¡Ay, Dios mío! Parece que la Municipalidad de San José anda con los deberes bien encaminados... en gastar plata, claro. Resulta que el alcalde Diego Miranda decidió mandar al basurero la antigua imagen de la capital y ahora quiere renovarla con unos ochocientos millones de colones. Sí, así nomás, ¡una torta!
Según descubrimos en el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop), el Concejo Municipal está licitando todo tipo de cosas: camisetas, gafetes, plumas con el logo nuevo, y hasta un conciertazo con comida incluida para presentarle la nueva marca al mundo. ¡El 20 de noviembre será la gran fiesta! Esperemos que haya pura gente de la capital ahí para disfrutarla, porque con esa lana podrían solucionar otras cositas mucho más urgentes.
La justificación oficial dice que buscan “fomentar el arraigo territorial y la identidad cantonal” entre los josefinos, tanto los que vivimos acá como los turistas y los inversionistas. Suena bonito en papel, pero algunos se preguntan si realmente esta es la prioridad número uno en estos tiempos. Vamos, que parece que le están dando más importancia a un chunche que a resolver problemas reales.
La decisión de cambiar la marca no es precisamente reciente. Miranda la tomó apenas dos meses después de asumir la alcaldía, en julio pasado, lo que generó un buen debate en el Consejo Municipal. Algunos dicen que la anterior marca no representaba a los josefinos, otros aseguran que simplemente se jalaron una torta porque estaba funcionando relativamente bien. Al final, cada quien defiende lo suyo, ¿no?
Yorleny Córdoba, regidora del PPSD, no se anduvo con rodeos: “Es un gasto innecesario. Había una marca establecida, y ahora tenemos que cambiar toda la papelería, los uniformes… ¡Qué sal! Hay gente en la calle, basura por todos lados, inseguridad rampante... ¡Prioricemos!”, exclamó con justa razón. Uno se queda pensando si realmente este brete vale la pena.
Brandon Guadamuz, del Frente Amplio, adoptó un tono más conciliador, argumentando que la vieja marca sí necesitaba un cambio. Pero añadió una condición importante: “Tenemos que ver cuánto nos va a costar poner la marca ciudad nueva en todo, desde los vehículos institucionales hasta las camisas de los funcionarios. Porque si sale muy caro, ahí sí nos vamos al traste”. Una observación sensata, considerando la coyuntura económica actual.
La verdad es que este caso abre un debate interesante sobre cómo se utilizan los recursos públicos. En una ciudad como San José, donde existen tantas necesidades apremiantes, ¿es justificable invertir semejante suma de dinero en una simple campaña de marketing? Quizás podríamos estar hablando de mejorar el alumbrado público, aumentar la seguridad, o incluso crear programas sociales para ayudar a los más vulnerables. Ya saben, esas varas que realmente importan.
Así que la pregunta que nos llevamos hoy al foro es esta: ¿Cree usted que esta inversión en la nueva marca ciudad es un buen uso del dinero de los contribuyentes josefinos, o debería haberse destinado a cubrir otras necesidades más urgentes? ¡Déjenos sus opiniones, queremos saber qué piensa el pueblo!
Según descubrimos en el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop), el Concejo Municipal está licitando todo tipo de cosas: camisetas, gafetes, plumas con el logo nuevo, y hasta un conciertazo con comida incluida para presentarle la nueva marca al mundo. ¡El 20 de noviembre será la gran fiesta! Esperemos que haya pura gente de la capital ahí para disfrutarla, porque con esa lana podrían solucionar otras cositas mucho más urgentes.
La justificación oficial dice que buscan “fomentar el arraigo territorial y la identidad cantonal” entre los josefinos, tanto los que vivimos acá como los turistas y los inversionistas. Suena bonito en papel, pero algunos se preguntan si realmente esta es la prioridad número uno en estos tiempos. Vamos, que parece que le están dando más importancia a un chunche que a resolver problemas reales.
La decisión de cambiar la marca no es precisamente reciente. Miranda la tomó apenas dos meses después de asumir la alcaldía, en julio pasado, lo que generó un buen debate en el Consejo Municipal. Algunos dicen que la anterior marca no representaba a los josefinos, otros aseguran que simplemente se jalaron una torta porque estaba funcionando relativamente bien. Al final, cada quien defiende lo suyo, ¿no?
Yorleny Córdoba, regidora del PPSD, no se anduvo con rodeos: “Es un gasto innecesario. Había una marca establecida, y ahora tenemos que cambiar toda la papelería, los uniformes… ¡Qué sal! Hay gente en la calle, basura por todos lados, inseguridad rampante... ¡Prioricemos!”, exclamó con justa razón. Uno se queda pensando si realmente este brete vale la pena.
Brandon Guadamuz, del Frente Amplio, adoptó un tono más conciliador, argumentando que la vieja marca sí necesitaba un cambio. Pero añadió una condición importante: “Tenemos que ver cuánto nos va a costar poner la marca ciudad nueva en todo, desde los vehículos institucionales hasta las camisas de los funcionarios. Porque si sale muy caro, ahí sí nos vamos al traste”. Una observación sensata, considerando la coyuntura económica actual.
La verdad es que este caso abre un debate interesante sobre cómo se utilizan los recursos públicos. En una ciudad como San José, donde existen tantas necesidades apremiantes, ¿es justificable invertir semejante suma de dinero en una simple campaña de marketing? Quizás podríamos estar hablando de mejorar el alumbrado público, aumentar la seguridad, o incluso crear programas sociales para ayudar a los más vulnerables. Ya saben, esas varas que realmente importan.
Así que la pregunta que nos llevamos hoy al foro es esta: ¿Cree usted que esta inversión en la nueva marca ciudad es un buen uso del dinero de los contribuyentes josefinos, o debería haberse destinado a cubrir otras necesidades más urgentes? ¡Déjenos sus opiniones, queremos saber qué piensa el pueblo!
