¡Ay, Dios mío! Se armó un bronca tremenda después del partido entre Cartaginés y Alajuelense. Las multas cayeron como balde de agua fría, dejando a ambos equipos con cara de haber ido a meterse en un brete bien complicado. De verdad, ¡qué despiche!
Como ya saben, el ambiente estaba tenso desde antes del pitazo inicial. Ambos equipos necesitaban los puntos desesperadamente, así que la rivalidad se palpaba en el aire. Pero lo que nadie esperaba era que al final del partido la cosa escalara hasta tal punto, con gritos, empujones y hasta acusaciones graves. No es la primera vez que vemos estas cosas en nuestro fútbol, pero vaya que esta vez se pasaron de lanza.
Al final de las cuentas, la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefutbol) soltó la manguera y aplicó sanciones económicas y deportivas que van a dolerle a ambos clubes. En total, se habla de casi dos millones y medio de colones en multas, distribuidos entre Cartaginés y Alajuelense por comportamiento antideportivo general. ¡Una tortilla!
Pero eso no es todo, porque también hubo suspensiones directas para varios jugadores y miembros del cuerpo técnico. Alajuelense tendrá que jugar sin Alexis Gamboa y Rashir Parkins durante un partido, además de pagar una mordida de cien mil colones cada uno por acumulación de tarjetas amarillas. ¡Se les complicó la vida!
Por lado de Cartaginés, el asistente técnico Omar Royero recibió un toque de silbido y un pago de cien mil colones por doble amarilla. Lo que realmente sacudió a todos fue la sanción al delantero Diego Mesén, quien deberá cumplir dos partidos de suspensión y pagará doscientos cincuenta mil colones por una entrada con fuerza excesiva; parece que se le fue la pinza y metió una estocada de esas que no perdonan.
Y ni hablar de lo ocurrido en los vestidores, donde se produjo una confrontación que terminó con David Vargas Masís, gerente de Cartaginés, siendo suspendido cuatro partidos y obligado a pagar quinientos mil colones por agredir a una persona. ¡Eso ya es irse al traste! La ley es clara, no puedes andar de matoncito en estos casos. Aparte de todo eso, cada club tuvo que agregar una multa de 500 mil colones por su parte en los incidentes.
Mariano Torres, figura del Saprissa, tampoco escapó de la polémica; aunque no participó directamente en los altercados, fue suspendido un partido por alcanzar la quinta tarjeta amarilla. Parece que la mala suerte anda rondando a varios equipos este torneo. ¡Qué sal!
En resumen, una jornada negra para el fútbol tico, llena de sanciones y controversias. Esta situación nos hace reflexionar sobre la importancia del juego limpio y el respeto dentro e incluso fuera de la cancha. ¿Será posible que estas multas sirvan para sentar un precedente y evitar que situaciones similares se repitan en el futuro, o seguiremos viendo peleas en los camerinos y expulsiones injustas? ¡Díganme qué opinan, pura verdura!
Como ya saben, el ambiente estaba tenso desde antes del pitazo inicial. Ambos equipos necesitaban los puntos desesperadamente, así que la rivalidad se palpaba en el aire. Pero lo que nadie esperaba era que al final del partido la cosa escalara hasta tal punto, con gritos, empujones y hasta acusaciones graves. No es la primera vez que vemos estas cosas en nuestro fútbol, pero vaya que esta vez se pasaron de lanza.
Al final de las cuentas, la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefutbol) soltó la manguera y aplicó sanciones económicas y deportivas que van a dolerle a ambos clubes. En total, se habla de casi dos millones y medio de colones en multas, distribuidos entre Cartaginés y Alajuelense por comportamiento antideportivo general. ¡Una tortilla!
Pero eso no es todo, porque también hubo suspensiones directas para varios jugadores y miembros del cuerpo técnico. Alajuelense tendrá que jugar sin Alexis Gamboa y Rashir Parkins durante un partido, además de pagar una mordida de cien mil colones cada uno por acumulación de tarjetas amarillas. ¡Se les complicó la vida!
Por lado de Cartaginés, el asistente técnico Omar Royero recibió un toque de silbido y un pago de cien mil colones por doble amarilla. Lo que realmente sacudió a todos fue la sanción al delantero Diego Mesén, quien deberá cumplir dos partidos de suspensión y pagará doscientos cincuenta mil colones por una entrada con fuerza excesiva; parece que se le fue la pinza y metió una estocada de esas que no perdonan.
Y ni hablar de lo ocurrido en los vestidores, donde se produjo una confrontación que terminó con David Vargas Masís, gerente de Cartaginés, siendo suspendido cuatro partidos y obligado a pagar quinientos mil colones por agredir a una persona. ¡Eso ya es irse al traste! La ley es clara, no puedes andar de matoncito en estos casos. Aparte de todo eso, cada club tuvo que agregar una multa de 500 mil colones por su parte en los incidentes.
Mariano Torres, figura del Saprissa, tampoco escapó de la polémica; aunque no participó directamente en los altercados, fue suspendido un partido por alcanzar la quinta tarjeta amarilla. Parece que la mala suerte anda rondando a varios equipos este torneo. ¡Qué sal!
En resumen, una jornada negra para el fútbol tico, llena de sanciones y controversias. Esta situación nos hace reflexionar sobre la importancia del juego limpio y el respeto dentro e incluso fuera de la cancha. ¿Será posible que estas multas sirvan para sentar un precedente y evitar que situaciones similares se repitan en el futuro, o seguiremos viendo peleas en los camerinos y expulsiones injustas? ¡Díganme qué opinan, pura verdura!