¡Ay, Dios mío! Parece que el lunes no le cae bien a nadie, y ahora nos toca lidiar con esto: nuestros bancos, el Banco Nacional y el Banco Popular, tuvieron un bajón tremendo ayer. Y no fue por falta de plata, sino porque, ¡aguante!, sufrieron una caída de sistemas a causa de un problemón global de Microsoft. Esto dejó a muchos colgados, sin poder ni siquiera revisar su saldo, máxime cuando ya estamos pensando dónde meterle mano al aguinaldonach.
La bronca es que Microsoft tuvo una falla en sus servicios de ‘la nube’, esos donde guardan toda nuestra data bancaria. Imagínate, ¡todo nuestro dinero virtual flotando en el ciberespacio y de pronto desaparece! Según explican los bancos, este fallo afectó a varias empresas alrededor del mundo, pero nosotros aquí en Costa Rica sentimos el golpe directo. No es la primera vez que pasa esto, y la verdad es que empieza a dar un poquito de cosita saber que dependemos tanto de estos proveedores extranjeros.
Desde el BN y el BP aseguran que están en contacto constante con Microsoft, tratando de ponerle pañitos a la herida. Han movilizado a todos sus técnicos, haciendo magia digital para que los sistemas vuelvan a funcionar a la velocidad del rayo. Dicen que están trabajando en “redireccionar el tráfico” y restaurar la operatividad, como si estuviéramos jugando a Tetris con los servidores. Esperemos que lo logren rápido, porque estar sin acceso a nuestras cuentas es un dolor de cabeza mayúsculo, especialmente para los que vivimos al día.
Y claro, las redes sociales explotaron. #BancosCaidos se convirtió en trending topic en cuestión de minutos. Todo el mundo quejándose de que no podía pagar facturas, hacer transferencias, ni sacar efectivo. Algunos empezaron a bromear diciendo que era una señal divina para volver al efectivo, otros acusaban al gobierno de incompetencia. ¡Lo típico, diay! Pero la realidad es que nos recordó lo mucho que dependemos de la tecnología y lo vulnerable que podemos ser cuando algo sale mal.
Ahora, hay que darle crédito a los bancos por mantenernos informados. Publicaron comunicados en redes sociales y en sus páginas web, explicando qué estaba pasando y pidiendo paciencia. Reconocieron que estaban trabajando para solucionar el problema lo antes posible y que priorizaban la seguridad de nuestros datos. Eso da un poco de tranquilidad, aunque no soluciona el hecho de que hoy no puedo echarme unas marritas ni comprar ese chunche que quería.
Este tipo de situaciones levantan ampollas. Nos hace cuestionarnos si realmente somos dueños de nuestra información financiera o si estamos a merced de las decisiones de empresas extranjeras. También pone en evidencia la necesidad de tener planes de contingencia robustos, que nos permitan seguir operando incluso cuando algo inesperado sucede. Porque, seamos honestos, esto no va a ser la última vez que tenemos que enfrentar un problema tecnológico de estas proporciones.
Más allá de la molestia inmediata, este incidente debería servir como llamada de atención para el país. Necesitamos invertir en fortalecer nuestra infraestructura tecnológica propia, diversificar nuestros proveedores y desarrollar una cultura de resiliencia digital. No podemos seguir dependiendo exclusivamente de unos pocos gigantes tecnológicos para gestionar nuestra economía. Es momento de pensar en grande y construir un futuro financiero más seguro y autónomo para Costa Rica, parce. Que no vamos a irnos al traste por un ‘errorcito’ de Microsoft.
En fin, parece que aún nos queda camino por recorrer en materia de modernización y seguridad financiera. Ahora me pregunto, ¿crees que los bancos deberían empezar a ofrecer incentivos a quienes usen métodos de pago alternativos, como tarjetas prepago o transferencias entre personas, como medida preventiva ante futuras caídas de sistemas?
La bronca es que Microsoft tuvo una falla en sus servicios de ‘la nube’, esos donde guardan toda nuestra data bancaria. Imagínate, ¡todo nuestro dinero virtual flotando en el ciberespacio y de pronto desaparece! Según explican los bancos, este fallo afectó a varias empresas alrededor del mundo, pero nosotros aquí en Costa Rica sentimos el golpe directo. No es la primera vez que pasa esto, y la verdad es que empieza a dar un poquito de cosita saber que dependemos tanto de estos proveedores extranjeros.
Desde el BN y el BP aseguran que están en contacto constante con Microsoft, tratando de ponerle pañitos a la herida. Han movilizado a todos sus técnicos, haciendo magia digital para que los sistemas vuelvan a funcionar a la velocidad del rayo. Dicen que están trabajando en “redireccionar el tráfico” y restaurar la operatividad, como si estuviéramos jugando a Tetris con los servidores. Esperemos que lo logren rápido, porque estar sin acceso a nuestras cuentas es un dolor de cabeza mayúsculo, especialmente para los que vivimos al día.
Y claro, las redes sociales explotaron. #BancosCaidos se convirtió en trending topic en cuestión de minutos. Todo el mundo quejándose de que no podía pagar facturas, hacer transferencias, ni sacar efectivo. Algunos empezaron a bromear diciendo que era una señal divina para volver al efectivo, otros acusaban al gobierno de incompetencia. ¡Lo típico, diay! Pero la realidad es que nos recordó lo mucho que dependemos de la tecnología y lo vulnerable que podemos ser cuando algo sale mal.
Ahora, hay que darle crédito a los bancos por mantenernos informados. Publicaron comunicados en redes sociales y en sus páginas web, explicando qué estaba pasando y pidiendo paciencia. Reconocieron que estaban trabajando para solucionar el problema lo antes posible y que priorizaban la seguridad de nuestros datos. Eso da un poco de tranquilidad, aunque no soluciona el hecho de que hoy no puedo echarme unas marritas ni comprar ese chunche que quería.
Este tipo de situaciones levantan ampollas. Nos hace cuestionarnos si realmente somos dueños de nuestra información financiera o si estamos a merced de las decisiones de empresas extranjeras. También pone en evidencia la necesidad de tener planes de contingencia robustos, que nos permitan seguir operando incluso cuando algo inesperado sucede. Porque, seamos honestos, esto no va a ser la última vez que tenemos que enfrentar un problema tecnológico de estas proporciones.
Más allá de la molestia inmediata, este incidente debería servir como llamada de atención para el país. Necesitamos invertir en fortalecer nuestra infraestructura tecnológica propia, diversificar nuestros proveedores y desarrollar una cultura de resiliencia digital. No podemos seguir dependiendo exclusivamente de unos pocos gigantes tecnológicos para gestionar nuestra economía. Es momento de pensar en grande y construir un futuro financiero más seguro y autónomo para Costa Rica, parce. Que no vamos a irnos al traste por un ‘errorcito’ de Microsoft.
En fin, parece que aún nos queda camino por recorrer en materia de modernización y seguridad financiera. Ahora me pregunto, ¿crees que los bancos deberían empezar a ofrecer incentivos a quienes usen métodos de pago alternativos, como tarjetas prepago o transferencias entre personas, como medida preventiva ante futuras caídas de sistemas?
