¡Ay, papá! Otra tragedia en la ruta 32, y esta vez con sabor a bronca nacional. Dos personas fallecidas y otras seis heridas después del vuelco de un tráiler en una de esas rotondas que tanto controversia han generado. Y como si fuera poco, ahora resurgue la polémicaca, con señalamientos directos al gobierno de Don Rodri y su gestión de la infraestructura.
Según Marco Levy, un señor limonense de casi siete décadas y reconocido activista ambiental, esto no es casualidad. Va directo, sin rodeos: “Esta fatalidad tiene nombre y apellido. Rodrigo Chaves, Mauricio Batalla y el Poder Ejecutivo”. Levy no escatima en criticas, tachando las rotondas de una ‘chambonada’ y exigiendo que el Presidente rinda cuentas por la situación. Digamos que el ambiente está que arde, mi clave.
Pero vamos por partes. Lo sucedido ocurrió temprano este jueves, cerca de la entrada a Limón 2000. Un tráiler, aparentemente por problemas de visibilidad o exceso de velocidad en una de esas curvas pronunciadas, terminó volcándose, dejando una escena dantesca y dolor para muchas familias. Las ambulancias llegaron a toda prisa, pero ya era demasiado tarde para algunos. ¡Una torta terrible, sin lugar a dudas!
Recordemos que la decisión de reemplazar los pasos a desnivel planificados originalmente por rotondas generó desde el principio un gran rechazo por parte de expertos, comunidades locales e incluso algunos diputados. Argumentaban que las rotondas eran peligrosas, especialmente considerando el alto volumen de tráfico pesado que circula por la ruta 32. Pero parece que al oído de ciertos funcionarios le entraba agua.
Y no es la primera vez que surge este tipo de inquietudes. El Lanamme, esa institución seria de la UCR, ya había advertido hace tiempo que las rotondas no cumplían con los estándares internacionales y que no había una justificación técnica sólida para su implementación. Dijeron textualmente que las rotondas disminuyen la velocidad y dificultan el tránsito. ¡Parece que nadie les prestó atención!, ¿qué piensa la ciudadanía?
El Presidente Chaves, fiel a su estilo, primero intentó minimizar el problema, asegurando que las rotondas eran solo una solución temporal. Pero luego, como dicen por ahí, la verdad salió a la luz y tuvo que reconocer que sí, que existe un “problema serio”. Claro, cuando la cosa huele a quemado, los discursos cambian rapidito. Incluso llegó a ‘basurear’ a los que cuestionaron la idea inicialmente. ¡Qué nivel de torpeza!
La polémica se agravó aún más cuando surgieron denuncias sobre presiones políticas y posibles conflictos de interés en la adjudicación de contratos relacionados con la obra. Incluso hubo protestas bloqueando la ruta, con ciudadanos gritando “¡No a las rotondas!”. Recuerdo vívidamente cómo Batalla, el entonces Ministro de Transportes, abandonó una entrevista en vivo cuando la gente empezó a corear consignas en su contra. ¡Qué situación más peculiar!
En fin, la tragedia de hoy abre nuevamente el debate sobre la responsabilidad del gobierno en la planificación y ejecución de proyectos de infraestructura. ¿Fueron decisiones apresuradas motivadas por intereses económicos? ¿Se ignoraron las recomendaciones de expertos? ¿Debería haber una investigación a fondo para determinar responsabilidades? Ahora pregunto yo: ¿Cree usted que este lamentable hecho debería llevar a una revisión completa de todos los proyectos de infraestructura impulsados por este gobierno o es simplemente una coincidencia desafortunada?
Según Marco Levy, un señor limonense de casi siete décadas y reconocido activista ambiental, esto no es casualidad. Va directo, sin rodeos: “Esta fatalidad tiene nombre y apellido. Rodrigo Chaves, Mauricio Batalla y el Poder Ejecutivo”. Levy no escatima en criticas, tachando las rotondas de una ‘chambonada’ y exigiendo que el Presidente rinda cuentas por la situación. Digamos que el ambiente está que arde, mi clave.
Pero vamos por partes. Lo sucedido ocurrió temprano este jueves, cerca de la entrada a Limón 2000. Un tráiler, aparentemente por problemas de visibilidad o exceso de velocidad en una de esas curvas pronunciadas, terminó volcándose, dejando una escena dantesca y dolor para muchas familias. Las ambulancias llegaron a toda prisa, pero ya era demasiado tarde para algunos. ¡Una torta terrible, sin lugar a dudas!
Recordemos que la decisión de reemplazar los pasos a desnivel planificados originalmente por rotondas generó desde el principio un gran rechazo por parte de expertos, comunidades locales e incluso algunos diputados. Argumentaban que las rotondas eran peligrosas, especialmente considerando el alto volumen de tráfico pesado que circula por la ruta 32. Pero parece que al oído de ciertos funcionarios le entraba agua.
Y no es la primera vez que surge este tipo de inquietudes. El Lanamme, esa institución seria de la UCR, ya había advertido hace tiempo que las rotondas no cumplían con los estándares internacionales y que no había una justificación técnica sólida para su implementación. Dijeron textualmente que las rotondas disminuyen la velocidad y dificultan el tránsito. ¡Parece que nadie les prestó atención!, ¿qué piensa la ciudadanía?
El Presidente Chaves, fiel a su estilo, primero intentó minimizar el problema, asegurando que las rotondas eran solo una solución temporal. Pero luego, como dicen por ahí, la verdad salió a la luz y tuvo que reconocer que sí, que existe un “problema serio”. Claro, cuando la cosa huele a quemado, los discursos cambian rapidito. Incluso llegó a ‘basurear’ a los que cuestionaron la idea inicialmente. ¡Qué nivel de torpeza!
La polémica se agravó aún más cuando surgieron denuncias sobre presiones políticas y posibles conflictos de interés en la adjudicación de contratos relacionados con la obra. Incluso hubo protestas bloqueando la ruta, con ciudadanos gritando “¡No a las rotondas!”. Recuerdo vívidamente cómo Batalla, el entonces Ministro de Transportes, abandonó una entrevista en vivo cuando la gente empezó a corear consignas en su contra. ¡Qué situación más peculiar!
En fin, la tragedia de hoy abre nuevamente el debate sobre la responsabilidad del gobierno en la planificación y ejecución de proyectos de infraestructura. ¿Fueron decisiones apresuradas motivadas por intereses económicos? ¿Se ignoraron las recomendaciones de expertos? ¿Debería haber una investigación a fondo para determinar responsabilidades? Ahora pregunto yo: ¿Cree usted que este lamentable hecho debería llevar a una revisión completa de todos los proyectos de infraestructura impulsados por este gobierno o es simplemente una coincidencia desafortunada?
