Maes, hay noticias que a uno le alegran el inicio de semana, y esta es una de esas. Nuestro vallista olímpico, Gerald Drummond, se mandó este fin de semana en el Campeonato NACAC en Bahamas. Y aunque no se trajo una medalla colgada al cuello, logró algo que, en el mundo del atletismo, a veces es hasta más importante: rompió su propio récord de la temporada. Esta es la clase de vara que demuestra que el proceso va por buen camino, y honestamente, ¡qué chiva ver a un tico compitiendo a ese nivel!
Okay, vamos a los datos duros para que vean que no es pura hablada. Drummond paró el cronómetro en 49.08 segundos en la final de los 400 metros con vallas. Sé lo que algunos estarán pensando: "¡Pero quedó de sexto!". Y sí, es cierto, el podio se lo llevaron dos jamaiquinos y un gringo que andan en un nivel impresionante, con tiempos por debajo de los 48.80. Pero aquí el verdadero gane no es contra ellos, es contra uno mismo. Venir de una eliminatoria el viernes con 49.69 y bajar más de medio segundo en la final es una animalada. Eso demuestra no solo capacidad física, sino una cabeza fría para rendir cuando más importa.
Lo realmente importante aquí, gente, es la tendencia. Este 49.08 no sale de la nada. Es una señal clarísima de que el brete que está haciendo con su equipo está dando frutos. En el atletismo de élite, cada centésima de segundo es un mundo, es el resultado de meses de sacrificio, de afinar cada detalle técnico, de levantarse todos los días a entrenar aunque el cuerpo no quiera. Ver a Drummond acercándose cada vez más a sus mejores marcas históricas y mostrando esta consistencia en un torneo mayor es la mejor noticia que podíamos recibir de cara a lo que se viene en el calendario internacional. Esto es construir, paso a paso, una carrera sólida.
Además, hay que poner esto en perspectiva. En un país donde a veces parece que el único deporte que existe es el fútbol masculino de primera división, estas noticias son un tanque de oxígeno. Nos recuerdan que hay un montón de atletas ticos que se la juegan en disciplinas increíblemente exigentes, representando la bandera con un orgullo enorme y, muchas veces, con mucho menos apoyo mediático y financiero. Gerald es uno de esos maes que, sin tanto escándalo, pone el nombre de Costa Rica en el mapa del atletismo de Norteamérica y el Caribe. Eso, por sí solo, ya es para aplaudir de pie.
Al final, lo de Drummond en Bahamas es un éxito rotundo. Es la prueba de que el talento, combinado con disciplina y un buen plan de trabajo, siempre rinde frutos. Es un empujón anímico para él y una inspiración para un montón de güilas que vienen detrás. Celebremos el sexto lugar, sí, pero celebremos todavía más fuerte esa marca de 49.08, porque ese número representa el sudor, la estrategia y el corazón de un atleta que no para de crecer. La pregunta que les dejo para el foro es: ¿Creen que este tipo de resultados, aunque no sean medalla de oro, son los que realmente construyen una cultura deportiva sólida en el país? O diay, ¿somos de los que solo celebramos el podio?
Okay, vamos a los datos duros para que vean que no es pura hablada. Drummond paró el cronómetro en 49.08 segundos en la final de los 400 metros con vallas. Sé lo que algunos estarán pensando: "¡Pero quedó de sexto!". Y sí, es cierto, el podio se lo llevaron dos jamaiquinos y un gringo que andan en un nivel impresionante, con tiempos por debajo de los 48.80. Pero aquí el verdadero gane no es contra ellos, es contra uno mismo. Venir de una eliminatoria el viernes con 49.69 y bajar más de medio segundo en la final es una animalada. Eso demuestra no solo capacidad física, sino una cabeza fría para rendir cuando más importa.
Lo realmente importante aquí, gente, es la tendencia. Este 49.08 no sale de la nada. Es una señal clarísima de que el brete que está haciendo con su equipo está dando frutos. En el atletismo de élite, cada centésima de segundo es un mundo, es el resultado de meses de sacrificio, de afinar cada detalle técnico, de levantarse todos los días a entrenar aunque el cuerpo no quiera. Ver a Drummond acercándose cada vez más a sus mejores marcas históricas y mostrando esta consistencia en un torneo mayor es la mejor noticia que podíamos recibir de cara a lo que se viene en el calendario internacional. Esto es construir, paso a paso, una carrera sólida.
Además, hay que poner esto en perspectiva. En un país donde a veces parece que el único deporte que existe es el fútbol masculino de primera división, estas noticias son un tanque de oxígeno. Nos recuerdan que hay un montón de atletas ticos que se la juegan en disciplinas increíblemente exigentes, representando la bandera con un orgullo enorme y, muchas veces, con mucho menos apoyo mediático y financiero. Gerald es uno de esos maes que, sin tanto escándalo, pone el nombre de Costa Rica en el mapa del atletismo de Norteamérica y el Caribe. Eso, por sí solo, ya es para aplaudir de pie.
Al final, lo de Drummond en Bahamas es un éxito rotundo. Es la prueba de que el talento, combinado con disciplina y un buen plan de trabajo, siempre rinde frutos. Es un empujón anímico para él y una inspiración para un montón de güilas que vienen detrás. Celebremos el sexto lugar, sí, pero celebremos todavía más fuerte esa marca de 49.08, porque ese número representa el sudor, la estrategia y el corazón de un atleta que no para de crecer. La pregunta que les dejo para el foro es: ¿Creen que este tipo de resultados, aunque no sean medalla de oro, son los que realmente construyen una cultura deportiva sólida en el país? O diay, ¿somos de los que solo celebramos el podio?
