Mae, se armó el despiche en la UCR y no es por el FEES ni por las becas. Esta vez el rancho está ardiendo por un pleito de familia, uno de esos que da vergüenza ajena. Resulta que la Escuela de Estadística, la gente que de verdad sabe de números en esa universidad, salió a pegarle un estatequieto público y sin anestesia a otro centro de la misma U, el tal CIOdD. ¿La razón? Un supuesto “sondeo de opinión” sobre las elecciones del 2026 que, para decirlo en buen tico, es una completa cochinada metodológica. La Escuela de Estadística básicamente les dijo que se jalaron una torta monumental y que su estudio es tan científico como un horóscopo de revista. ¡Durísimo!
Para los que no están al tanto de la vara, el sondeo del CIOdD ponía a volar en la intención de voto a Álvaro Ramos del PLN y a Ariel Robles del Frente Amplio, casi que asegurándoles una segunda ronda. Mientras tanto, dejaba por el suelo a la candidata oficialista y le daba una nota para llorar al presidente Chaves. El problema no es a quién pone de primero o de último, diay, cada encuesta es una foto del momento. El meollo del asunto es que esta "foto" la tomaron con una papa y con el lente sucio. La Escuela de Estadística, con toda la paciencia del mundo pero con una firmeza que asusta, les explicó con peras y manzanas por qué su brete no sirve: usaron muestras no probabilísticas. O sea, una de esas encuestas que uno se topa en línea, donde contesta el que quiere y el que tiene tiempo, no una muestra representativa del país.
Aquí es donde la cosa se pone casi cómica, si no fuera tan seria. El documento de Estadística desmenuza el despiche técnico punto por punto. El más increíble de todos es este: ¡el 92% de los que contestaron la encuesta tenían educación universitaria! Mae, el 92%. Según la Encuesta Nacional de Hogares, en Costa Rica esa cifra es del 22.8%. Es decir, el sondeo básicamente entrevistó a la burbuja de la burbuja, a un grupo que no representa para nada el sentir del costarricense de a pie. Además, señalan el sesgo de autoselección (solo contestan los más politizados o los que tienen un interés particular), la imposibilidad de calcular un margen de error (un pilar de cualquier encuesta seria) y, para rematar, la vulnerabilidad a la manipulación por "troles" y hasta por software que llena formularios automáticamente. En resumen, la vara es un coladero por donde se le vea.
Y uno podría pensar: "bueno, un errorcillo ahí, nada grave". ¡Para nada! La Escuela de Estadística advierte que este tipo de publicaciones son veneno puro. Primero, porque manchan el nombre de la UCR. Presentar este chunche como un producto académico riguroso es un insulto a los verdaderos investigadores que sí se matan haciendo ciencia de verdad. Segundo, y más peligroso, es que le echa gasolina al fuego de la desinformación. En un país ya polarizado, soltar datos así, sin sustento pero con el sello de la UCR, es una irresponsabilidad tremenda. La gente empieza a creer en resultados que no son reales y, al final, cuando salen las encuestas serias, nadie les cree porque ya el daño está hecho. Se va todo al traste, la confianza en la ciencia y en el periodismo.
Al final, la petición de la Escuela de Estadística es clara y contundente: le piden al CIOdD que se retracte públicamente, que se comprometa a hacer las cosas bien en el futuro y le mandan un filazo a la Oficina de Comunicación de la U para que ponga más atención a lo que se publica. Es un jalón de orejas en toda regla. Esto va más allá de un debate académico; es una defensa del rigor científico frente a la tentación de sacar titulares fáciles con datos que no aguantan ni el más mínimo análisis. La ciencia es seria o no es ciencia, y parece que dentro de la misma U tuvieron que recordárselo a algunos. ¡Qué sal!
Ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Ustedes creen que esto fue un simple error de novato por parte de ese centro de investigación o hay algo más turbio detrás de publicar una encuesta tan claramente chueca a estas alturas del partido? ¿Pura ingenuidad o hay agenda? ¡Los leo, maes!
Para los que no están al tanto de la vara, el sondeo del CIOdD ponía a volar en la intención de voto a Álvaro Ramos del PLN y a Ariel Robles del Frente Amplio, casi que asegurándoles una segunda ronda. Mientras tanto, dejaba por el suelo a la candidata oficialista y le daba una nota para llorar al presidente Chaves. El problema no es a quién pone de primero o de último, diay, cada encuesta es una foto del momento. El meollo del asunto es que esta "foto" la tomaron con una papa y con el lente sucio. La Escuela de Estadística, con toda la paciencia del mundo pero con una firmeza que asusta, les explicó con peras y manzanas por qué su brete no sirve: usaron muestras no probabilísticas. O sea, una de esas encuestas que uno se topa en línea, donde contesta el que quiere y el que tiene tiempo, no una muestra representativa del país.
Aquí es donde la cosa se pone casi cómica, si no fuera tan seria. El documento de Estadística desmenuza el despiche técnico punto por punto. El más increíble de todos es este: ¡el 92% de los que contestaron la encuesta tenían educación universitaria! Mae, el 92%. Según la Encuesta Nacional de Hogares, en Costa Rica esa cifra es del 22.8%. Es decir, el sondeo básicamente entrevistó a la burbuja de la burbuja, a un grupo que no representa para nada el sentir del costarricense de a pie. Además, señalan el sesgo de autoselección (solo contestan los más politizados o los que tienen un interés particular), la imposibilidad de calcular un margen de error (un pilar de cualquier encuesta seria) y, para rematar, la vulnerabilidad a la manipulación por "troles" y hasta por software que llena formularios automáticamente. En resumen, la vara es un coladero por donde se le vea.
Y uno podría pensar: "bueno, un errorcillo ahí, nada grave". ¡Para nada! La Escuela de Estadística advierte que este tipo de publicaciones son veneno puro. Primero, porque manchan el nombre de la UCR. Presentar este chunche como un producto académico riguroso es un insulto a los verdaderos investigadores que sí se matan haciendo ciencia de verdad. Segundo, y más peligroso, es que le echa gasolina al fuego de la desinformación. En un país ya polarizado, soltar datos así, sin sustento pero con el sello de la UCR, es una irresponsabilidad tremenda. La gente empieza a creer en resultados que no son reales y, al final, cuando salen las encuestas serias, nadie les cree porque ya el daño está hecho. Se va todo al traste, la confianza en la ciencia y en el periodismo.
Al final, la petición de la Escuela de Estadística es clara y contundente: le piden al CIOdD que se retracte públicamente, que se comprometa a hacer las cosas bien en el futuro y le mandan un filazo a la Oficina de Comunicación de la U para que ponga más atención a lo que se publica. Es un jalón de orejas en toda regla. Esto va más allá de un debate académico; es una defensa del rigor científico frente a la tentación de sacar titulares fáciles con datos que no aguantan ni el más mínimo análisis. La ciencia es seria o no es ciencia, y parece que dentro de la misma U tuvieron que recordárselo a algunos. ¡Qué sal!
Ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Ustedes creen que esto fue un simple error de novato por parte de ese centro de investigación o hay algo más turbio detrás de publicar una encuesta tan claramente chueca a estas alturas del partido? ¿Pura ingenuidad o hay agenda? ¡Los leo, maes!