¡Ay, Dios mío! El país entero sabe que estas fiestas de fin y principio de año son pura locura. Más ruido, más parranda, y lamentablemente, más accidentes de tráfico. Y como era de esperarse, el Sistema Nacional de Salud está hasta arriba, tratando de atender a todos los que terminan en urgencias por irse de morro, porque se subieron al carro después de unas copas, o simplemente por conducir de forma imprudente. ¡Qué despiche!
Desde el Ministerio de Salud han soltado el llamamiento con toda la seriedad del mundo: ¡cuidado con las carreteras, cabecitas! No hay que andar jugando con fuego, porque además de arruinarle la vida a uno mismo, se le complica la situación a los profesionales de la salud que ya andan con la guardia alta, atendiendo una avalancha de casos.
Pero la cosa no acaba ahí, mae. Resulta que mientras tanto, en el Congreso, parece que algunos diputados están más preocupados por otras cosas que por asegurar que el sistema de salud tenga los recursos que necesita. Y eso, amigos míos, sí que es motivo de preocupación, porque un sistema saturado significa colas interminables, falta de medicamentos, y una calidad de atención que deja mucho que desear. Ya sabemos cómo anda la cosa, diay…
Y hablando de nombres, el dedo ha apuntado directamente hacia el diputado Alejandro Pacheco. Según fuentes internas de Salud, este señor estaría haciendo lo posible para frenar una iniciativa importantísima que busca agilizar la contratación de médicos especialistas, reducir las listas de espera y, en general, mejorar la atención médica para todos los costarricenses. Una vara que se viene arrastrando desde hace más de dos años, acumulando polvo en los archivos del Congreso.
¿Se imaginan? Dos años esperando que unos señores que deberían estar trabajando para nosotros, decidan si aprobar o no una ley que podría salvarles la vida a miles de personas. ¡Qué torta! De hecho, desde Salud explican que la propuesta ya estaba lista para ser votada, pero nuevamente fue bloqueada por mociones dilatorias, esas que sirven para ganar tiempo y hacer que el asunto se olvide poco a poco. Un verdadero brete, vamos.
Lo que realmente preocupa es la falta de voluntad política, dicen los expertos. No es suficiente con hablar de mejorar el sistema de salud en campaña electoral; hay que demostrarlo con hechos, tomando decisiones difíciles y poniéndose del lado de la gente. Porque, al final de cuentas, de qué sirve tener un hospital lleno de tecnología de punta si no hay personal capacitado para usarla y el paciente tiene que esperar meses para conseguir una cita con un especialista. Un problema que afecta a familias enteras.
Ahora, analizando la situación, queda claro que este no es un problema aislado. Es parte de un patrón más amplio de ineficiencia y corrupción que ha plagado al Congreso durante años. Lejos de trabajar juntos para encontrar soluciones, los diputados parecen más interesados en defender sus propios intereses partidistas y personales. Una realidad que nos concierne a todos, porque termina afectando nuestra calidad de vida y nuestro bolsillo. Hay que exigir rendición de cuentas, o sino, esto se va a seguir yendo al traste, y el sistema de salud terminará colapsando definitivamente.
Así que volviendo a la pregunta inicial, y dejando de lado por un momento todas estas artimañas políticas, ¿ustedes creen que es justo que los ciudadanos tengamos que pagar impuestos para financiar un congreso que parece más interesado en bloquear proyectos que en resolver problemas reales? ¿Deberíamos considerar mecanismos más directos para que la ciudadanía pueda participar en la toma de decisiones y exigir resultados concretos a nuestros representantes?
Desde el Ministerio de Salud han soltado el llamamiento con toda la seriedad del mundo: ¡cuidado con las carreteras, cabecitas! No hay que andar jugando con fuego, porque además de arruinarle la vida a uno mismo, se le complica la situación a los profesionales de la salud que ya andan con la guardia alta, atendiendo una avalancha de casos.
Pero la cosa no acaba ahí, mae. Resulta que mientras tanto, en el Congreso, parece que algunos diputados están más preocupados por otras cosas que por asegurar que el sistema de salud tenga los recursos que necesita. Y eso, amigos míos, sí que es motivo de preocupación, porque un sistema saturado significa colas interminables, falta de medicamentos, y una calidad de atención que deja mucho que desear. Ya sabemos cómo anda la cosa, diay…
Y hablando de nombres, el dedo ha apuntado directamente hacia el diputado Alejandro Pacheco. Según fuentes internas de Salud, este señor estaría haciendo lo posible para frenar una iniciativa importantísima que busca agilizar la contratación de médicos especialistas, reducir las listas de espera y, en general, mejorar la atención médica para todos los costarricenses. Una vara que se viene arrastrando desde hace más de dos años, acumulando polvo en los archivos del Congreso.
¿Se imaginan? Dos años esperando que unos señores que deberían estar trabajando para nosotros, decidan si aprobar o no una ley que podría salvarles la vida a miles de personas. ¡Qué torta! De hecho, desde Salud explican que la propuesta ya estaba lista para ser votada, pero nuevamente fue bloqueada por mociones dilatorias, esas que sirven para ganar tiempo y hacer que el asunto se olvide poco a poco. Un verdadero brete, vamos.
Lo que realmente preocupa es la falta de voluntad política, dicen los expertos. No es suficiente con hablar de mejorar el sistema de salud en campaña electoral; hay que demostrarlo con hechos, tomando decisiones difíciles y poniéndose del lado de la gente. Porque, al final de cuentas, de qué sirve tener un hospital lleno de tecnología de punta si no hay personal capacitado para usarla y el paciente tiene que esperar meses para conseguir una cita con un especialista. Un problema que afecta a familias enteras.
Ahora, analizando la situación, queda claro que este no es un problema aislado. Es parte de un patrón más amplio de ineficiencia y corrupción que ha plagado al Congreso durante años. Lejos de trabajar juntos para encontrar soluciones, los diputados parecen más interesados en defender sus propios intereses partidistas y personales. Una realidad que nos concierne a todos, porque termina afectando nuestra calidad de vida y nuestro bolsillo. Hay que exigir rendición de cuentas, o sino, esto se va a seguir yendo al traste, y el sistema de salud terminará colapsando definitivamente.
Así que volviendo a la pregunta inicial, y dejando de lado por un momento todas estas artimañas políticas, ¿ustedes creen que es justo que los ciudadanos tengamos que pagar impuestos para financiar un congreso que parece más interesado en bloquear proyectos que en resolver problemas reales? ¿Deberíamos considerar mecanismos más directos para que la ciudadanía pueda participar en la toma de decisiones y exigir resultados concretos a nuestros representantes?
