¡Ay, Dios mío, qué torta! Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, va a estar fuera de pega por tres largos meses. La Corte Suprema de Justicia le dio luz verde a la suspensión con goce salarial, prolongando la medida que ya tenía 15 días hábiles. Parece que la cosa se puso más turbia de lo que pensábamos, y ahora el pobre hombre anda metido en un brete considerable.
Todo esto arranca de unas denuncias, digamos, explosivas, contra Zúñiga por supuestos delitos sexuales. Ya había un proceso penal abierto, pero para complicarle aún más las cosas, la Inspección Judicial también abrió un expediente aparte, el 25-3733-031-DI. Parece sacado de novela, mae. Esto viene a demostrar que el Poder Judicial no se anda con rodeos cuando se trata de investigar a sus propios jerarcas, y eso, a algunos les puede caer bien y a otros…
Formalidades legales, claro. Seguimos el debido proceso, según la ley. La Corte Plena es quien tiene la última palabra, porque así está escrito en la Ley Orgánica del Poder Judicial. Ellos tienen la potestad de meter mano a estos asuntos, y no precisamente con guantes blancos. La Inspección Judicial hace la investigación, entrega el expediente y entonces la Corte decide si le da o no a Zúñiga. Un proceso largo y complicado, vamos.
Y atención, porque el señor Zúñiga tiene derecho a defenderse, claro. Puede presentar un recurso de reposición o reconsideración, pero no es como apelar, ¿entiendes? Es un trámite, sí, pero no te esperes milagros. Además, la ley indica que todo este proceso tiene que resolverse dentro de un año, sino, se vaya al traste. Eso sí, dicen que todo esto debe ser confidencial, así que ni tanto ni tan poco, para evitar especulaciones... aunque con tanta boca suelta, ¡qué se puede hacer!
Lo más sorprendente, y ahí es donde entramos en terreno pantanoso, es que el buen Zúñiga salió a decir que personeros del gobierno estaban ofreciendo plata y favores a mujeres para que lo acusaran falsamente. ¡Imagínate el nivel de esto! Dice que todo es una venganza política, y que le están negando acceso a los expedientes. ¡Qué sal! Soltó un audio donde cuenta cómo una dama en Turrialba fue abordada por gente del gobierno para armar una denuncia falsa. Una verdadera telenovela nacional, vamos. ¿Hasta dónde llegará esta trama?
Para hacerlo aún más interesante (o preocupante, dependiendo de cómo lo mires), también hubo allanamientos en su casa y oficina. Fue citado a indagatoria en la Fiscalía de Género, donde tuvo que explicar lo sucedido. Entre tanto, Michael Soto asumió temporalmente la dirección del OIJ, dejando a Zúñiga en un limbo bastante incómodo. Se dice que hay cuatro denuncias en su contra, aunque su defensa niega que algunas sean reales, alegando filtraciones de carpetas. Pero la Fiscalía las ha unido en una sola causa bajo la figura de la “acumulación”, buscando agilizar las investigaciones.
Ahora, para darle más sabor a la cosa, apareció una quinta denuncia, también relacionada con temas sexuales. La Fiscalía todavía tiene que confirmar si abre una nueva carpeta o no. Y entre tanto, la opinión pública está dividida: algunos lo apoyan a capa y espada, creyendo en sus acusaciones contra el gobierno; otros lo consideran culpable y esperan que caiga todo el peso de la ley. ¡Qué debate! Esta vara se ha puesto candentísima, y no pinta para bajones pronto. Personalmente creo que esto afectará la credibilidad del OIJ, y la confianza de la población en las instituciones… ya estábamos un poquito bajos, ¿verdad?
Considerando todo este panorama, ¿usted cree que las acusaciones de Zúñiga contra el gobierno son ciertas, o se trata de una estrategia desesperada para salir de esta situación? ¿Debería renunciar al cargo para evitar mayores daños a la imagen del OIJ? Dejen sus opiniones en los comentarios – ¡quiero saber qué piensa el foro sobre este tremendo lío!
Todo esto arranca de unas denuncias, digamos, explosivas, contra Zúñiga por supuestos delitos sexuales. Ya había un proceso penal abierto, pero para complicarle aún más las cosas, la Inspección Judicial también abrió un expediente aparte, el 25-3733-031-DI. Parece sacado de novela, mae. Esto viene a demostrar que el Poder Judicial no se anda con rodeos cuando se trata de investigar a sus propios jerarcas, y eso, a algunos les puede caer bien y a otros…
Formalidades legales, claro. Seguimos el debido proceso, según la ley. La Corte Plena es quien tiene la última palabra, porque así está escrito en la Ley Orgánica del Poder Judicial. Ellos tienen la potestad de meter mano a estos asuntos, y no precisamente con guantes blancos. La Inspección Judicial hace la investigación, entrega el expediente y entonces la Corte decide si le da o no a Zúñiga. Un proceso largo y complicado, vamos.
Y atención, porque el señor Zúñiga tiene derecho a defenderse, claro. Puede presentar un recurso de reposición o reconsideración, pero no es como apelar, ¿entiendes? Es un trámite, sí, pero no te esperes milagros. Además, la ley indica que todo este proceso tiene que resolverse dentro de un año, sino, se vaya al traste. Eso sí, dicen que todo esto debe ser confidencial, así que ni tanto ni tan poco, para evitar especulaciones... aunque con tanta boca suelta, ¡qué se puede hacer!
Lo más sorprendente, y ahí es donde entramos en terreno pantanoso, es que el buen Zúñiga salió a decir que personeros del gobierno estaban ofreciendo plata y favores a mujeres para que lo acusaran falsamente. ¡Imagínate el nivel de esto! Dice que todo es una venganza política, y que le están negando acceso a los expedientes. ¡Qué sal! Soltó un audio donde cuenta cómo una dama en Turrialba fue abordada por gente del gobierno para armar una denuncia falsa. Una verdadera telenovela nacional, vamos. ¿Hasta dónde llegará esta trama?
Para hacerlo aún más interesante (o preocupante, dependiendo de cómo lo mires), también hubo allanamientos en su casa y oficina. Fue citado a indagatoria en la Fiscalía de Género, donde tuvo que explicar lo sucedido. Entre tanto, Michael Soto asumió temporalmente la dirección del OIJ, dejando a Zúñiga en un limbo bastante incómodo. Se dice que hay cuatro denuncias en su contra, aunque su defensa niega que algunas sean reales, alegando filtraciones de carpetas. Pero la Fiscalía las ha unido en una sola causa bajo la figura de la “acumulación”, buscando agilizar las investigaciones.
Ahora, para darle más sabor a la cosa, apareció una quinta denuncia, también relacionada con temas sexuales. La Fiscalía todavía tiene que confirmar si abre una nueva carpeta o no. Y entre tanto, la opinión pública está dividida: algunos lo apoyan a capa y espada, creyendo en sus acusaciones contra el gobierno; otros lo consideran culpable y esperan que caiga todo el peso de la ley. ¡Qué debate! Esta vara se ha puesto candentísima, y no pinta para bajones pronto. Personalmente creo que esto afectará la credibilidad del OIJ, y la confianza de la población en las instituciones… ya estábamos un poquito bajos, ¿verdad?
Considerando todo este panorama, ¿usted cree que las acusaciones de Zúñiga contra el gobierno son ciertas, o se trata de una estrategia desesperada para salir de esta situación? ¿Debería renunciar al cargo para evitar mayores daños a la imagen del OIJ? Dejen sus opiniones en los comentarios – ¡quiero saber qué piensa el foro sobre este tremendo lío!
