¡Ay, Dios mío, qué torta! El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) sacudió el gallito este martes con unos allanamientos que dieron que hablar. Parece que andaban metidos hasta el cuello con una organización criminal transnacional, y no cualquier cosa, sino con el tráfico internacional de drogas. ¡Imagínate el brete!
La movida empezó hace casi tres años, cuando el OIJ recibió unos datos bien jugosos que les permitieron seguir los pasos de esta banda. Resulta que estos sujetos estaban enviando cocaína y marihuana desde Turbo, Colombia, pa’ acá, usando lanchas modificadas. ¡Un negocio redondo, pero ilegal, claro está! Se dice que la información era confidencial, así que imagínate el trabajo de inteligencia que tuvieron que hacer los agentes.
Y aquí viene lo bueno: estos narcos no eran precisamente pobres. Invertieron más de 250 millones de colones en propiedades acá en el país. ¡Dinero sucio invirtiendo en cosas bonitas! Entre las propiedades encontradas, hay un centro turístico en desarrollo con piscina, cabañas y casa club. Dicen que lo usaban para lavar la plata, disfrazando el origen ilícito del dinero. ¡Qué manera de tratar de engañar al sistema!
Durante estos tres años, el OIJ ya había decomisado unas siete toneladas de droga relacionadas con esta misma estructura. ¡Siete toneladas, mae! Eso es muchísimo. Además, han capturado a once personas que ahora están cumpliendo tiempo en prisión preventiva. Estos tipos no iban jugando, estaban organizados y tenían contactos fuertes, parece.
Este martes, el OIJ hizo once allanamientos simultáneamente en Alajuela, Heredia y Puntarenas. Agarraron pruebas de lujo: drogas sintéticas, armas, fajos de billetes y equipos náuticos que valen una fortuna. Según el director del OIJ, Randall Zúñiga, “estamos comprometidos con sacar al menos un gran caso por semana”. Y vaya que lo están cumpliendo, porque ya van dos organizaciones desarticuladas en pocos días. ¡Así da gusto ver cómo le ponen empeño a limpiar el país!
Lo curioso de todo esto es cómo pudieron operar tan a la vista sin levantar muchas sospechas. Obviamente, tenían sus conexiones y sabían cómo moverse para no llamar la atención. El hecho de que hayan invertido en un centro turístico sugiere que buscaban una forma legítima de blanquear el dinero, aprovechando el auge del turismo en Costa Rica. ¡Qué maña!
Ahora mismo, el OIJ sigue contabilizando todo lo que encontraron en los allanamientos y pronto presentarán a los detenidos ante el Ministerio Público. Se busca aprehender a ocho personas, incluyendo algunos extranjeros que ya se habían nacionalizado costarricenses. Parece que intentaban raizarse por aquí para poder actuar con más impunidad, pero se les fue el avión. ¡Qué sal!
Definitivamente, este caso pone de relieve la importancia de combatir el narcotráfico y el lavado de dinero en nuestro país. Pero me pregunto, ¿cree usted que las autoridades están haciendo lo suficiente para cortar las redes financieras que permiten a estas organizaciones prosperar o necesitamos medidas aún más drásticas para proteger a nuestra nación de esta amenaza?
La movida empezó hace casi tres años, cuando el OIJ recibió unos datos bien jugosos que les permitieron seguir los pasos de esta banda. Resulta que estos sujetos estaban enviando cocaína y marihuana desde Turbo, Colombia, pa’ acá, usando lanchas modificadas. ¡Un negocio redondo, pero ilegal, claro está! Se dice que la información era confidencial, así que imagínate el trabajo de inteligencia que tuvieron que hacer los agentes.
Y aquí viene lo bueno: estos narcos no eran precisamente pobres. Invertieron más de 250 millones de colones en propiedades acá en el país. ¡Dinero sucio invirtiendo en cosas bonitas! Entre las propiedades encontradas, hay un centro turístico en desarrollo con piscina, cabañas y casa club. Dicen que lo usaban para lavar la plata, disfrazando el origen ilícito del dinero. ¡Qué manera de tratar de engañar al sistema!
Durante estos tres años, el OIJ ya había decomisado unas siete toneladas de droga relacionadas con esta misma estructura. ¡Siete toneladas, mae! Eso es muchísimo. Además, han capturado a once personas que ahora están cumpliendo tiempo en prisión preventiva. Estos tipos no iban jugando, estaban organizados y tenían contactos fuertes, parece.
Este martes, el OIJ hizo once allanamientos simultáneamente en Alajuela, Heredia y Puntarenas. Agarraron pruebas de lujo: drogas sintéticas, armas, fajos de billetes y equipos náuticos que valen una fortuna. Según el director del OIJ, Randall Zúñiga, “estamos comprometidos con sacar al menos un gran caso por semana”. Y vaya que lo están cumpliendo, porque ya van dos organizaciones desarticuladas en pocos días. ¡Así da gusto ver cómo le ponen empeño a limpiar el país!
Lo curioso de todo esto es cómo pudieron operar tan a la vista sin levantar muchas sospechas. Obviamente, tenían sus conexiones y sabían cómo moverse para no llamar la atención. El hecho de que hayan invertido en un centro turístico sugiere que buscaban una forma legítima de blanquear el dinero, aprovechando el auge del turismo en Costa Rica. ¡Qué maña!
Ahora mismo, el OIJ sigue contabilizando todo lo que encontraron en los allanamientos y pronto presentarán a los detenidos ante el Ministerio Público. Se busca aprehender a ocho personas, incluyendo algunos extranjeros que ya se habían nacionalizado costarricenses. Parece que intentaban raizarse por aquí para poder actuar con más impunidad, pero se les fue el avión. ¡Qué sal!
Definitivamente, este caso pone de relieve la importancia de combatir el narcotráfico y el lavado de dinero en nuestro país. Pero me pregunto, ¿cree usted que las autoridades están haciendo lo suficiente para cortar las redes financieras que permiten a estas organizaciones prosperar o necesitamos medidas aún más drásticas para proteger a nuestra nación de esta amenaza?