¡Ay, Dios mío! Resulta que somos campeones en algo que nadie quiere ganar: tener diabetes. Sí, nuestros queridos vecinos del norte, Estados Unidos, podrían estar pensando en cosas más urgentes, pero nosotros acá en Costa Rica estamos liderando la tabla de diabetes en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). ¿Quién lo diría, pura vida y azúcar?
Un nuevo estudio, el llamado “Panorama de la Salud 2025,” nos cayó como balde de agua fría. Parece que el 23,2% de los adultos ticos conviven con esta condición, superando récords en países como México, Chile e incluso Turquía. La cifra es escalofriante, ¿eh? Y encima, dicen que hemos tenido el crecimiento más rápido en la última década, un aumento de casi siete puntos porcentuales. ¡Qué torta!
Y ojo, que no es culpa de la chinchorrita dominical. Según la OCDE, la combinación de sobrepeso rampante, dietas cargadas de azucaritos, falta de movimiento y, por si fuera poco, que nos estamos haciendo bien viejos, ha creado la tormenta perfecta para la propagación de la diabetes y otras enfermedades crónicas. Ya saben, la cosa pinta fea, con el ritmo que vamos.
La Ministra de Salud, Mary Munive, no andaba precisamente contenta. Aseguró que cada día diagnostican a más personas con diabetes, llegando a superar los 13 mil casos el año pasado, con un aumento del 27%. ¡Y eso era en 2024! Este año ya llevamos más de 11 mil nuevos diagnosticados. ¡Qué brete!
Pero no es solo que la gente se sienta pachucha, la diabetes le daña al sistema de salud en general. Deriva en problemas del corazón, ceguera, riñones que no funcionan y, en los casos más graves, hasta amputaciones. Además, un 40% de los diabéticos desarrollan alguna enfermedad renal crónica. ¡Imagínate la fila en la Caja! El doctor Noel Ruiz, internista de la CCSS, lo puso clarito: “La diabetes mal controlada va a desarrollar patologías crónicas y esto no va a ser una limitación solo para el individuo, sino también una carga para el sistema de salud.”
Y hablando de cargar, económicamente estamos sudando la gota gorda. Según la Federación Internacional de Diabetes, en 2021 los países de la OCDE gastaron unos 670 mil millones de dólares solo para tratar la diabetes y sus complicaciones. ¡Eso sí que duele en el bolsillo! Por eso, la organización pide urgentemente servicios de atención primaria coordinados y accesibles, pa’ que todos tengamos acceso a la cura... o al menos a manejarla bien.
Ahora bien, no todo está perdido. La OCDE nos dice que hay esperanza si cambiamos algunos hábitos: comer saludable, hacer ejercicio regularmente y controlar el peso. Ana Ortega, presidenta de DíaVida, lo expresó así: “Se requiere aceptación, formación y perseverancia para que las personas vivan con diabetes, coman sano y hagan ejercicio desde la niñez y accedan a los nuevos medicamentos y dispositivos”. El mensaje del Ministerio de Salud es claro: la prevención está en nuestras manos. Adoptar estilos de vida saludables puede marcar la diferencia entre una vida plena y una llena de limitaciones.
Entonces, ¿será que realmente podemos revertir esta tendencia o estamos condenados a seguir siendo los reyes de la diabetes en la OCDE? ¿Qué medidas concretas cree usted que debería tomar el gobierno y la sociedad para combatir esta epidemia y evitar que nos vayamos al traste?
Un nuevo estudio, el llamado “Panorama de la Salud 2025,” nos cayó como balde de agua fría. Parece que el 23,2% de los adultos ticos conviven con esta condición, superando récords en países como México, Chile e incluso Turquía. La cifra es escalofriante, ¿eh? Y encima, dicen que hemos tenido el crecimiento más rápido en la última década, un aumento de casi siete puntos porcentuales. ¡Qué torta!
Y ojo, que no es culpa de la chinchorrita dominical. Según la OCDE, la combinación de sobrepeso rampante, dietas cargadas de azucaritos, falta de movimiento y, por si fuera poco, que nos estamos haciendo bien viejos, ha creado la tormenta perfecta para la propagación de la diabetes y otras enfermedades crónicas. Ya saben, la cosa pinta fea, con el ritmo que vamos.
La Ministra de Salud, Mary Munive, no andaba precisamente contenta. Aseguró que cada día diagnostican a más personas con diabetes, llegando a superar los 13 mil casos el año pasado, con un aumento del 27%. ¡Y eso era en 2024! Este año ya llevamos más de 11 mil nuevos diagnosticados. ¡Qué brete!
Pero no es solo que la gente se sienta pachucha, la diabetes le daña al sistema de salud en general. Deriva en problemas del corazón, ceguera, riñones que no funcionan y, en los casos más graves, hasta amputaciones. Además, un 40% de los diabéticos desarrollan alguna enfermedad renal crónica. ¡Imagínate la fila en la Caja! El doctor Noel Ruiz, internista de la CCSS, lo puso clarito: “La diabetes mal controlada va a desarrollar patologías crónicas y esto no va a ser una limitación solo para el individuo, sino también una carga para el sistema de salud.”
Y hablando de cargar, económicamente estamos sudando la gota gorda. Según la Federación Internacional de Diabetes, en 2021 los países de la OCDE gastaron unos 670 mil millones de dólares solo para tratar la diabetes y sus complicaciones. ¡Eso sí que duele en el bolsillo! Por eso, la organización pide urgentemente servicios de atención primaria coordinados y accesibles, pa’ que todos tengamos acceso a la cura... o al menos a manejarla bien.
Ahora bien, no todo está perdido. La OCDE nos dice que hay esperanza si cambiamos algunos hábitos: comer saludable, hacer ejercicio regularmente y controlar el peso. Ana Ortega, presidenta de DíaVida, lo expresó así: “Se requiere aceptación, formación y perseverancia para que las personas vivan con diabetes, coman sano y hagan ejercicio desde la niñez y accedan a los nuevos medicamentos y dispositivos”. El mensaje del Ministerio de Salud es claro: la prevención está en nuestras manos. Adoptar estilos de vida saludables puede marcar la diferencia entre una vida plena y una llena de limitaciones.
Entonces, ¿será que realmente podemos revertir esta tendencia o estamos condenados a seguir siendo los reyes de la diabetes en la OCDE? ¿Qué medidas concretas cree usted que debería tomar el gobierno y la sociedad para combatir esta epidemia y evitar que nos vayamos al traste?