¡Ay, Dios mío! Parece que estamos dando tumbos en el tema de la aviación civil, pura verdura. Resulta que Costa Rica acaba de recibir una notaza, una notaza fea, en la evaluación de la OACI. Según los datos que se filtraron, estamos raspando fondo, con apenas 61,58 puntos de 100. ¡Una torta monumental! Y lo peor de todo es que los altos mandamitos, esos que deberían estar dándole bola al asunto, prefieren hacerse los dormidos. Ni Castillo, ni Zeledón, ni Rodríguez han dicho ni pío al respecto.
Para ponerle contexto a esta vaina, la última vez que nos evaluaron, allá por 2017, estábamos mucho mejor parados. Ahí sí teníamos puntaje, agarrados de la mano con números decentes. Pero ahora, parece que alguien se jaló una torta grande en la gestión. Las fuentes dicen que la caída ha sido drástica y que esto llega en un momento álgido, con cierres de espacio aéreo a diestra y siniestra por falta de personal y arreglillos urgentes que nunca llegan.
Y como si fuera poco, justo cuando se destapa este desastre, renuncia Luis Diego Miranda, el subdirector de Aviación Civil. ¡Imagínate el jale! Apenas unas horas antes, él mismo estaba diciendo que no se iba por ninguna cosita. El MOPT, rápido, salió a decir que su salida no tenía nada que ver con la mala calificación, pero bueno… ahí queda la bronca, ¿verdad?
Lo que más preocupa es que, según algunas lengüitas sueltas, esto podría ser solo la punta del iceberg. Se rumora que podrían venir más renuncias, porque el desmadre en el control aéreo es de llamar la atención. Pura alarma, pura incertidumbre… ¿Quién va a asumir la responsabilidad por esto, mae?
Lo curioso es que, mientras tanto, nuestros vecinos andan comiendo con cuchara grande. República Dominicana, Guatemala, Honduras, El Salvador e incluso Estados Unidos tienen puntajes muchísimo más altos que nosotros. ¡Nosotros vamos a remolque, chiquito!, mirando cómo los demás van adelante. Un verdadero brete el que tenemos encima.
Intentamos hablar con los ministerios, hacerles sentir la presión, pero fue cuesta arriba. Castillo se lavó las manos, diciéndole a la encargada de comunicación que ella se comunicara. Rodríguez, el del ICT, directamente dijo que no era su vara hablar del tema. Y Zeledón, el del MOPT, hasta nos colgó el teléfono. ¡Qué tal ese gallito! Nos quedó claro que estos señores no quieren meterse en el barro.
Analizando los datos, vemos que solo dos áreas aprobaron con un mínimo de 75 puntos: el departamento legal y el servicio de navegación aérea. Mientras tanto, otras áreas clave como operaciones, aeronavegabilidad y supervisión de aeródromos quedaron muy rezagadas. Ya no hay excusas, necesitamos revisar toda la operación desde cero y ponerle empeño, porque esto da pena ajena.
En fin, la verdad es que este panorama pinta feísimo. Costa Rica comprometió su imagen como destino turístico seguro y confiable. Ahora, la gran pregunta es: ¿Se van a poner las pilas y solucionar este problema de una vez por todas, o vamos a seguir arrastrando esta mala onda por años? ¿Ustedes qué piensan? ¿Creen que este escándalo sacudirá al gobierno y obligará a tomar medidas drásticas?
Para ponerle contexto a esta vaina, la última vez que nos evaluaron, allá por 2017, estábamos mucho mejor parados. Ahí sí teníamos puntaje, agarrados de la mano con números decentes. Pero ahora, parece que alguien se jaló una torta grande en la gestión. Las fuentes dicen que la caída ha sido drástica y que esto llega en un momento álgido, con cierres de espacio aéreo a diestra y siniestra por falta de personal y arreglillos urgentes que nunca llegan.
Y como si fuera poco, justo cuando se destapa este desastre, renuncia Luis Diego Miranda, el subdirector de Aviación Civil. ¡Imagínate el jale! Apenas unas horas antes, él mismo estaba diciendo que no se iba por ninguna cosita. El MOPT, rápido, salió a decir que su salida no tenía nada que ver con la mala calificación, pero bueno… ahí queda la bronca, ¿verdad?
Lo que más preocupa es que, según algunas lengüitas sueltas, esto podría ser solo la punta del iceberg. Se rumora que podrían venir más renuncias, porque el desmadre en el control aéreo es de llamar la atención. Pura alarma, pura incertidumbre… ¿Quién va a asumir la responsabilidad por esto, mae?
Lo curioso es que, mientras tanto, nuestros vecinos andan comiendo con cuchara grande. República Dominicana, Guatemala, Honduras, El Salvador e incluso Estados Unidos tienen puntajes muchísimo más altos que nosotros. ¡Nosotros vamos a remolque, chiquito!, mirando cómo los demás van adelante. Un verdadero brete el que tenemos encima.
Intentamos hablar con los ministerios, hacerles sentir la presión, pero fue cuesta arriba. Castillo se lavó las manos, diciéndole a la encargada de comunicación que ella se comunicara. Rodríguez, el del ICT, directamente dijo que no era su vara hablar del tema. Y Zeledón, el del MOPT, hasta nos colgó el teléfono. ¡Qué tal ese gallito! Nos quedó claro que estos señores no quieren meterse en el barro.
Analizando los datos, vemos que solo dos áreas aprobaron con un mínimo de 75 puntos: el departamento legal y el servicio de navegación aérea. Mientras tanto, otras áreas clave como operaciones, aeronavegabilidad y supervisión de aeródromos quedaron muy rezagadas. Ya no hay excusas, necesitamos revisar toda la operación desde cero y ponerle empeño, porque esto da pena ajena.
En fin, la verdad es que este panorama pinta feísimo. Costa Rica comprometió su imagen como destino turístico seguro y confiable. Ahora, la gran pregunta es: ¿Se van a poner las pilas y solucionar este problema de una vez por todas, o vamos a seguir arrastrando esta mala onda por años? ¿Ustedes qué piensan? ¿Creen que este escándalo sacudirá al gobierno y obligará a tomar medidas drásticas?