¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que los fajeros nos siguen sacando raja, y ahora la bronca es con el robo de combustible. Según Recope, perdimos unos ¢5.351 millones en los últimos tres años, más de 10 millones de literazos desaparecidos. Parece que estos tipos están cada vez más organizados y metiendo cambalache.
La jefa de Recope, Karla Montero, salió al frente explicando que esta no es una vaina bromera. No es solo perder plata, es poner en riesgo a toda la gente que vive cerca de las cañerías que cruzan el país. Imagínate, explota algo y pum, ¡qué carga! Tiene razón, esas tuberías andan cruzando fincas, carreteras, casitas… un pincho. Por eso me preocupa esta maraña, brete que afecta a muchos.
Montero no se anda con rodeos: estos robos pueden provocar incendios, derrames, explosiones... ¡hasta muertes! Y luego, claro, la factura la terminamos pagando los ciudadanos. Porque resulta que esos huecos en la planilla se cubren con aumentos en la gasolina y otros combustibles. ¡Qué sal! Así nunca vamos a salir adelante si seguimos permitiendo estas cosas.
Y ni hablar del daño ambiental. Cada vez que le quitan un chunche a la tubería, dejan fugas que contaminan el suelo y el agua. ¿Se imaginan el daño a largo plazo? Esto no es como romper una maceta, brete que requiere atención urgente. Necesitamos tomar cartas en el asunto antes de que nos vayamos al traste como país.
Pero ojo, que no todo está perdido. Montero dice que han bajado la incidencia de los robos en un 60% este año. Dicen que han estado entendiendo cómo trabajan estos fajeros y han invertido en tecnología de punta para vigilarlas cañerías. ¡Eso sí da un poquito de esperanza!
Sin embargo, ella enfatiza que no basta con eso. Necesitamos que la policía y el sistema judicial pongan su brete también. Que endurezcan las penas para los chorizos y hagan que la gente sienta las consecuencias de robarle al país. Como dicen por ahí, que les agarre pa’ que sientan lo que es vivir con el corazón roto. Esa es la verdadera vara.
Ahora bien, están tramitando un proyecto de ley, el 25.206, que busca fortalecer la prevención y sanción de estos delitos. Se llama “Ley para Fortalecer la Prevención y Sanción de Actividades Ilegítimas Relacionadas con el Robo de Combustibles y Delitos Conexos” . Esperemos que los diputados no se duerman en los laureles y aprueben esta ley pronto. Sino, seguiremos viendo como estos delincuentes se aprovechan del vacío legal.
Este brete es serio, maes. Nos afecta a todos, tanto en el bolsillo como en la seguridad. ¿Ustedes creen que deberíamos crear una especie de fuerza especial dedicada exclusivamente a combatir el robo de combustibles? ¿O prefieren enfocarse en endurecer las penas existentes y mejorar la coordinación entre las instituciones? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
La jefa de Recope, Karla Montero, salió al frente explicando que esta no es una vaina bromera. No es solo perder plata, es poner en riesgo a toda la gente que vive cerca de las cañerías que cruzan el país. Imagínate, explota algo y pum, ¡qué carga! Tiene razón, esas tuberías andan cruzando fincas, carreteras, casitas… un pincho. Por eso me preocupa esta maraña, brete que afecta a muchos.
Montero no se anda con rodeos: estos robos pueden provocar incendios, derrames, explosiones... ¡hasta muertes! Y luego, claro, la factura la terminamos pagando los ciudadanos. Porque resulta que esos huecos en la planilla se cubren con aumentos en la gasolina y otros combustibles. ¡Qué sal! Así nunca vamos a salir adelante si seguimos permitiendo estas cosas.
Y ni hablar del daño ambiental. Cada vez que le quitan un chunche a la tubería, dejan fugas que contaminan el suelo y el agua. ¿Se imaginan el daño a largo plazo? Esto no es como romper una maceta, brete que requiere atención urgente. Necesitamos tomar cartas en el asunto antes de que nos vayamos al traste como país.
Pero ojo, que no todo está perdido. Montero dice que han bajado la incidencia de los robos en un 60% este año. Dicen que han estado entendiendo cómo trabajan estos fajeros y han invertido en tecnología de punta para vigilarlas cañerías. ¡Eso sí da un poquito de esperanza!
Sin embargo, ella enfatiza que no basta con eso. Necesitamos que la policía y el sistema judicial pongan su brete también. Que endurezcan las penas para los chorizos y hagan que la gente sienta las consecuencias de robarle al país. Como dicen por ahí, que les agarre pa’ que sientan lo que es vivir con el corazón roto. Esa es la verdadera vara.
Ahora bien, están tramitando un proyecto de ley, el 25.206, que busca fortalecer la prevención y sanción de estos delitos. Se llama “Ley para Fortalecer la Prevención y Sanción de Actividades Ilegítimas Relacionadas con el Robo de Combustibles y Delitos Conexos” . Esperemos que los diputados no se duerman en los laureles y aprueben esta ley pronto. Sino, seguiremos viendo como estos delincuentes se aprovechan del vacío legal.
Este brete es serio, maes. Nos afecta a todos, tanto en el bolsillo como en la seguridad. ¿Ustedes creen que deberíamos crear una especie de fuerza especial dedicada exclusivamente a combatir el robo de combustibles? ¿O prefieren enfocarse en endurecer las penas existentes y mejorar la coordinación entre las instituciones? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!