¡Ay, Dios mío! Esto sí que es novela. Resulta que el expresidente del Banco Nacional, Max Alvarado, dejó caer unas verdades peladas en un grupo de WhatsApp –sí, así como lo leen– donde aparentemente se hablaba de que Zapote, el poder ejecutivo, era quien daba las órdenes dentro del banco. Unas conversaciones que han encendido todas las alarmas porque tocan la autonomía bancaria y el control político, ¿me entienden?
La jugada salió a luz gracias a unas capturas de pantalla que circularon y que muestran a Alvarado escribiendo: "Parece que va a ser necesario ver ciertos temas de la junta, ya sea con Francisco o bien con Yara, para que todos tengamos claro cuál es la orientación de Zapote y actuar de conformidad. Son nuestros superiores". ¡Imagínense!, Alvarado mismo admitiendo que estaban tomando indicaciones desde arriba. ¡Un brrr!
Cuando le preguntaron directamente, Alvarado intentó restarle importancia, diciendo que solo quería coordinar con el Gobierno, como manda la ley, claro. Pero vamos, ahí quedó la sombra de la duda. Afirmó que se refería a funcionarios de la Presidencia, como Francisco y Yara Jiménez, pero evitó entrar en detalles de qué tipo de temas trataban. ¡Qué vara!
Lo que es seguro es que esto llega en un momento muy particular, justo después de que la Sala Constitucional revocó la destitución de algunos directores del BN y puso a Alvarado en la presidencia. Recordemos que el Presidente Chaves, apenas tomó posesión, les pidió a estos mismos directores que pusieran atención a un crédito millonario supuestamente vinculado a algún personaje influyente del llamado 'poder tradicional'. ¿Será que esto tiene alguna conexión?
Más allá de quién tenga la razón, el tema central es la independencia de los bancos estatales. Según Alvarado, cuando se trata de decisiones financieras importantes, la coordinación con el Gobierno es crucial para implementar políticas públicas efectivas y beneficiar al país. Pero, ¿hasta dónde puede llegar esa coordinación sin comprometer la autonomía del banco? Ahí reside el meollo del asunto.
Expertos en economía han señalado que si bien la ley obliga a coordinar, el exceso de injerencia política podría afectar la estabilidad financiera y la objetividad en la toma de decisiones. Imagínense, si los directores se sienten obligados a seguir ciegamente las instrucciones del Gobierno, podrían aprobar créditos riesgosos o favorecer a determinados sectores en detrimento de otros. ¡Qué torta sería eso!
En cuanto al rol del Consejo de Gobierno, Alvarado insistió en que, al ser accionista mayoritario, tiene la potestad de supervisar a la junta directiva. Pero la línea es delgada: la supervisión debe garantizar la transparencia y la rendición de cuentas, no convertirse en una forma de control opaco. Este brete se ha convertido en un verdadero foco de atención para todos los costarricenses, pues pone en tela de juicio la confianza en nuestras instituciones financieras.
Ahora, díganme ustedes: ¿creen que la coordinación entre el Banco Nacional y el Gobierno debe ser tan estrecha como dice Alvarado, o es preferible mantener una distancia prudencial para asegurar la autonomía del banco? ¿Hasta qué punto es aceptable que el Poder Ejecutivo influya en las decisiones financieras de un banco estatal? Dejen sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan los expertos!
La jugada salió a luz gracias a unas capturas de pantalla que circularon y que muestran a Alvarado escribiendo: "Parece que va a ser necesario ver ciertos temas de la junta, ya sea con Francisco o bien con Yara, para que todos tengamos claro cuál es la orientación de Zapote y actuar de conformidad. Son nuestros superiores". ¡Imagínense!, Alvarado mismo admitiendo que estaban tomando indicaciones desde arriba. ¡Un brrr!
Cuando le preguntaron directamente, Alvarado intentó restarle importancia, diciendo que solo quería coordinar con el Gobierno, como manda la ley, claro. Pero vamos, ahí quedó la sombra de la duda. Afirmó que se refería a funcionarios de la Presidencia, como Francisco y Yara Jiménez, pero evitó entrar en detalles de qué tipo de temas trataban. ¡Qué vara!
Lo que es seguro es que esto llega en un momento muy particular, justo después de que la Sala Constitucional revocó la destitución de algunos directores del BN y puso a Alvarado en la presidencia. Recordemos que el Presidente Chaves, apenas tomó posesión, les pidió a estos mismos directores que pusieran atención a un crédito millonario supuestamente vinculado a algún personaje influyente del llamado 'poder tradicional'. ¿Será que esto tiene alguna conexión?
Más allá de quién tenga la razón, el tema central es la independencia de los bancos estatales. Según Alvarado, cuando se trata de decisiones financieras importantes, la coordinación con el Gobierno es crucial para implementar políticas públicas efectivas y beneficiar al país. Pero, ¿hasta dónde puede llegar esa coordinación sin comprometer la autonomía del banco? Ahí reside el meollo del asunto.
Expertos en economía han señalado que si bien la ley obliga a coordinar, el exceso de injerencia política podría afectar la estabilidad financiera y la objetividad en la toma de decisiones. Imagínense, si los directores se sienten obligados a seguir ciegamente las instrucciones del Gobierno, podrían aprobar créditos riesgosos o favorecer a determinados sectores en detrimento de otros. ¡Qué torta sería eso!
En cuanto al rol del Consejo de Gobierno, Alvarado insistió en que, al ser accionista mayoritario, tiene la potestad de supervisar a la junta directiva. Pero la línea es delgada: la supervisión debe garantizar la transparencia y la rendición de cuentas, no convertirse en una forma de control opaco. Este brete se ha convertido en un verdadero foco de atención para todos los costarricenses, pues pone en tela de juicio la confianza en nuestras instituciones financieras.
Ahora, díganme ustedes: ¿creen que la coordinación entre el Banco Nacional y el Gobierno debe ser tan estrecha como dice Alvarado, o es preferible mantener una distancia prudencial para asegurar la autonomía del banco? ¿Hasta qué punto es aceptable que el Poder Ejecutivo influya en las decisiones financieras de un banco estatal? Dejen sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan los expertos!