¡Ay, Dios mío, qué bronca! El Liceo de Poás está hecho un desastre, diay. Los estudiantes, cansados de la falta de papel higiénico, comida decente y hasta transporte, decidieron hacerle parada dura a la administración. Una huelga de esos que dan que pensar, ¿eh?
Parece que desde que llegó el nuevo director, don Raúl Sibaja, reemplazando a Doña Seidy Jiménez, las cosas se fueron al traste. Según cuentan los alumnos, desde entonces empezaron los problemas, y vaya que han sido varios. No es una vara menor, chunches.
“Estamos viendo deficiencias administrativas e institucionales que nos están afectando a derecho”, nos comenta un representante estudiantil, quien, con toda razón, prefirió mantenerse anónimo. Porque a veces, mae, es mejor no meterse en líos, ¿verdad? Pero el rollo es serio, chava.
Y hablando de rollo, la cosa está fea. Las quejas van desde la falta de lo más básico – “ni papel ni jabón, los baños están una vergüenza” – hasta acusaciones de maltrato hacia las empleadas de la cocina, a quienes, según denuncian, le adeudaron salarios por meses. ¡Imagínate el brete que deben estar pasando esas señoras!
Pero la gota que derramó el vaso, parece ser, fue el problema del transporte escolar. Con más del 60% de los 1,200 estudiantes dependiendo de becas para llegar al liceo, resulta que este año, al parecer, nadie gestionó las becas. Ni siquiera cuando pidieron insistentemente. El director, según los estudiantes, hasta puso una denuncia por la supuesta pérdida de documentos... ¡que ellos dicen que él mismo extravió! Qué carga, diay.
Y no solo eso, porque ahora los estudiantes también están preocupados por la capacitación de los profesores de Bachillerato Internacional (BI). Dicen que el director quería que la cooperativa pagara las capacitaciones, cuando ese dinerito debería ir directamente a beneficio de los estudiantes. Además, rumorean que quiso hacer un sistema de rifa para asignar los docentes al programa, ¡un verdadero majadero! Así nunca vamos a avanzar, maes.
Para rematar, están denunciando que el programa de alemán está prácticamente muerto, con solo una profesora para todos los niveles, y que hasta le recomendaron a los estudiantes practicar con Duolingo. ¡Duolingo! ¿En serio? Buscando certificaciones internacionales, diay. Y encima, agregan que el director ha mostrado actitudes violentas verbalmente y que la junta administrativa renunció, sumado a la falta de progreso con los 200 millones de colones destinados a mejorar la infraestructura para estudiantes con necesidades especiales. ¡Una maraña, mijo!
Ahora bien, la gran pregunta es esta: ¿Cómo puede un colegio público, con tantos recursos disponibles, llegar a este punto de deterioro administrativo? ¿Es resultado de una mala gestión individual o refleja un problema sistémico más profundo dentro del MEP? Compartan sus opiniones, mi gente, quiero saber qué piensan de este asunto, porque sinceramente, me preocupa el futuro de la educación pública en nuestro país.
Parece que desde que llegó el nuevo director, don Raúl Sibaja, reemplazando a Doña Seidy Jiménez, las cosas se fueron al traste. Según cuentan los alumnos, desde entonces empezaron los problemas, y vaya que han sido varios. No es una vara menor, chunches.
“Estamos viendo deficiencias administrativas e institucionales que nos están afectando a derecho”, nos comenta un representante estudiantil, quien, con toda razón, prefirió mantenerse anónimo. Porque a veces, mae, es mejor no meterse en líos, ¿verdad? Pero el rollo es serio, chava.
Y hablando de rollo, la cosa está fea. Las quejas van desde la falta de lo más básico – “ni papel ni jabón, los baños están una vergüenza” – hasta acusaciones de maltrato hacia las empleadas de la cocina, a quienes, según denuncian, le adeudaron salarios por meses. ¡Imagínate el brete que deben estar pasando esas señoras!
Pero la gota que derramó el vaso, parece ser, fue el problema del transporte escolar. Con más del 60% de los 1,200 estudiantes dependiendo de becas para llegar al liceo, resulta que este año, al parecer, nadie gestionó las becas. Ni siquiera cuando pidieron insistentemente. El director, según los estudiantes, hasta puso una denuncia por la supuesta pérdida de documentos... ¡que ellos dicen que él mismo extravió! Qué carga, diay.
Y no solo eso, porque ahora los estudiantes también están preocupados por la capacitación de los profesores de Bachillerato Internacional (BI). Dicen que el director quería que la cooperativa pagara las capacitaciones, cuando ese dinerito debería ir directamente a beneficio de los estudiantes. Además, rumorean que quiso hacer un sistema de rifa para asignar los docentes al programa, ¡un verdadero majadero! Así nunca vamos a avanzar, maes.
Para rematar, están denunciando que el programa de alemán está prácticamente muerto, con solo una profesora para todos los niveles, y que hasta le recomendaron a los estudiantes practicar con Duolingo. ¡Duolingo! ¿En serio? Buscando certificaciones internacionales, diay. Y encima, agregan que el director ha mostrado actitudes violentas verbalmente y que la junta administrativa renunció, sumado a la falta de progreso con los 200 millones de colones destinados a mejorar la infraestructura para estudiantes con necesidades especiales. ¡Una maraña, mijo!
Ahora bien, la gran pregunta es esta: ¿Cómo puede un colegio público, con tantos recursos disponibles, llegar a este punto de deterioro administrativo? ¿Es resultado de una mala gestión individual o refleja un problema sistémico más profundo dentro del MEP? Compartan sus opiniones, mi gente, quiero saber qué piensan de este asunto, porque sinceramente, me preocupa el futuro de la educación pública en nuestro país.