¡Ay, Dios mío, qué lío nos tienen montado! Resulta que el Gobierno está festejando una tasa de desempleo del 5.7%, pero la cosa no pinta tan bonita como quieren hacernos creer. Un reconocido economista, don Gerardo Corrales, soltó la bomba y dice que estamos siendo engañados con estadísticas maquilladas, y vaya si nos tiene razón.
Según Corrales, la cifra “mágica” del 5.7% no es producto de nuevas oportunidades laborales, sino del éxodo silencioso de miles de costarricenses que se dieron por vencidos en la búsqueda de trabajo. Imagínate, 300.000 personas se quitaron de encima la molestia de estar buscando y ahora simplemente... no están en las estadísticas de desempleados. ¡Un truco digno de ilusionista!
El chiste amargo es que, aunque el porcentaje haya bajado, la economía real sigue sangrando empleos. En concreto, el señor Corrales expuso que, durante este último año, hemos perdido ¡una barbaridad! de 49.000 puestos de trabajo netos. Eso sí duele, compa. No es precisamente motivo de júbilo, ¿verdad?
Para entenderlo mejor, piensa que el Gobierno está intentando taparle el sol con un dedo. Están vendiendo humo, diciendo que todo va bien cuando, en realidad, las cosas van bastante mal. Y lo peor es que esta estrategia parece favorecer a unos pocos a costa del sudor y esfuerzo de la mayoría.
El panorama es especialmente sombrío para el llamado “régimen definitivo”, es decir, aquellas empresas que pagan sus impuestos completos y no reciben beneficios especiales. Estas empresas, que generan más de 1.7 millones de empleos y son el verdadero motor de la economía, están sufriendo las consecuencias de una política económica errática, según el análisis de Corrales. ¡Qué bronca!
Los sectores más afectados son los clásicos motores de nuestra economía: el comercio e industria, que perdieron alrededor de 26.000 empleos cada uno; el turismo, con una pérdida de 22.000 puestos; y hasta la agricultura, que reporta una baja de 8.000 empleos. Pareciera que nadie escapa a esta crisis, y eso da mucho que pensar, ¿eh?
Además, Corrales también criticó duramente la política cambiaria del Gobierno y la reciente ruptura con CINDE, el ente encargado de atraer inversión extranjera. Según él, estas decisiones están debilitando aún más la producción nacional y beneficiando a las importaciones. ¡Una receta segura para el desastre, diay!
Ahora, dime tú, ¿crees que el Gobierno está siendo honesto con nosotros acerca del desempleo, o estamos ante una campaña de relaciones públicas para disfrazar una realidad mucho más preocupante? ¿Deberían replantearse la estrategia o seguir festejando cifras engañosas?
Según Corrales, la cifra “mágica” del 5.7% no es producto de nuevas oportunidades laborales, sino del éxodo silencioso de miles de costarricenses que se dieron por vencidos en la búsqueda de trabajo. Imagínate, 300.000 personas se quitaron de encima la molestia de estar buscando y ahora simplemente... no están en las estadísticas de desempleados. ¡Un truco digno de ilusionista!
El chiste amargo es que, aunque el porcentaje haya bajado, la economía real sigue sangrando empleos. En concreto, el señor Corrales expuso que, durante este último año, hemos perdido ¡una barbaridad! de 49.000 puestos de trabajo netos. Eso sí duele, compa. No es precisamente motivo de júbilo, ¿verdad?
Para entenderlo mejor, piensa que el Gobierno está intentando taparle el sol con un dedo. Están vendiendo humo, diciendo que todo va bien cuando, en realidad, las cosas van bastante mal. Y lo peor es que esta estrategia parece favorecer a unos pocos a costa del sudor y esfuerzo de la mayoría.
El panorama es especialmente sombrío para el llamado “régimen definitivo”, es decir, aquellas empresas que pagan sus impuestos completos y no reciben beneficios especiales. Estas empresas, que generan más de 1.7 millones de empleos y son el verdadero motor de la economía, están sufriendo las consecuencias de una política económica errática, según el análisis de Corrales. ¡Qué bronca!
Los sectores más afectados son los clásicos motores de nuestra economía: el comercio e industria, que perdieron alrededor de 26.000 empleos cada uno; el turismo, con una pérdida de 22.000 puestos; y hasta la agricultura, que reporta una baja de 8.000 empleos. Pareciera que nadie escapa a esta crisis, y eso da mucho que pensar, ¿eh?
Además, Corrales también criticó duramente la política cambiaria del Gobierno y la reciente ruptura con CINDE, el ente encargado de atraer inversión extranjera. Según él, estas decisiones están debilitando aún más la producción nacional y beneficiando a las importaciones. ¡Una receta segura para el desastre, diay!
Ahora, dime tú, ¿crees que el Gobierno está siendo honesto con nosotros acerca del desempleo, o estamos ante una campaña de relaciones públicas para disfrazar una realidad mucho más preocupante? ¿Deberían replantearse la estrategia o seguir festejando cifras engañosas?