¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que el OIJ, con apoyo de la Fiscalía, le dio duro a una pareja en Aguas Zarcas. Parece que estaban metidos hasta el cuello en la venta de hierba, ahí dicen, unos negocios turbios que les salieron muy caro. La movida ocurrió temprano este miércoles, como a las seis de la mañana, cuando allanaron una casa en esa zona.
Según fuentes cercanas a la investigación, tanto el OIJ como la Fiscalía llevaban tiempo siguiendo a estos dos sospechosos. Un señor llamado Zúñiga Sosa, de 25 años, y una dama llamada Herra Villegas, de 23, ahora tienen que lidiar con las consecuencias de sus acciones. Al parecer, andaban vendiendo la hierbita en el mismo vecindario donde vivían, e incluso cerca de algunos colegios y changos, ¡qué barbaridad!
Lo que más sorprende es cómo de rápido debían estar haciendo las entregas. Dicen que eran unos trueques relámpago, pa’ que nadie se diera cuenta. ¡Imagínate, un cliente llega, le entrega la plata, y en un segundo ya se lleva su bolsa con la cosita! Eso requiere organización, mi pana, aunque sea ilegal.
Durante el allanamiento, los oficiales encontraron varias cosas que los incriminan, como hierba empacada, billetes de varios montos, celulares con mensajes sospechosos... todo eso sirve de evidencia para demostrar que no estaban precisamente vendiendo dulces. Además, parece que tenían un sistema bien organizado para distribuir la mercancía, con puntos estratégicos en distintos lugares del barrio.
No solo el OIJ estuvo involucrado en esto, sino también la DIAC (Dirección de Inteligencia y Análisis Criminal) y la Unidad Canina. ¡Hasta los perritos olfateadores pusieron su granito de arena para encontrar la prueba! Y ni hablar de la Policía Municipal de San Carlos, que apoyó en mantener el orden durante el operativo. Demuestra que esto era algo serio, no algún changarro chapucero.
Ahora, ambos están bajo arresto y a la espera de que el Ministerio Público de San Carlos decida qué hacer con ellos. Van a tener que explicarle al juez por qué estaban vendiendo hierba y si tenían alguna intención de seguirlo haciendo. Ya saben, la ley es clara con estas cosas, y las penas pueden ser bastante fuertes. Una pena, porque a veces veo que muchos jóvenes se dejan llevar por la plata fácil y terminan metiéndose en problemas así.
Algunos vecinos comentan que últimamente había mucho movimiento extraño en la zona, pero nadie se animaba a denunciar por miedo a represalias. Ahora, con esta captura, esperan que la tranquilidad regrese al barrio y que los niños puedan jugar seguros. Aunque claro, siempre hay alguien listo para ocupar el vacío dejado por los que cayeron, ¡qué sal! Pero bueno, al menos por ahora, se respirará un poco más tranquilo.
Esta movida nos hace pensar: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para conseguir dinero fácil, y qué consecuencias estamos dispuestos a asumir? ¿Creen que la lucha contra las drogas en Costa Rica está dando sus frutos, o necesitamos estrategias más innovadoras para combatir este problema que afecta a tantas familias?
Según fuentes cercanas a la investigación, tanto el OIJ como la Fiscalía llevaban tiempo siguiendo a estos dos sospechosos. Un señor llamado Zúñiga Sosa, de 25 años, y una dama llamada Herra Villegas, de 23, ahora tienen que lidiar con las consecuencias de sus acciones. Al parecer, andaban vendiendo la hierbita en el mismo vecindario donde vivían, e incluso cerca de algunos colegios y changos, ¡qué barbaridad!
Lo que más sorprende es cómo de rápido debían estar haciendo las entregas. Dicen que eran unos trueques relámpago, pa’ que nadie se diera cuenta. ¡Imagínate, un cliente llega, le entrega la plata, y en un segundo ya se lleva su bolsa con la cosita! Eso requiere organización, mi pana, aunque sea ilegal.
Durante el allanamiento, los oficiales encontraron varias cosas que los incriminan, como hierba empacada, billetes de varios montos, celulares con mensajes sospechosos... todo eso sirve de evidencia para demostrar que no estaban precisamente vendiendo dulces. Además, parece que tenían un sistema bien organizado para distribuir la mercancía, con puntos estratégicos en distintos lugares del barrio.
No solo el OIJ estuvo involucrado en esto, sino también la DIAC (Dirección de Inteligencia y Análisis Criminal) y la Unidad Canina. ¡Hasta los perritos olfateadores pusieron su granito de arena para encontrar la prueba! Y ni hablar de la Policía Municipal de San Carlos, que apoyó en mantener el orden durante el operativo. Demuestra que esto era algo serio, no algún changarro chapucero.
Ahora, ambos están bajo arresto y a la espera de que el Ministerio Público de San Carlos decida qué hacer con ellos. Van a tener que explicarle al juez por qué estaban vendiendo hierba y si tenían alguna intención de seguirlo haciendo. Ya saben, la ley es clara con estas cosas, y las penas pueden ser bastante fuertes. Una pena, porque a veces veo que muchos jóvenes se dejan llevar por la plata fácil y terminan metiéndose en problemas así.
Algunos vecinos comentan que últimamente había mucho movimiento extraño en la zona, pero nadie se animaba a denunciar por miedo a represalias. Ahora, con esta captura, esperan que la tranquilidad regrese al barrio y que los niños puedan jugar seguros. Aunque claro, siempre hay alguien listo para ocupar el vacío dejado por los que cayeron, ¡qué sal! Pero bueno, al menos por ahora, se respirará un poco más tranquilo.
Esta movida nos hace pensar: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para conseguir dinero fácil, y qué consecuencias estamos dispuestos a asumir? ¿Creen que la lucha contra las drogas en Costa Rica está dando sus frutos, o necesitamos estrategias más innovadoras para combatir este problema que afecta a tantas familias?
