¡Ay, Dios mío, qué torta! La fiesta de graduación del Colegio Bilingüe Sonny en Cartago parece que se fue al traste por un buen golpe. Resulta que un papá de familia, don Calderón, aparentemente se encargó de juntar la plata para el baile, ¡y ahora resulta que no hay ni un peso! Estamos hablando de casi veinte millones de colones, ¡una verdadera chimba!
Según cuentan los mocos, don Calderón era el responsable de administrar los fondos recaudados por el comité de padres. Todo parecía ir bien, los proveedores confirmaron que los pagos estaban en proceso, pero ahí le pegamos el acelerador a la investigación y ¡boom!, nos dimos cuenta de que no se había transferido ni un colón. El personal de Full Party, la empresa encargada del evento, andaba preocupadísimo porque ya les habían pedido empezar a preparar todo.
El colegio, como queriendo lavarse las manos, sacó un comunicado súper rápido aclarando que ellos no tienen nada que ver con el manejo del dinero. Dicen que los fondos fueron recaudados y administrados exclusivamente por el comité de padres, elegidos por las mismas familias. En pocas palabras, ¡mano, eso no es nuestro brete! Además, piden a la comunidad mantener la calma y actuar con prudencia mientras se investiga lo sucedido. Como si eso resolviera la bronca, diay...
Pero la cosa se pone más turbia. Se rumorea que don Calderón desapareció misteriosamente justo cuando se descubrió el problema. Al parecer, apareció posteriormente en el Hospital de Heredia, pero nadie quiere soltar prenda sobre qué pasó realmente. Algunos dicen que se puso malito, otros que simplemente huyó con la lana... ¡qué sal!
Y mientras tanto, los estudiantes de undécimo grado, esos pobres maes, andan desesperados. Llevaban meses planeando su fiesta de graduación, imaginándose cómo sería esa noche inolvidable. Ahora, la incertidumbre pesa como una piedra. El colegio promete echarle ganas para ayudar, pero la verdad es que el panorama está complicado. Imagínate, después de tanto esfuerzo, ¡todo podría irse al garete!
Por supuesto, los padres ya pusieron la denuncia correspondiente en el OIJ por estafa. Esperemos que las autoridades puedan esclarecer rápidamente lo sucedido y recuperar el dinero perdido. Esta clase de situaciones da mucho que pensar sobre la confianza que depositamos en algunas personas. Parece que algunos mae, pura intención, se aprovechan de la buena fe ajena. ¡Qué carga!
Esta vainera ha generado un revuelo enorme en la comunidad educativa. Las redes sociales están explotando con comentarios y opiniones de todo tipo. Algunos culpan al colegio, otros defienden a don Calderón, argumentando que pudo haber sido víctima de alguna circunstancia imprevista. Lo cierto es que esta situación deja un sabor amargo en la boca y levanta muchas interrogantes sobre la transparencia y la responsabilidad en la gestión de fondos comunitarios.
Bueno, pues ahí lo tienen, colegas. Un despache digno de telenovela nacional. Con todo esto, me pregunto: ¿Creen que el Colegio Sonny logrará salvar el baile de graduación, o será que este escándalo terminará dejando a los estudiantes sin su merecida fiesta? ¡Déjenme saber su opinión en los comentarios!
Según cuentan los mocos, don Calderón era el responsable de administrar los fondos recaudados por el comité de padres. Todo parecía ir bien, los proveedores confirmaron que los pagos estaban en proceso, pero ahí le pegamos el acelerador a la investigación y ¡boom!, nos dimos cuenta de que no se había transferido ni un colón. El personal de Full Party, la empresa encargada del evento, andaba preocupadísimo porque ya les habían pedido empezar a preparar todo.
El colegio, como queriendo lavarse las manos, sacó un comunicado súper rápido aclarando que ellos no tienen nada que ver con el manejo del dinero. Dicen que los fondos fueron recaudados y administrados exclusivamente por el comité de padres, elegidos por las mismas familias. En pocas palabras, ¡mano, eso no es nuestro brete! Además, piden a la comunidad mantener la calma y actuar con prudencia mientras se investiga lo sucedido. Como si eso resolviera la bronca, diay...
Pero la cosa se pone más turbia. Se rumorea que don Calderón desapareció misteriosamente justo cuando se descubrió el problema. Al parecer, apareció posteriormente en el Hospital de Heredia, pero nadie quiere soltar prenda sobre qué pasó realmente. Algunos dicen que se puso malito, otros que simplemente huyó con la lana... ¡qué sal!
Y mientras tanto, los estudiantes de undécimo grado, esos pobres maes, andan desesperados. Llevaban meses planeando su fiesta de graduación, imaginándose cómo sería esa noche inolvidable. Ahora, la incertidumbre pesa como una piedra. El colegio promete echarle ganas para ayudar, pero la verdad es que el panorama está complicado. Imagínate, después de tanto esfuerzo, ¡todo podría irse al garete!
Por supuesto, los padres ya pusieron la denuncia correspondiente en el OIJ por estafa. Esperemos que las autoridades puedan esclarecer rápidamente lo sucedido y recuperar el dinero perdido. Esta clase de situaciones da mucho que pensar sobre la confianza que depositamos en algunas personas. Parece que algunos mae, pura intención, se aprovechan de la buena fe ajena. ¡Qué carga!
Esta vainera ha generado un revuelo enorme en la comunidad educativa. Las redes sociales están explotando con comentarios y opiniones de todo tipo. Algunos culpan al colegio, otros defienden a don Calderón, argumentando que pudo haber sido víctima de alguna circunstancia imprevista. Lo cierto es que esta situación deja un sabor amargo en la boca y levanta muchas interrogantes sobre la transparencia y la responsabilidad en la gestión de fondos comunitarios.
Bueno, pues ahí lo tienen, colegas. Un despache digno de telenovela nacional. Con todo esto, me pregunto: ¿Creen que el Colegio Sonny logrará salvar el baile de graduación, o será que este escándalo terminará dejando a los estudiantes sin su merecida fiesta? ¡Déjenme saber su opinión en los comentarios!