¡Ay, Dios mío, qué vaina! La bronca de Randall Zúñiga parece que no termina, pero por lo pronto, el exdirector del OIJ se salvó de tener que cumplir medidas cautelares. Su abogado, Federico Campos, soltó la bomba ayer a la tarde, justo después de que él mismo rindiera declaración en la Fiscalía contra la Violencia de Género. Parece que el Ministerio Público no vio suficientes motivos para meterle trabas, un respiro momentáneo para el señor Zúñiga, pero a muchos nos deja con la mosca atrás la oreja.
Para ponerlos al día, Zúñiga enfrenta una catarata de acusaciones: conductas sexuales abusivas, contagio venéreo, ofensas a la dignidad, e incluso violaciones. Denuncias fuertes, imagínense, que han sacudido al país entero. El OIJ, bajo su dirección, siempre dio la impresión de ser implacable con estos temas, y ahora resulta que su propio jefe está en medio del ojo del huracán. La ironía, ¿no?
Según el abogado Campos, la clave estuvo en presentar pruebas sólidas durante la declaración. Ellos estaban revisando el expediente con tiempo limitado, pues recién les habían dado acceso, pero lograron aportar información importante que convenció a la fiscalía de no pedir medidas cautelares. “Estamos confiados en la objetividad de la investigación,” aseguró Campos, con esa tranquilidad de quien cree tener el asunto controlado, aunque, sinceramente, el panorama no pinta fácil.
Y es que la defensa va por otro lado. Argumentan que detrás de estas denuncias hay “mentiras, confabulación” y “manipulación”. ¿Será que alguien quiere perjudicar a Zúñiga? ¿Una venganza personal? El abogado insiste en que se desenmascararán a los verdaderos responsables, pero esto abre otra vara de preguntas: ¿quién estaría tramando esto y por qué?
Campos anunció que habrá una ampliación de la declaración a mediados de noviembre, donde esperan aclarar aún más la posición de su cliente. Dicen que van a prepararse bien a fondo para esa cita. Esperemos que tengan toda la documentación lista, porque la presión mediática y pública es enorme. El caso ya es trending topic en todas las redes sociales y la gente está pegada al celular esperando novedades.
Ahora bien, es crucial entender por qué no se impusieron medidas cautelares. El abogado Campos explica que simplemente no encontraron “peligros procesales”, esos que justificarían restringir la libertad de Zúñiga mientras avanza la investigación. Pero, ¿esto significa que es culpable? ¡Claro que no!, pero tampoco le quita mérito a las denuncias que se han hecho. Aquí la cosa es esperar y ver qué sale a relucir en las próximas semanas. Hay mucha agua corriendo en esta quebrada.
Personalmente, me da un poco de cosita que el hombre esté caminando libre con semejante nube sobre su cabeza. Uno esperaría más precaución, quizás una renuncia voluntaria, pero bueno, cada quien hace lo que considera conveniente. Además, recordemos que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario, aunque en casos como este, la presunción de inocencia es como esas gallinas flacas... casi imperceptible.
Con todo esto, me pregunto: ¿cree usted que la decisión de no imponerle medidas cautelares a Randall Zúñiga es justa considerando la gravedad de las acusaciones, o simplemente se trata de un tecnicismo legal que le permite evadir responsabilidades? Dejen sus opiniones abajo, quiero leerlas.
Para ponerlos al día, Zúñiga enfrenta una catarata de acusaciones: conductas sexuales abusivas, contagio venéreo, ofensas a la dignidad, e incluso violaciones. Denuncias fuertes, imagínense, que han sacudido al país entero. El OIJ, bajo su dirección, siempre dio la impresión de ser implacable con estos temas, y ahora resulta que su propio jefe está en medio del ojo del huracán. La ironía, ¿no?
Según el abogado Campos, la clave estuvo en presentar pruebas sólidas durante la declaración. Ellos estaban revisando el expediente con tiempo limitado, pues recién les habían dado acceso, pero lograron aportar información importante que convenció a la fiscalía de no pedir medidas cautelares. “Estamos confiados en la objetividad de la investigación,” aseguró Campos, con esa tranquilidad de quien cree tener el asunto controlado, aunque, sinceramente, el panorama no pinta fácil.
Y es que la defensa va por otro lado. Argumentan que detrás de estas denuncias hay “mentiras, confabulación” y “manipulación”. ¿Será que alguien quiere perjudicar a Zúñiga? ¿Una venganza personal? El abogado insiste en que se desenmascararán a los verdaderos responsables, pero esto abre otra vara de preguntas: ¿quién estaría tramando esto y por qué?
Campos anunció que habrá una ampliación de la declaración a mediados de noviembre, donde esperan aclarar aún más la posición de su cliente. Dicen que van a prepararse bien a fondo para esa cita. Esperemos que tengan toda la documentación lista, porque la presión mediática y pública es enorme. El caso ya es trending topic en todas las redes sociales y la gente está pegada al celular esperando novedades.
Ahora bien, es crucial entender por qué no se impusieron medidas cautelares. El abogado Campos explica que simplemente no encontraron “peligros procesales”, esos que justificarían restringir la libertad de Zúñiga mientras avanza la investigación. Pero, ¿esto significa que es culpable? ¡Claro que no!, pero tampoco le quita mérito a las denuncias que se han hecho. Aquí la cosa es esperar y ver qué sale a relucir en las próximas semanas. Hay mucha agua corriendo en esta quebrada.
Personalmente, me da un poco de cosita que el hombre esté caminando libre con semejante nube sobre su cabeza. Uno esperaría más precaución, quizás una renuncia voluntaria, pero bueno, cada quien hace lo que considera conveniente. Además, recordemos que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario, aunque en casos como este, la presunción de inocencia es como esas gallinas flacas... casi imperceptible.
Con todo esto, me pregunto: ¿cree usted que la decisión de no imponerle medidas cautelares a Randall Zúñiga es justa considerando la gravedad de las acusaciones, o simplemente se trata de un tecnicismo legal que le permite evadir responsabilidades? Dejen sus opiniones abajo, quiero leerlas.