Bueno, mi gente, agarren sus cafés y prepárense porque esto se puso feo en la Circunvalación Sur. El Ministerio de Obras y el Consejo Nacional de Vialidad nos soltaron la bomba: van a tener que aguantar cierres y pasos regulados entre este domingo y el martes para terminar la obra del paso elevado entre Hatillos 7 y 8. ¡Qué torta!
Esto del paso elevado, recuerden, es para que ya no tengamos que parar el tráfico cada vez que alguien quiere cruzar la ruta 39. La idea es conectarlos “por arriba”, así dicen los técnicos, y que podamos irnos volando sin semáforos molestándonos. Suena bien en teoría, claro, pero a costa de estos cierres que nos van a hacer sudar frío.
Según los anuncios oficiales, el plan es el siguiente: el domingo y lunes, desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana, vamos a tener paso regulado a un carril. Lunes por la tarde, de 5 a 9 de la mañana, cierre total. Y luego, el martes otra vez paso regulado nocturno. ¡Un brete pa’ los que andan temprano!
Para los que usan la ruta 177, ahí tienen su alternativa si son vehículos ligeros. Pero los camiones y autobuses, pues a esperar pacientemente a que se les quite el gusto a los obreros. Ni modo, hay que entenderlos, aunque a veces da ganas de gritar: ‘¡Qué carga!’ cuando te quedas atascado en medio del camino.
La obra ya va casi lista, dicen que llevan alrededor del 82%. Esto significa un paso elevado de 385 metros, dos carriles por lado, aceras para los piés y hasta un puente peatonal nuevecito, pensando en todos, incluyendo a la gente con movilidad reducida, cumpliendo con la ley 7.600. Eso sí es bueno, reconocerlo, porque siempre es importante pensar en los demás.
Y hablando de plata, esta jugada nos ha costado unos ¢5.189 millones. Una suma considerable, dirían algunos, pero también justifican diciendo que esto va a mejorar el flujo de tráfico y la seguridad en la zona. Esperemos que tengan razón, porque pa' eso estamos pagando impuestos, ¿no?
Ahora bien, la verdad es que uno se queda pensando en cómo afectará esto a la vida diaria de todos nosotros. Imagínate llegar tarde al trabajo, perder citas médicas, o simplemente tener que cambiar toda tu rutina porque la carretera está cerrada. ¡Qué rollo! Menos mal que tenemos Google Maps y podemos buscar alternativas.
Con todo esto, me pregunto… ¿Ustedes creen que estas molestias valdrán la pena a largo plazo, o deberíamos haber buscado soluciones más eficientes para mejorar el tráfico en la Circunvalación Sur? Déjenme sus opiniones abajo, quiero saber qué piensa la masa sobre este tema. ¡A conversar, mi gente!
Esto del paso elevado, recuerden, es para que ya no tengamos que parar el tráfico cada vez que alguien quiere cruzar la ruta 39. La idea es conectarlos “por arriba”, así dicen los técnicos, y que podamos irnos volando sin semáforos molestándonos. Suena bien en teoría, claro, pero a costa de estos cierres que nos van a hacer sudar frío.
Según los anuncios oficiales, el plan es el siguiente: el domingo y lunes, desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana, vamos a tener paso regulado a un carril. Lunes por la tarde, de 5 a 9 de la mañana, cierre total. Y luego, el martes otra vez paso regulado nocturno. ¡Un brete pa’ los que andan temprano!
Para los que usan la ruta 177, ahí tienen su alternativa si son vehículos ligeros. Pero los camiones y autobuses, pues a esperar pacientemente a que se les quite el gusto a los obreros. Ni modo, hay que entenderlos, aunque a veces da ganas de gritar: ‘¡Qué carga!’ cuando te quedas atascado en medio del camino.
La obra ya va casi lista, dicen que llevan alrededor del 82%. Esto significa un paso elevado de 385 metros, dos carriles por lado, aceras para los piés y hasta un puente peatonal nuevecito, pensando en todos, incluyendo a la gente con movilidad reducida, cumpliendo con la ley 7.600. Eso sí es bueno, reconocerlo, porque siempre es importante pensar en los demás.
Y hablando de plata, esta jugada nos ha costado unos ¢5.189 millones. Una suma considerable, dirían algunos, pero también justifican diciendo que esto va a mejorar el flujo de tráfico y la seguridad en la zona. Esperemos que tengan razón, porque pa' eso estamos pagando impuestos, ¿no?
Ahora bien, la verdad es que uno se queda pensando en cómo afectará esto a la vida diaria de todos nosotros. Imagínate llegar tarde al trabajo, perder citas médicas, o simplemente tener que cambiar toda tu rutina porque la carretera está cerrada. ¡Qué rollo! Menos mal que tenemos Google Maps y podemos buscar alternativas.
Con todo esto, me pregunto… ¿Ustedes creen que estas molestias valdrán la pena a largo plazo, o deberíamos haber buscado soluciones más eficientes para mejorar el tráfico en la Circunvalación Sur? Déjenme sus opiniones abajo, quiero saber qué piensa la masa sobre este tema. ¡A conversar, mi gente!