigir el colegio! Un verdadero despiche.
Integrar Luris, unos abogados que andan bien conscientes de lo que pasa, soltaron un comunicado en redes sociales diciendo que esto no es normal, ni sano, ni correcto. Dijeron que hay que frenar los abusos inmediatamente. Y tienen razón, ¿quién se cree que son para andar ignorando las reglas así como así?
El Tribunal Electoral, viendo que la cosa se ponía fea, tuvo que emitir una nueva orden, ahora más firme, recordándoles que acaten la suspensión. Se llama “órden provisionalísima”, lo cual suena a que no quieren tener que estarles regañando todos los días. Parece que algunos prefieren vivir en su propia realidad y se olvidan de que hay leyes y normas que hay que respetar.
Ahora, ¿por qué tanto empeño en sacar adelante esta graduación?, esa es la gran pregunta. Algunos murmuran que se trata de una forma de mostrar poder y reafirmar su posición dentro del colegio, aunque estén haciendo cosas turbias. Otros dicen que simplemente fueron unos descuidados que no se dieron cuenta de la fecha. Sea cual sea la razón, el caso ha generado bastante controversia y ha puesto en tela de juicio la credibilidad de las autoridades del colegio.
Este lío pinta para ser un brete, mándale fe. Estamos hablando de un órgano importante dentro del sistema judicial, y verlos peleándose por el poder así, da una pena ajena. Además, le hacen un flaco servicio a toda la profesión abogada, que siempre está buscando proyectar una imagen seria y confiable. ¡Esto no ayuda en nada!
Y claro, mientras tanto, los miembros del Colegio siguen preocupados por las elecciones, intentando elegir a sus representantes sin que este escándalo opaque todo lo demás. Esperemos que la democracia prevalezca y que elijan líderes que realmente tengan interés en mejorar el funcionamiento del colegio, y no solo en aferrarse al poder a cualquier costo. Porque, díganlo conmigo, ¡qué carga!
En fin, esta vainera nos deja pensando: ¿Cree usted que las instituciones deberían aplicar sanciones más severas a quienes desobedecen las órdenes judiciales, o debería enfocarse en promover una cultura de respeto a la ley desde adentro? ¡Déjeme saber su opinión en el foro!