Bueno, maes, si tenían planes de ir a visitar a alguien a San Rafael de Alajuela este finde, mejor los van cancelando. El Ministerio de Justicia acaba de tirar el baldazo de agua fría y anunció que se suspenden TODAS las visitas, tanto las generales como las íntimas, durante el fin de semana. Y no es por gusto, no. La razón detrás de esto es un despiche de proporciones épicas que parece sacado del guion de una película de acción. Resulta que las autoridades le pusieron el ojo a un supuesto plan de fuga masiva que, honestamente, suena a que lo escribió Michael Bay.
Aquí es donde la vara se pone realmente peluda. Según información confidencial que se filtró del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), no estamos hablando de un par de maes tratando de hacer un hueco con una cuchara. ¡Para nada! El plan que se traían entre manos incluía conseguir armas de fuego, usar vehículos blindados y, para ponerle la cereza al pastel, la toma de rehenes. Diay, con semejante amenaza, es apenas lógico que Justicia y Paz dijera: "un momentito, aquí nadie entra ni sale hasta que aclaremos este enredo". La seguridad de los mismos privados de libertad y, por supuesto, de las familias que llegan a visitarlos, era la prioridad número uno.
Obviamente, para cientos de familias esto significa que sus planes se fueron al traste. Es una situación complicada, porque aunque uno entiende la medida preventiva, también es un golpe duro para la gente que espera toda la semana para poder ver a sus seres queridos. El Ministerio fue claro en que la medida es "amplia y temporal", lo que deja la puerta abierta a que todo vuelva a la normalidad pronto, pero por ahora, el ambiente es de pura tensión. Es el clásico caso donde por la torta que se iban a jalar unos pocos, ahora pagan todos los demás. ¡Qué sal, la verdad!
Y para que vean que el asunto no es jugando, la onda expansiva de esta alerta llegó hasta Cuesta de Moras. La Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa tenía programada una visita de inspección a La Reforma para este mismo viernes. ¿Y qué pasó? Pues tuvieron que dar media vuelta y cancelar el "tour". Cuando ni los mismos diputados que ven esos temas pueden acercarse, es porque el riesgo es real y el protocolo de seguridad está en alerta máxima. Esto demuestra que la información que maneja el OIJ no son simples rumores de pasillo, sino una amenaza creíble que obligó a mover todo el aparato estatal para evitar una tragedia.
Al final, todo este despiche sirve como un recordatorio del frágil equilibrio que se vive dentro de nuestras cárceles. No es solo un asunto de encerrar gente y ya; es un ecosistema complejo y volátil que puede explotar en cualquier momento si no se maneja con pinzas. La medida de suspender las visitas, aunque dura, parece la única decisión sensata en un escenario así. Pero la pregunta de fondo sigue en el aire y es la que realmente importa. Más allá del susto del momento, ¿ustedes creen que el sistema penitenciario de verdad tiene arreglo o ya esto es un barco que se está hundiendo y solo estamos tapando huecos? ¿Qué se podría hacer diferente, maes? Los leo.
Aquí es donde la vara se pone realmente peluda. Según información confidencial que se filtró del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), no estamos hablando de un par de maes tratando de hacer un hueco con una cuchara. ¡Para nada! El plan que se traían entre manos incluía conseguir armas de fuego, usar vehículos blindados y, para ponerle la cereza al pastel, la toma de rehenes. Diay, con semejante amenaza, es apenas lógico que Justicia y Paz dijera: "un momentito, aquí nadie entra ni sale hasta que aclaremos este enredo". La seguridad de los mismos privados de libertad y, por supuesto, de las familias que llegan a visitarlos, era la prioridad número uno.
Obviamente, para cientos de familias esto significa que sus planes se fueron al traste. Es una situación complicada, porque aunque uno entiende la medida preventiva, también es un golpe duro para la gente que espera toda la semana para poder ver a sus seres queridos. El Ministerio fue claro en que la medida es "amplia y temporal", lo que deja la puerta abierta a que todo vuelva a la normalidad pronto, pero por ahora, el ambiente es de pura tensión. Es el clásico caso donde por la torta que se iban a jalar unos pocos, ahora pagan todos los demás. ¡Qué sal, la verdad!
Y para que vean que el asunto no es jugando, la onda expansiva de esta alerta llegó hasta Cuesta de Moras. La Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa tenía programada una visita de inspección a La Reforma para este mismo viernes. ¿Y qué pasó? Pues tuvieron que dar media vuelta y cancelar el "tour". Cuando ni los mismos diputados que ven esos temas pueden acercarse, es porque el riesgo es real y el protocolo de seguridad está en alerta máxima. Esto demuestra que la información que maneja el OIJ no son simples rumores de pasillo, sino una amenaza creíble que obligó a mover todo el aparato estatal para evitar una tragedia.
Al final, todo este despiche sirve como un recordatorio del frágil equilibrio que se vive dentro de nuestras cárceles. No es solo un asunto de encerrar gente y ya; es un ecosistema complejo y volátil que puede explotar en cualquier momento si no se maneja con pinzas. La medida de suspender las visitas, aunque dura, parece la única decisión sensata en un escenario así. Pero la pregunta de fondo sigue en el aire y es la que realmente importa. Más allá del susto del momento, ¿ustedes creen que el sistema penitenciario de verdad tiene arreglo o ya esto es un barco que se está hundiendo y solo estamos tapando huecos? ¿Qué se podría hacer diferente, maes? Los leo.
