¡Ay, Dios mío, qué torta! La CCSS anda pataleando porque José Miguel Villalobos, él mismo, el abogado de don Rodrigo Chaves, le adeuda unos 312 colones, sí señor, ¡más de trescientos millones! Y encima, resulta que el mae este es prácticamente invisible. Una auditoría interna soltó la bomba: el tipo es ‘figura reconocida a nivel nacional’, pero parece que cuando tiene que pagar, se esfuma como humo.
Parece que la bronca es por partida doble: ¢149 millones como patrono inactivo y otros ¢162 millones como trabajador independiente. Pero no es solo la lana, es la forma en que se maneja la cosa. Según la auditoría, la CCSS está teniendo problemas gordísimos para encontrar al tipejote y, bueno, para ejecutar esas sentencias que ya tienen varios años acumulándose. ¡Más de 20 procesos judiciales, diay!
Lo peor de todo es que el mae este dice que no tiene propiedades ni nada que se pueda embargar. Imagínate, la CCSS tratando de clavarle y el tipo negándose hasta con chirridos. Y eso que la Auditoría hizo sus deberes: revisaron cómo funciona el correo postal y ahí salió la otra: apenas le mandaron un email el año pasado, ¡y resultó inútil! Porque el mae ya estaba inactivo desde septiembre del año anterior. Parece que nadie le puso empeño, chunches.
Y no es que la CCSS esté precisamente haciendo maravillas internamente. Resulta que tienen procesos de cierre de negocios arrastrándolos desde 2017, ¡una eternidad! Dos de esos procesos llevan más de cinco años sin resolverse. El brete es que parecen priorizar los casos de los patronos activos, con bienes y todo, pero a los inactivos, como Villalobos, los dejan en la pila, esperando a que alguien les preste atención. ¡Una pena!
Pero la cosa no termina ahí, mi gente. También descubrieron que la Dirección de Inspección, que justamente sirve para buscar activos y revisar si los patrones andan haciendo cositas raras, nunca abrió una investigación a Villalobos. El mae reporta ingresos altos –más de cinco millones mensuales– y nadie se dio cuenta. Dicen que argumentaron que no tenían denuncia formal, pero ¡por favor! Un ingreso así debería levantar sospechas. Ojalá le pusieran el lupa a ver si el tipo anda metiendo billetes en algún lado que no estamos viendo.
¿Y qué pasó con el área de Cobro Judicial a Patronos? Pues dicen que dependen de la información que les da Inspección. Si no hay un informe que diga que el tipo sigue operando, no pueden embargarle las cuentas. ¡Un círculo vicioso! Es como si estuvieran jugando a las escondidas, pero la CCSS siempre pierde. Que nivel de burocracia, qué sal!
Ahora bien, señores y señoras, esto pinta complicado. Entre la inubicación del sujeto, la lentitud de los trámites judiciales, la falta de supervisión de Inspección y la poca eficiencia del correo postal, parece que la CCSS va a tener que conformarse con declarar la deuda como “difícil recuperación”. ¡Una pérdida tremenda para todos los que pagamos nuestras cotizaciones a tiempo! Y todo esto mientras Villalobos sigue siendo un asesor cercano de Don Rodrigo… ¡qué indignante!
Con todo esto, me pregunto: ¿Debe la CCSS reformular por completo sus estrategias de cobranza para enfrentar casos como este, o simplemente estamos ante una muestra más de la ineficiencia crónica de nuestra administración pública? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, estoy deseando leerlas!”,
Parece que la bronca es por partida doble: ¢149 millones como patrono inactivo y otros ¢162 millones como trabajador independiente. Pero no es solo la lana, es la forma en que se maneja la cosa. Según la auditoría, la CCSS está teniendo problemas gordísimos para encontrar al tipejote y, bueno, para ejecutar esas sentencias que ya tienen varios años acumulándose. ¡Más de 20 procesos judiciales, diay!
Lo peor de todo es que el mae este dice que no tiene propiedades ni nada que se pueda embargar. Imagínate, la CCSS tratando de clavarle y el tipo negándose hasta con chirridos. Y eso que la Auditoría hizo sus deberes: revisaron cómo funciona el correo postal y ahí salió la otra: apenas le mandaron un email el año pasado, ¡y resultó inútil! Porque el mae ya estaba inactivo desde septiembre del año anterior. Parece que nadie le puso empeño, chunches.
Y no es que la CCSS esté precisamente haciendo maravillas internamente. Resulta que tienen procesos de cierre de negocios arrastrándolos desde 2017, ¡una eternidad! Dos de esos procesos llevan más de cinco años sin resolverse. El brete es que parecen priorizar los casos de los patronos activos, con bienes y todo, pero a los inactivos, como Villalobos, los dejan en la pila, esperando a que alguien les preste atención. ¡Una pena!
Pero la cosa no termina ahí, mi gente. También descubrieron que la Dirección de Inspección, que justamente sirve para buscar activos y revisar si los patrones andan haciendo cositas raras, nunca abrió una investigación a Villalobos. El mae reporta ingresos altos –más de cinco millones mensuales– y nadie se dio cuenta. Dicen que argumentaron que no tenían denuncia formal, pero ¡por favor! Un ingreso así debería levantar sospechas. Ojalá le pusieran el lupa a ver si el tipo anda metiendo billetes en algún lado que no estamos viendo.
¿Y qué pasó con el área de Cobro Judicial a Patronos? Pues dicen que dependen de la información que les da Inspección. Si no hay un informe que diga que el tipo sigue operando, no pueden embargarle las cuentas. ¡Un círculo vicioso! Es como si estuvieran jugando a las escondidas, pero la CCSS siempre pierde. Que nivel de burocracia, qué sal!
Ahora bien, señores y señoras, esto pinta complicado. Entre la inubicación del sujeto, la lentitud de los trámites judiciales, la falta de supervisión de Inspección y la poca eficiencia del correo postal, parece que la CCSS va a tener que conformarse con declarar la deuda como “difícil recuperación”. ¡Una pérdida tremenda para todos los que pagamos nuestras cotizaciones a tiempo! Y todo esto mientras Villalobos sigue siendo un asesor cercano de Don Rodrigo… ¡qué indignante!
Con todo esto, me pregunto: ¿Debe la CCSS reformular por completo sus estrategias de cobranza para enfrentar casos como este, o simplemente estamos ante una muestra más de la ineficiencia crónica de nuestra administración pública? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, estoy deseando leerlas!”,
