¡Ay, Dios mío, qué torta! Aquí en Costa Rica siempre nos cuesta un brete echar pa' lante, pero cuando tienes a tus propios jefes metiéndote patas arriba... ¡eso sí que es cafecito frío! Nuevas denuncias sacuden al Ministerio de Salud, donde varios funcionarios aseguran haber sido víctimas de acoso e intimidación por parte de la mismísima Ministra Mary Munive y el Director General Berny Villarreal. Parece que alguien se cree dueñ@ del Ministerio y piensa que puede mandar a la gente como si fueran marionetas. ¡Imagínate!
Según documentos a los que hemos tenido acceso aquí en 'Foro de Costa Rica', el ambiente dentro del Ministerio se ha vuelto un verdadero nudo. No es novedad que hay problemas, pero esto ha escalado a niveles alarmantes. Uno de los casos más fuertes involucra a un exdirector de Vigilancia de la Salud, quien durante casi cuatro meses vivió una pesadilla tratando de hacer su trabajo mientras sufría tratos indebidos por parte de Villarreal. El pobre mae se esforzó mucho, hizo todos los exámenes necesarios – hasta obtuvo una nota perfecta, ¡59 de 60!– pero al final resultó siendo una experiencia horrible.
Lo que relatan en el informe es preocupante: un “liderazgo por imposición”, donde la autoridad se ejerce a través de la intimidación, el acoso y la coerción. No es precisamente el tipo de ambiente que uno espera encontrar en un lugar dedicado a cuidar la salud de la población, ¿verdad? Según el exdirector, Villarreal, su jefe directo, le estaba haciendo la vida imposible con “acoso laboral”. Irrespeto, daño a su vida familiar, ansiedad y depresión… ¡Una combinación explosiva! Y lo peor es que, según dice, él mismo le avisaba que las comunicaciones eran fuera de horario y sin prioridades, pero solo recibía “molestias, coerción y represión”.
Y ahí no termina la cosa. El exdirector nos contó que las autoridades del Ministerio parecen andar a ciegas, sin planes de trabajo claros ni prioridades establecidas. Se dedican a apagar incendios, atendiendo “lo que les va explotando”. Él asegura que desconocen el funcionamiento interno del Ministerio y toman decisiones basadas en “ocurrencias” – llamar a la gente sin previo aviso, exigiendo cosas fuera de horario sin siquiera decir ‘por favor’. ¡Esto ya raya en lo absurdo! Legalmente hablando, podría ser causa de demanda por acoso laboral. Y lo más loco es que, según él, a los altos funcionarios les parece “lo normal”. ¡Patético!
Pero el caso del exdirector no es aislado. Otro alto funcionario, este sí recientemente, presentó su renuncia el pasado 2 de diciembre por “hostigamiento laboral”, responsabilizando directamente a la Ministra Munive. En su carta, expone circunstancias graves que han afectado su vida personal, su estabilidad emocional y su salud física. Parece que se ha armado una guerra interna en el Ministerio, y los empleados son los que están pagando la factura. Ya bastante tenemos con la pandemia, ahora también con esto.
Este exfuncionario explica que durante el último año, especialmente con la llegada de Villarreal, ha sufrido una “persecución laboral sistemática”, incluyendo decisiones administrativas hostiles, exclusión injustificada y obstáculos para su desarrollo profesional. Además, afirma que Munive lo ha difamado públicamente ante los medios de comunicación y que sus denuncias formales por amenazas externas fueron ignoradas. Las consecuencias físicas y mentales han sido devastadoras: Trastorno de Ansiedad Generalizada, Hipertensión Arterial y Espondilitis Anquilosante, condiciones que no tenía antes. ¡Qué sal!
A pesar de todo este drama, el exdirector quiere dejar claro que mantiene respeto por el Ministerio de Salud como institución y por el personal técnico que trabaja duro para proteger nuestra salud. Su renuncia es un intento por “salvaguardar su integridad, su salud, su dignidad profesional y su honor”. Pero déjenme decirles, ¡este mae ha aportado muchísimo al país! Entre sus logros, destaca la creación del Sistema Nacional de Generación de Permisos Sanitarios, herramienta vital para regular la sanidad nacional. También asumió sobrecargas de trabajo y funciones adicionales debido a la falta de personal calificado, ¡sin recibir ningún reconocimiento! Incluso logró posicionar Puerto Caldera como puerto designado ante eventos de salud pública a nivel internacional. ¿Cómo se trata a una persona así?
Ahora bien, la Unión Médica Nacional (UMN) ha salido a hablar sobre este escándalo, afirmando que estos hechos “visibilizan una realidad lamentable” y ameritan una investigación exhaustiva por parte de la Auditoría Interna, la Contraloría General de la República, el Ministerio de Trabajo y la Defensora de los Habitantes. ¿Será que finalmente alguien tomará medidas concretas para ponerle un alto a esta situación? Y vaya que necesitamos una solución rápida, porque esto está minando la confianza en nuestras instituciones. Ahora dime, ¿crees que las autoridades competentes realmente investigarán a fondo estas denuncias y aplicarán sanciones correspondientes, o se quedará todo en agua de mar?
Según documentos a los que hemos tenido acceso aquí en 'Foro de Costa Rica', el ambiente dentro del Ministerio se ha vuelto un verdadero nudo. No es novedad que hay problemas, pero esto ha escalado a niveles alarmantes. Uno de los casos más fuertes involucra a un exdirector de Vigilancia de la Salud, quien durante casi cuatro meses vivió una pesadilla tratando de hacer su trabajo mientras sufría tratos indebidos por parte de Villarreal. El pobre mae se esforzó mucho, hizo todos los exámenes necesarios – hasta obtuvo una nota perfecta, ¡59 de 60!– pero al final resultó siendo una experiencia horrible.
Lo que relatan en el informe es preocupante: un “liderazgo por imposición”, donde la autoridad se ejerce a través de la intimidación, el acoso y la coerción. No es precisamente el tipo de ambiente que uno espera encontrar en un lugar dedicado a cuidar la salud de la población, ¿verdad? Según el exdirector, Villarreal, su jefe directo, le estaba haciendo la vida imposible con “acoso laboral”. Irrespeto, daño a su vida familiar, ansiedad y depresión… ¡Una combinación explosiva! Y lo peor es que, según dice, él mismo le avisaba que las comunicaciones eran fuera de horario y sin prioridades, pero solo recibía “molestias, coerción y represión”.
Y ahí no termina la cosa. El exdirector nos contó que las autoridades del Ministerio parecen andar a ciegas, sin planes de trabajo claros ni prioridades establecidas. Se dedican a apagar incendios, atendiendo “lo que les va explotando”. Él asegura que desconocen el funcionamiento interno del Ministerio y toman decisiones basadas en “ocurrencias” – llamar a la gente sin previo aviso, exigiendo cosas fuera de horario sin siquiera decir ‘por favor’. ¡Esto ya raya en lo absurdo! Legalmente hablando, podría ser causa de demanda por acoso laboral. Y lo más loco es que, según él, a los altos funcionarios les parece “lo normal”. ¡Patético!
Pero el caso del exdirector no es aislado. Otro alto funcionario, este sí recientemente, presentó su renuncia el pasado 2 de diciembre por “hostigamiento laboral”, responsabilizando directamente a la Ministra Munive. En su carta, expone circunstancias graves que han afectado su vida personal, su estabilidad emocional y su salud física. Parece que se ha armado una guerra interna en el Ministerio, y los empleados son los que están pagando la factura. Ya bastante tenemos con la pandemia, ahora también con esto.
Este exfuncionario explica que durante el último año, especialmente con la llegada de Villarreal, ha sufrido una “persecución laboral sistemática”, incluyendo decisiones administrativas hostiles, exclusión injustificada y obstáculos para su desarrollo profesional. Además, afirma que Munive lo ha difamado públicamente ante los medios de comunicación y que sus denuncias formales por amenazas externas fueron ignoradas. Las consecuencias físicas y mentales han sido devastadoras: Trastorno de Ansiedad Generalizada, Hipertensión Arterial y Espondilitis Anquilosante, condiciones que no tenía antes. ¡Qué sal!
A pesar de todo este drama, el exdirector quiere dejar claro que mantiene respeto por el Ministerio de Salud como institución y por el personal técnico que trabaja duro para proteger nuestra salud. Su renuncia es un intento por “salvaguardar su integridad, su salud, su dignidad profesional y su honor”. Pero déjenme decirles, ¡este mae ha aportado muchísimo al país! Entre sus logros, destaca la creación del Sistema Nacional de Generación de Permisos Sanitarios, herramienta vital para regular la sanidad nacional. También asumió sobrecargas de trabajo y funciones adicionales debido a la falta de personal calificado, ¡sin recibir ningún reconocimiento! Incluso logró posicionar Puerto Caldera como puerto designado ante eventos de salud pública a nivel internacional. ¿Cómo se trata a una persona así?
Ahora bien, la Unión Médica Nacional (UMN) ha salido a hablar sobre este escándalo, afirmando que estos hechos “visibilizan una realidad lamentable” y ameritan una investigación exhaustiva por parte de la Auditoría Interna, la Contraloría General de la República, el Ministerio de Trabajo y la Defensora de los Habitantes. ¿Será que finalmente alguien tomará medidas concretas para ponerle un alto a esta situación? Y vaya que necesitamos una solución rápida, porque esto está minando la confianza en nuestras instituciones. Ahora dime, ¿crees que las autoridades competentes realmente investigarán a fondo estas denuncias y aplicarán sanciones correspondientes, o se quedará todo en agua de mar?