¡Ay, Dios mío, qué bronca! La Corte Suprema de Justicia mandó a parar temporalmente a Randall Zúñiga, el jefazo del OIJ. Parece que el escándalo se le armó grande y ahora tiene que ver las cosas desde afuera por unos quince días. Así están las cosas, pura controversia con este caso que tiene a todos hablando.
Todo esto viene dando vuelta desde el viernes pasado, cuando salió la primera denuncia en Corredores. Al parecer, varias mujeres lo tienen en la mira por supuestos delitos sexuales. De entrada decomisaron su celular, imagínate la movida, buscando evidencia entre sus mensajes y llamadas. ¡Imagínate el material que pudo haber!
Luego, el lunes, apareció otra denuncia en Cartago, sumándole cargos de violación y, encima, contagio venéreo. ¡Qué sal! A estas alturas ya nadie se sorprendió, porque la cosa estaba prendida y ardiendo. Se rumora que hay más señalamientos, pero hasta ahora esas son las cartas en el tapete.
Y para rematar, el martes intervinieron con una tercera denuncia en Goicoechea, donde le achacan contagio venéreo, conductas inapropiadas y faltarle el respeto a la gente. Ya se le puso complicado, ¿eh? El Poder Judicial también abrió una investigación interna, así que vaya si tiene bretes por delante.
Ahora, mientras tanto, la Corte definiendo quién va a tomar el mando del OIJ durante estos quince días. Vaya suplencia incómoda para quien le toque, porque la cosa está caliente y necesita alguien que mantenga las riendas con calma y criterio. No cualquier chunche puede asumir semejante responsabilidad.
La verdad, esto da pena ajena y preocupación a la vez. El OIJ es clave en la lucha contra el crimen, y que su líder esté metido en este lío afecta la imagen de toda la institución. Uno esperaría que los jerarcas de seguridad fueran ejemplo de conducta, pero parece que algunos se les fue la mano. Pura decepción, vamos.
Según el comunicado oficial de la Corte, se mantienen firmes en su compromiso con la justicia y el debido proceso. Aseguran que la investigación seguirá adelante y que la labor del OIJ no se detendrá. Pero la realidad es que esto deja un sabor amargo en la boca, ¿verdad? Da la impresión de que hay fisuras en la propia casa judicial.
En fin, este caso pinta para tener muchas vueltas y giros inesperados. Y es que, como dice el dicho, “la verdad siempre sale a la luz”. Ahora bien, ¿creen ustedes que esta suspensión es suficiente castigo para Zúñiga, o deberían tomar medidas más drásticas considerando la gravedad de las acusaciones?
Todo esto viene dando vuelta desde el viernes pasado, cuando salió la primera denuncia en Corredores. Al parecer, varias mujeres lo tienen en la mira por supuestos delitos sexuales. De entrada decomisaron su celular, imagínate la movida, buscando evidencia entre sus mensajes y llamadas. ¡Imagínate el material que pudo haber!
Luego, el lunes, apareció otra denuncia en Cartago, sumándole cargos de violación y, encima, contagio venéreo. ¡Qué sal! A estas alturas ya nadie se sorprendió, porque la cosa estaba prendida y ardiendo. Se rumora que hay más señalamientos, pero hasta ahora esas son las cartas en el tapete.
Y para rematar, el martes intervinieron con una tercera denuncia en Goicoechea, donde le achacan contagio venéreo, conductas inapropiadas y faltarle el respeto a la gente. Ya se le puso complicado, ¿eh? El Poder Judicial también abrió una investigación interna, así que vaya si tiene bretes por delante.
Ahora, mientras tanto, la Corte definiendo quién va a tomar el mando del OIJ durante estos quince días. Vaya suplencia incómoda para quien le toque, porque la cosa está caliente y necesita alguien que mantenga las riendas con calma y criterio. No cualquier chunche puede asumir semejante responsabilidad.
La verdad, esto da pena ajena y preocupación a la vez. El OIJ es clave en la lucha contra el crimen, y que su líder esté metido en este lío afecta la imagen de toda la institución. Uno esperaría que los jerarcas de seguridad fueran ejemplo de conducta, pero parece que algunos se les fue la mano. Pura decepción, vamos.
Según el comunicado oficial de la Corte, se mantienen firmes en su compromiso con la justicia y el debido proceso. Aseguran que la investigación seguirá adelante y que la labor del OIJ no se detendrá. Pero la realidad es que esto deja un sabor amargo en la boca, ¿verdad? Da la impresión de que hay fisuras en la propia casa judicial.
En fin, este caso pinta para tener muchas vueltas y giros inesperados. Y es que, como dice el dicho, “la verdad siempre sale a la luz”. Ahora bien, ¿creen ustedes que esta suspensión es suficiente castigo para Zúñiga, o deberían tomar medidas más drásticas considerando la gravedad de las acusaciones?