¡Ay, Dios mío, qué chiva la onda! Resulta que una neta de acá, una pispoyita cartaginesa de solamente 11 añitos, Sharon Brown Redondo, se rifó a lo grande en el Mundial de Robótica 2025 en Singapur. Y eso, mis panas, es darle duro al botón porque representa a nuestro país, ¡pura vida!
Esta chama, que estudia en quinto grado, lleva compitiendo en robótica desde los ochitos. Imagínate la dedicación, el brete que se puso para llegar hasta ahí. Y lo más bacano es que, aunque es autista, eso no la detuvo ni un pelo, sino que la impulsó a demostrarle al mundo de qué está hecha.
Sus papás, Cindy Redondo y Juan Carlos Brown Aguilar, están reventados de orgullo. Su mamá nos cuenta que siempre le han inculcado a Sharon que “la condición no la limita”, que si se pone una meta, ahí va con toda. “Siempre le decimos que el cielo sea su límite, que trabaje duro y que crea en sí misma,” nos dice. ¡Qué enseñanza tan chingona!
Y hablando de esfuerzo, pa' que les echen verde, Costa Rica hizo historia en el mundial. Por primera vez, ¡nos coronamos campeones a nivel mundial!, grito Alejandra Sánchez, directora de la Fundación STEAM. Eso significa que estuvimos pisándole los talones a los mejores equipos del planeta y, ¡lo logramos! Me da un cosquilleo pensar en el futuro de la ciencia y tecnología en Costa Rica gracias a estos jóvenes talentos.
En el Mundial de Robótica 2025, que reunió a 595 equipos de 105 países, nuestros representantes dejaron el alma. Participamos con 13 equipos en varias categorías y, además del triunfo general, el Equipo Sprout se llevó el primer lugar mundial y el Innovation Award en la categoría Futuros Innovadores (Senior). El Equipo Pollibots quedó en puesto número 8 en Elementary, el R2D2 en el puesto 13 en Robo Mission Junior, y Gear Heads y Mezclados entraron entre los 20 mejores en las categorías Senior.
Pero la participación de Sharon es un ejemplo que nos llega al corazón. Demuestra que los niños y niñas costarricenses, sin importar sus diferencias, tienen un potencial increíble. Además, nos recuerda que el apoyo familiar es fundamental para que estos jóvenes puedan perseguir sus sueños y alcanzar sus metas. Esto es pura inspiración, ya ven, que con ganas y sudor, ¡se puede lograr cualquier cosa!
Y no vamos a dejar de mencionar al joven Esteban Arias Corrales, otro crack nacional que, además de obtener el segundo mejor promedio en la Prueba de Aptitud Académica (PAA) del Tecnológico de Costa Rica (TEC), también representaba a Costa Rica en el mundial. Se jaló un clavado con esos puntajes, ¡qué nivel! Se hubiera podido celebrar en carne y hueso, pero bueno, estaba salvando al país en Singapur. ¡Un campeón!
Ahora, mi gente, me pregunto... Con ejemplos como Sharon y Esteban, ¿cree usted que estamos invirtiendo lo suficiente en educación STEM y robótica en nuestras escuelas públicas para que más jóvenes tengan la oportunidad de brillar a nivel internacional?
Esta chama, que estudia en quinto grado, lleva compitiendo en robótica desde los ochitos. Imagínate la dedicación, el brete que se puso para llegar hasta ahí. Y lo más bacano es que, aunque es autista, eso no la detuvo ni un pelo, sino que la impulsó a demostrarle al mundo de qué está hecha.
Sus papás, Cindy Redondo y Juan Carlos Brown Aguilar, están reventados de orgullo. Su mamá nos cuenta que siempre le han inculcado a Sharon que “la condición no la limita”, que si se pone una meta, ahí va con toda. “Siempre le decimos que el cielo sea su límite, que trabaje duro y que crea en sí misma,” nos dice. ¡Qué enseñanza tan chingona!
Y hablando de esfuerzo, pa' que les echen verde, Costa Rica hizo historia en el mundial. Por primera vez, ¡nos coronamos campeones a nivel mundial!, grito Alejandra Sánchez, directora de la Fundación STEAM. Eso significa que estuvimos pisándole los talones a los mejores equipos del planeta y, ¡lo logramos! Me da un cosquilleo pensar en el futuro de la ciencia y tecnología en Costa Rica gracias a estos jóvenes talentos.
En el Mundial de Robótica 2025, que reunió a 595 equipos de 105 países, nuestros representantes dejaron el alma. Participamos con 13 equipos en varias categorías y, además del triunfo general, el Equipo Sprout se llevó el primer lugar mundial y el Innovation Award en la categoría Futuros Innovadores (Senior). El Equipo Pollibots quedó en puesto número 8 en Elementary, el R2D2 en el puesto 13 en Robo Mission Junior, y Gear Heads y Mezclados entraron entre los 20 mejores en las categorías Senior.
Pero la participación de Sharon es un ejemplo que nos llega al corazón. Demuestra que los niños y niñas costarricenses, sin importar sus diferencias, tienen un potencial increíble. Además, nos recuerda que el apoyo familiar es fundamental para que estos jóvenes puedan perseguir sus sueños y alcanzar sus metas. Esto es pura inspiración, ya ven, que con ganas y sudor, ¡se puede lograr cualquier cosa!
Y no vamos a dejar de mencionar al joven Esteban Arias Corrales, otro crack nacional que, además de obtener el segundo mejor promedio en la Prueba de Aptitud Académica (PAA) del Tecnológico de Costa Rica (TEC), también representaba a Costa Rica en el mundial. Se jaló un clavado con esos puntajes, ¡qué nivel! Se hubiera podido celebrar en carne y hueso, pero bueno, estaba salvando al país en Singapur. ¡Un campeón!
Ahora, mi gente, me pregunto... Con ejemplos como Sharon y Esteban, ¿cree usted que estamos invirtiendo lo suficiente en educación STEM y robótica en nuestras escuelas públicas para que más jóvenes tengan la oportunidad de brillar a nivel internacional?