¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que nuestros guardacostas tuvieron que hacer toda una persecución en la costa Caribe, porque unos pillos estaban haciendo de las suyas con nuestras tortugas marinas. Al final, rescataron una tortuga verde, pero lamentablemente otra ya llegó pitándole al otro lado… ¡Qué sal!
La movida se dio cerca del río Moín, en Limón, durante una rutina de patrullaje. Imagínate, ahí van ellos tranquilos, revisando la onda, cuando de repente ven una embarcación que no atendió sus señas. ¡Ni “buenos días” dijeron esos tipos! Como si fueran intocables, ¿cacháis?
Fue entonces que empezó la carrera. Los sospechosos, en vez de detenerse, aceleraron y terminaron abandonando la lancha en medio de la nada. ¡Imagínate el susto! Pero bueno, gracias a la velocidad de nuestros guardacostas, lograron evitar que se escaparan con toda la mercancía ilícita.
Cuando revisaron la embarcación abandonada, ¡qué descubrimiento! Encontraron dos tortugas verdes, una de ellas ya sin vida, y un montón de sacos llenos de huevos. ¡Setecientos setenta y dos huevos, mae! Una barbaridad. Eso sí es sacar provecho a lo bestia aprovechándose de nuestros animales en peligro de extinción.
Estos huevos, ahora están bajo resguardo seguro en el vivero del Proyecto Baula, en la Terminal de Contenedores de Moín. Ahí les van a dar un ambiente controlado para que puedan eclosionar y así darle una oportunidad a estas crías de volver a la vida. ¡Por fin les damos un respiro!
La tortuga sobreviviente, por su parte, está recibiendo atención especializada en el Centro de Refugio Jaguar en Cocles, Talamanca. Los veterinarios están evaluando cómo está y pronto, si todo va bien, la van a liberar de nuevo en su hábitat natural. Esperemos que se recupere rapidito y vuelva a disfrutar de la playa.
Ahora, esto ha sido entregado a la fiscalía para que investiguen a fondo quiénes eran esos vándalos y por qué estaban dedicados a este negocio tan ilegal y perjudicial para nuestro ecosistema. Ya saben, ¡esto no se vale! Tenemos que proteger a nuestras tortugas y cuidar nuestras costas. La naturaleza nos da tanto, y nosotros le pagamos con este tipo de acciones…
Bueno, amigos, parece que la pesca ilegal de huevos de tortuga sigue siendo un problema grave en nuestras costas. ¿Será que necesitamos endurecer las penas para quienes cometan estos delitos o creen que simplemente es falta de conciencia y educación ambiental? Díganme, ¿qué soluciones les parecen más efectivas para acabar con esta práctica?”
La movida se dio cerca del río Moín, en Limón, durante una rutina de patrullaje. Imagínate, ahí van ellos tranquilos, revisando la onda, cuando de repente ven una embarcación que no atendió sus señas. ¡Ni “buenos días” dijeron esos tipos! Como si fueran intocables, ¿cacháis?
Fue entonces que empezó la carrera. Los sospechosos, en vez de detenerse, aceleraron y terminaron abandonando la lancha en medio de la nada. ¡Imagínate el susto! Pero bueno, gracias a la velocidad de nuestros guardacostas, lograron evitar que se escaparan con toda la mercancía ilícita.
Cuando revisaron la embarcación abandonada, ¡qué descubrimiento! Encontraron dos tortugas verdes, una de ellas ya sin vida, y un montón de sacos llenos de huevos. ¡Setecientos setenta y dos huevos, mae! Una barbaridad. Eso sí es sacar provecho a lo bestia aprovechándose de nuestros animales en peligro de extinción.
Estos huevos, ahora están bajo resguardo seguro en el vivero del Proyecto Baula, en la Terminal de Contenedores de Moín. Ahí les van a dar un ambiente controlado para que puedan eclosionar y así darle una oportunidad a estas crías de volver a la vida. ¡Por fin les damos un respiro!
La tortuga sobreviviente, por su parte, está recibiendo atención especializada en el Centro de Refugio Jaguar en Cocles, Talamanca. Los veterinarios están evaluando cómo está y pronto, si todo va bien, la van a liberar de nuevo en su hábitat natural. Esperemos que se recupere rapidito y vuelva a disfrutar de la playa.
Ahora, esto ha sido entregado a la fiscalía para que investiguen a fondo quiénes eran esos vándalos y por qué estaban dedicados a este negocio tan ilegal y perjudicial para nuestro ecosistema. Ya saben, ¡esto no se vale! Tenemos que proteger a nuestras tortugas y cuidar nuestras costas. La naturaleza nos da tanto, y nosotros le pagamos con este tipo de acciones…
Bueno, amigos, parece que la pesca ilegal de huevos de tortuga sigue siendo un problema grave en nuestras costas. ¿Será que necesitamos endurecer las penas para quienes cometan estos delitos o creen que simplemente es falta de conciencia y educación ambiental? Díganme, ¿qué soluciones les parecen más efectivas para acabar con esta práctica?”