¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que aunque agarraron a los peces gordos del llamado 'Cartel del Caribe Sur', todavía hay otros dieciséis correosos huyendo como alma que lleva diablo. El OIJ, con Michael Soto a la cabeza, lo confirmó ayer, y vamos, que esto le da más sabor al brete que tienen por delante.
Después de los históricos allanamientos de la semana pasada, donde parecía que íbamos a ver el fin definitivo de esta banda dedicada al narcotráfico, resulta que la cosa no pinta tan sencilla. Hablando claro, esto es una claviada porque muchos esperábamos que ya estuviera todo resuelto. Pero bueno, así es la vida, siempre hay un detalle inesperado, ¿verdad?
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) calificó la operación inicial como un precedente importantísimo en la lucha contra el crimen organizado en Costa Rica. Dicen que es la primera vez que desmantelamos un cartel de drogas con estructura bien definida, hecho a nuestro estilo, si me permiten la expresión. Un verdadero revés para estos tipos, pero parece que quedaron algunos rezagados intentando escapar de la justicia.
Pero no todo es malo, mae. Entre las cosas positivas que sacamos de todo este lío, está que decomisamos sesenta y ocho armas de fuego. ¡Sesenta y ocho! Imagínate la potencia de fuego que tenían estos señores. Con esa cantidad de fieras, estaban listos para cualquier cosa, desde proteger sus negocios ilícitos hasta amedrentar a cualquiera que se les pusiera en medio. Una verdadera arma secreta, ¡qué carga!
Michael Soto, el jefe del OIJ, nos explicó que esas armas eran usadas principalmente para defenderse de otras bandas que también andan metidas en el mismo negocio sucio. Así que, básicamente, era una guerra entre narcos aquí mismo en nuestra tierra. No sé ustedes, pero yo creo que eso sí que da escalofríos, ¿eh?
Ahora, la preocupación principal es encontrar a esos dieciséis fugitivos. El OIJ dice que forman parte de los niveles operativos y logísticos del cartel, entonces seguramente saben muchas cosas y pueden volver a armar la jugada si no los agarramos pronto. Se espera que la policía judicial ponga toda la carne al asador para localizarlos y llevarlos ante la justicia.
Y hablando de justicia, queda la gran pregunta: ¿Será posible que haya cómplices dentro de nuestras instituciones ayudando a estos criminales a evadir la ley? Porque, vaya, escapar de la justicia con tanto recurso implica tener contactos poderosos. Uno no puede evitar hacerse esas preguntas, ¿no creen?
En fin, la situación sigue abierta. Aunque celebramos el golpe contundente al 'Cartel del Caribe Sur', todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Ahora, díganme, ¿creen que el gobierno debería invertir más recursos en la lucha contra el crimen organizado o deberían enfocarse en abordar las causas sociales que impulsan a jóvenes a involucrarse en estas actividades ilícitas?
Después de los históricos allanamientos de la semana pasada, donde parecía que íbamos a ver el fin definitivo de esta banda dedicada al narcotráfico, resulta que la cosa no pinta tan sencilla. Hablando claro, esto es una claviada porque muchos esperábamos que ya estuviera todo resuelto. Pero bueno, así es la vida, siempre hay un detalle inesperado, ¿verdad?
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) calificó la operación inicial como un precedente importantísimo en la lucha contra el crimen organizado en Costa Rica. Dicen que es la primera vez que desmantelamos un cartel de drogas con estructura bien definida, hecho a nuestro estilo, si me permiten la expresión. Un verdadero revés para estos tipos, pero parece que quedaron algunos rezagados intentando escapar de la justicia.
Pero no todo es malo, mae. Entre las cosas positivas que sacamos de todo este lío, está que decomisamos sesenta y ocho armas de fuego. ¡Sesenta y ocho! Imagínate la potencia de fuego que tenían estos señores. Con esa cantidad de fieras, estaban listos para cualquier cosa, desde proteger sus negocios ilícitos hasta amedrentar a cualquiera que se les pusiera en medio. Una verdadera arma secreta, ¡qué carga!
Michael Soto, el jefe del OIJ, nos explicó que esas armas eran usadas principalmente para defenderse de otras bandas que también andan metidas en el mismo negocio sucio. Así que, básicamente, era una guerra entre narcos aquí mismo en nuestra tierra. No sé ustedes, pero yo creo que eso sí que da escalofríos, ¿eh?
Ahora, la preocupación principal es encontrar a esos dieciséis fugitivos. El OIJ dice que forman parte de los niveles operativos y logísticos del cartel, entonces seguramente saben muchas cosas y pueden volver a armar la jugada si no los agarramos pronto. Se espera que la policía judicial ponga toda la carne al asador para localizarlos y llevarlos ante la justicia.
Y hablando de justicia, queda la gran pregunta: ¿Será posible que haya cómplices dentro de nuestras instituciones ayudando a estos criminales a evadir la ley? Porque, vaya, escapar de la justicia con tanto recurso implica tener contactos poderosos. Uno no puede evitar hacerse esas preguntas, ¿no creen?
En fin, la situación sigue abierta. Aunque celebramos el golpe contundente al 'Cartel del Caribe Sur', todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Ahora, díganme, ¿creen que el gobierno debería invertir más recursos en la lucha contra el crimen organizado o deberían enfocarse en abordar las causas sociales que impulsan a jóvenes a involucrarse en estas actividades ilícitas?