¡Ay, Dios mío, qué torta! Aquí en Costa Rica siempre nos topamos con alguna cosita rara, pero esto de Cartago superó todas las expectativas. Resulta que un enjambre de abejas, pa' colmo africanizadas, decidió hacer de las suyas en el sector de San Rafael de Oreamuno, dejando a varios vecinos con más picaduras que sabor.
Según nos cuentan los compañeros de la Cruz Roja y los bomberos, la movida empezó temprano hoy. Varios llamados alertaron sobre un susto tremendo porque las abejas estaban atacando a diestra y siniestra. Al parecer, alguien molestó a la colmena – nadie sabe cómo ni por qué, pero ahí estamos – y las abejas decidieron que era hora de defender su territorio con uñas y zarpas… o mejor dicho, con aguijones y mucha furia.
La Cruz Roja llegó rapidito al brete, con toda la artillería pesada, y atendieron a un señor de 23 añitos que recibió unas 20 picaduras, ¡de cajón! Estaba en condición urgente, así que lo trasladaron al hospital para que le pusieran hielo y lo chequearan bien. Además, hay otros cinco pacientes que todavía están siendo evaluados y van a tener que moverse también a algún centro médico, porque eso de estar lleno de aguijones no es juego de niños, chunches.
Los bomberos, esos valientes, tuvieron que acordonar toda la zona, ¡más de 200 metros a la redonda!, para evitar que más gente terminara convertida en pin Pon. Imagínate, caminar por ahí, tranquilo, pensando en preparar un café, y de repente te atacan un ejército de abejas enfurecidas. ¡Qué sal! Una lástima para los que andaban por la zona, pues ahora tendrán que buscar otra ruta para llegar a sus casas.
Dicen algunos expertos que este tipo de incidentes se dan más seguido por estas fechas, cuando las abejas están buscando nuevos lugares para establecer sus colonias. Pero bueno, eso es lo que dicen, mientras tanto, nosotros seguimos acá, tratando de entender cómo es que un pueblo tranquilo como San Rafael se convirtió en escenario de una película de terror apícola. Las autoridades están trabajando duro para controlar la situación y tranquilizar a la población, aunque, honestamente, ¿qué puedes hacer contra miles de abejas enfurecidas?
Y hablando de control de daños, no podemos olvidar mencionar la importancia de la prevención. Mucha gente no se da cuenta, pero si ves una colmena cerca de tu casa o en algún lugar público, lo mejor es mantener la distancia y avisarle a las autoridades correspondientes. No intentes ser héroe, ¡mae! Mejor déjale eso a los profesionales. Porque al final, lo que queremos es vivir tranquilos y disfrutar de nuestro país sin tener que correr el riesgo de terminar como comida de abejas.
Este incidente nos recuerda, una vez más, la importancia de respetar la naturaleza y de tomar precauciones cuando estemos cerca de animales salvajes. Ya sabemos que Costa Rica es un paraíso, pero también es hogar de muchas criaturas fascinantes, algunas de ellas un poco agresivas. Así que, la próxima vez que te encuentres con una abeja, trata de darle espacio y no hagas movimientos bruscos, ¿ok?
En fin, parece que este episodio quedará grabado en la memoria de San Rafael de Oreamuno. Esperemos que las autoridades logren solucionar el problema pronto y que los afectados tengan una pronta recuperación. Ahora, me pregunto, ¿creen ustedes que deberíamos considerar implementar campañas educativas más intensivas sobre cómo interactuar de forma segura con insectos potencialmente peligrosos en nuestras comunidades?
Según nos cuentan los compañeros de la Cruz Roja y los bomberos, la movida empezó temprano hoy. Varios llamados alertaron sobre un susto tremendo porque las abejas estaban atacando a diestra y siniestra. Al parecer, alguien molestó a la colmena – nadie sabe cómo ni por qué, pero ahí estamos – y las abejas decidieron que era hora de defender su territorio con uñas y zarpas… o mejor dicho, con aguijones y mucha furia.
La Cruz Roja llegó rapidito al brete, con toda la artillería pesada, y atendieron a un señor de 23 añitos que recibió unas 20 picaduras, ¡de cajón! Estaba en condición urgente, así que lo trasladaron al hospital para que le pusieran hielo y lo chequearan bien. Además, hay otros cinco pacientes que todavía están siendo evaluados y van a tener que moverse también a algún centro médico, porque eso de estar lleno de aguijones no es juego de niños, chunches.
Los bomberos, esos valientes, tuvieron que acordonar toda la zona, ¡más de 200 metros a la redonda!, para evitar que más gente terminara convertida en pin Pon. Imagínate, caminar por ahí, tranquilo, pensando en preparar un café, y de repente te atacan un ejército de abejas enfurecidas. ¡Qué sal! Una lástima para los que andaban por la zona, pues ahora tendrán que buscar otra ruta para llegar a sus casas.
Dicen algunos expertos que este tipo de incidentes se dan más seguido por estas fechas, cuando las abejas están buscando nuevos lugares para establecer sus colonias. Pero bueno, eso es lo que dicen, mientras tanto, nosotros seguimos acá, tratando de entender cómo es que un pueblo tranquilo como San Rafael se convirtió en escenario de una película de terror apícola. Las autoridades están trabajando duro para controlar la situación y tranquilizar a la población, aunque, honestamente, ¿qué puedes hacer contra miles de abejas enfurecidas?
Y hablando de control de daños, no podemos olvidar mencionar la importancia de la prevención. Mucha gente no se da cuenta, pero si ves una colmena cerca de tu casa o en algún lugar público, lo mejor es mantener la distancia y avisarle a las autoridades correspondientes. No intentes ser héroe, ¡mae! Mejor déjale eso a los profesionales. Porque al final, lo que queremos es vivir tranquilos y disfrutar de nuestro país sin tener que correr el riesgo de terminar como comida de abejas.
Este incidente nos recuerda, una vez más, la importancia de respetar la naturaleza y de tomar precauciones cuando estemos cerca de animales salvajes. Ya sabemos que Costa Rica es un paraíso, pero también es hogar de muchas criaturas fascinantes, algunas de ellas un poco agresivas. Así que, la próxima vez que te encuentres con una abeja, trata de darle espacio y no hagas movimientos bruscos, ¿ok?
En fin, parece que este episodio quedará grabado en la memoria de San Rafael de Oreamuno. Esperemos que las autoridades logren solucionar el problema pronto y que los afectados tengan una pronta recuperación. Ahora, me pregunto, ¿creen ustedes que deberíamos considerar implementar campañas educativas más intensivas sobre cómo interactuar de forma segura con insectos potencialmente peligrosos en nuestras comunidades?