¡Ay, Dios mío! Pero qué vareta nos cayó encima, raza. Resulta que Beni Rubido, el míster español que venía con toda la ilusión de ponerle orden a la Tricolor Femenina, decidió colgar los tenis. Se fue así, como avión, dejando un reguero de derrotas y frustraciones que nadie quería ver. La noticia explotó hoy a media mañana y, díganme, ¿quién no se esperaba esto?
Después de más de un año sin saborear la miel de una victoria internacional, con resultados que dejaban mucho que desear y un juego que parecía irse al traste en cada partido, la Federación de Fútbol tuvo que actuar rápido. El comunicado oficial, frío y formal, apenas disimulaba la urgencia de encontrar reemplazo. Según parece, Rubido argumentó motivos personales y profesionales, pero entre nosotros, aquí todos sabemos que el problema era más grande que un chunche.
Recordemos que llegó con bombazos, prometiendo revolucionar el fútbol femenino nacional, traer nuevos aires desde Europa y convertirnos en protagonistas en torneos internacionales. ¡Pero vaya que se jaló una torta! En lugar de eso, vimos a un equipo apacible, sin ideas claras en la cancha y con resultados que nos hacían taparnos la cara de vergüenza. Las jugadoras, aunque esforzadas, parecían jugar bajo presión constante, sin confianza ni alegría.
Y ahora, la pregunta que todos nos hacemos: ¿quién puede sacar adelante este brete? La Federación dice estar evaluando opciones, “analizando perfiles” y buscando “la mejor alternativa”. Suena lindo en el papel, pero la verdad es que necesitamos una mano experta, alguien que entienda de fútbol femenino, que tenga visión táctica y, sobre todo, que pueda motivar a estas chicas a darlo todo en la cancha. No podemos permitirnos otro fiasco.
Algunos nombres han empezado a sonar, claro. Hay quienes mencionan a Laura Baker, nuestra entrenadora nacional con experiencia y conocimiento del fútbol local. Otros, más optimistas, sueñan con la llegada de un técnico extranjero con trayectoria comprobada. Pero, fíjense, la clave no está solo en encontrar a alguien con pedigrí, sino también en darle las herramientas necesarias para trabajar: apoyo económico, infraestructura adecuada y, sobre todo, paciencia para construir un proyecto sólido.
No olvidemos que el fútbol femenino en Costa Rica ha luchado muchísimo para llegar hasta donde está. Ha enfrentado prejuicios, falta de inversión y escaso reconocimiento social. Ahora, más que nunca, necesitan un impulso, una inyección de moral que les permita recuperar la confianza y demostrar de lo que son capaces. Que alguien venga con ganas de hacer las cosas bien, diay.
Es evidente que la salida de Rubido deja un vacío importante, pero también representa una oportunidad para empezar de cero y redefinir el rumbo del fútbol femenino costarricense. Necesitamos un cambio radical, una renovación profunda en la forma de entender el juego y una apuesta decidida por el talento local. Ahora, con la Copa Oro Femenina a la vuelta de la esquina, la presión es máxima y el tiempo apremia.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Crees que la Federación debería apostar por un técnico nacional experimentado o arriesgarse con un extranjero? ¿Y qué medidas concretas deberían tomar para mejorar el rendimiento de la Tricolor Femenina y devolverle la ilusión a sus seguidores? ¡Déjanos tus comentarios!
Después de más de un año sin saborear la miel de una victoria internacional, con resultados que dejaban mucho que desear y un juego que parecía irse al traste en cada partido, la Federación de Fútbol tuvo que actuar rápido. El comunicado oficial, frío y formal, apenas disimulaba la urgencia de encontrar reemplazo. Según parece, Rubido argumentó motivos personales y profesionales, pero entre nosotros, aquí todos sabemos que el problema era más grande que un chunche.
Recordemos que llegó con bombazos, prometiendo revolucionar el fútbol femenino nacional, traer nuevos aires desde Europa y convertirnos en protagonistas en torneos internacionales. ¡Pero vaya que se jaló una torta! En lugar de eso, vimos a un equipo apacible, sin ideas claras en la cancha y con resultados que nos hacían taparnos la cara de vergüenza. Las jugadoras, aunque esforzadas, parecían jugar bajo presión constante, sin confianza ni alegría.
Y ahora, la pregunta que todos nos hacemos: ¿quién puede sacar adelante este brete? La Federación dice estar evaluando opciones, “analizando perfiles” y buscando “la mejor alternativa”. Suena lindo en el papel, pero la verdad es que necesitamos una mano experta, alguien que entienda de fútbol femenino, que tenga visión táctica y, sobre todo, que pueda motivar a estas chicas a darlo todo en la cancha. No podemos permitirnos otro fiasco.
Algunos nombres han empezado a sonar, claro. Hay quienes mencionan a Laura Baker, nuestra entrenadora nacional con experiencia y conocimiento del fútbol local. Otros, más optimistas, sueñan con la llegada de un técnico extranjero con trayectoria comprobada. Pero, fíjense, la clave no está solo en encontrar a alguien con pedigrí, sino también en darle las herramientas necesarias para trabajar: apoyo económico, infraestructura adecuada y, sobre todo, paciencia para construir un proyecto sólido.
No olvidemos que el fútbol femenino en Costa Rica ha luchado muchísimo para llegar hasta donde está. Ha enfrentado prejuicios, falta de inversión y escaso reconocimiento social. Ahora, más que nunca, necesitan un impulso, una inyección de moral que les permita recuperar la confianza y demostrar de lo que son capaces. Que alguien venga con ganas de hacer las cosas bien, diay.
Es evidente que la salida de Rubido deja un vacío importante, pero también representa una oportunidad para empezar de cero y redefinir el rumbo del fútbol femenino costarricense. Necesitamos un cambio radical, una renovación profunda en la forma de entender el juego y una apuesta decidida por el talento local. Ahora, con la Copa Oro Femenina a la vuelta de la esquina, la presión es máxima y el tiempo apremia.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Crees que la Federación debería apostar por un técnico nacional experimentado o arriesgarse con un extranjero? ¿Y qué medidas concretas deberían tomar para mejorar el rendimiento de la Tricolor Femenina y devolverle la ilusión a sus seguidores? ¡Déjanos tus comentarios!