¡Ay, Dios mío! Parece que este fin de año nos vamos a comer el mundo entero de carne de cerdo. Según Caporc, el consumo ha dado un brinco de hasta un 30% entre noviembre y diciembre, gracias a los tamales, las fiestas familiares y, bueno, porque a muchos nos gusta el chancho asado, diay.
Esto no es novedad para nadie que siga la onda del mercado. Ya veníamos viendo un crecimiento constante en los últimos años, y ahora en 2024 alcanzamos los 19,3 kilos por persona. ¡Una barbaridad! Eso sí, con tanto festejito, hay que estar ojo avizor para asegurarnos de que la carne que compramos venga de lugares seguros y responsables, mi pana.
Carlos Soto, vocero de la Granja Porcina Americana, nos cuenta que los cortes estrella de esta época son la posta y la paleta, imprescindibles para los tamales, la pierna para las cenas navideñas y de fin de año, y el lomo de cerdo que ya se ganó su espacio. Y ni hablar de la costilla troceada y la San Luis, perfectas para armar una parrilla a todo dar. ¡Qué carga de opciones deliciosas!
Pero, ¿cómo hacemos para disfrutar de todo esto sin jalarnos una torta? Los expertos recomiendan empezar por buscar productos de granjas certificadas. Estas granjas siguen unas reglas estrictas, como las BPUMV (Buenas Prácticas de Uso de Medicamentos Veterinarios), para asegurar que la carne esté segura y libre de cualquier problema. ¡Ojo con eso, chunches!
Además, es vital revisar bien el etiquetado y saber de dónde viene el producto. Verifiquen el nombre del productor, la fecha de empaque, si tiene trazabilidad y, obviamente, los sellos de certificación. Así evitamos sorpresas desagradables y sabemos que estamos comprando calidad. Y compren en lugares confiables, como carnicerías, supermercados o distribuidores regulados, donde saben cómo mantener la carne fresca y segura.
Otro consejo importante es chequear las condiciones de refrigeración. La carne de cerdo siempre debe estar fría, así que eviten comprar productos que hayan estado expuestos a la temperatura ambiente o tengan algún cambio raro de color u olor. ¡Mejor prevenir que lamentar, diay!
Y no olvidemos lo del manejo correcto de la carne. Lávate las manos antes y después de tocarla, usa utensilios limpios y asegúrate de cocinarla bien para matar cualquier bichito malo. También es fundamental controlar el uso de antibióticos en las granjas, porque el abuso de estos medicamentos puede crear bacterias resistentes que luego nos complican la vida a nosotros. ¡Es un brete proteger nuestra salud y la de todos, maes!
En fin, que aprovechemos estas fiestas con mucho sabor y responsabilidad. Pero dime, ¿tú qué corte de cerdo prefieres para tus tamales y cenas de fin de año? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios y cuéntanos tus trucos para escoger la mejor carne y evitar jalarnos una torta!
Esto no es novedad para nadie que siga la onda del mercado. Ya veníamos viendo un crecimiento constante en los últimos años, y ahora en 2024 alcanzamos los 19,3 kilos por persona. ¡Una barbaridad! Eso sí, con tanto festejito, hay que estar ojo avizor para asegurarnos de que la carne que compramos venga de lugares seguros y responsables, mi pana.
Carlos Soto, vocero de la Granja Porcina Americana, nos cuenta que los cortes estrella de esta época son la posta y la paleta, imprescindibles para los tamales, la pierna para las cenas navideñas y de fin de año, y el lomo de cerdo que ya se ganó su espacio. Y ni hablar de la costilla troceada y la San Luis, perfectas para armar una parrilla a todo dar. ¡Qué carga de opciones deliciosas!
Pero, ¿cómo hacemos para disfrutar de todo esto sin jalarnos una torta? Los expertos recomiendan empezar por buscar productos de granjas certificadas. Estas granjas siguen unas reglas estrictas, como las BPUMV (Buenas Prácticas de Uso de Medicamentos Veterinarios), para asegurar que la carne esté segura y libre de cualquier problema. ¡Ojo con eso, chunches!
Además, es vital revisar bien el etiquetado y saber de dónde viene el producto. Verifiquen el nombre del productor, la fecha de empaque, si tiene trazabilidad y, obviamente, los sellos de certificación. Así evitamos sorpresas desagradables y sabemos que estamos comprando calidad. Y compren en lugares confiables, como carnicerías, supermercados o distribuidores regulados, donde saben cómo mantener la carne fresca y segura.
Otro consejo importante es chequear las condiciones de refrigeración. La carne de cerdo siempre debe estar fría, así que eviten comprar productos que hayan estado expuestos a la temperatura ambiente o tengan algún cambio raro de color u olor. ¡Mejor prevenir que lamentar, diay!
Y no olvidemos lo del manejo correcto de la carne. Lávate las manos antes y después de tocarla, usa utensilios limpios y asegúrate de cocinarla bien para matar cualquier bichito malo. También es fundamental controlar el uso de antibióticos en las granjas, porque el abuso de estos medicamentos puede crear bacterias resistentes que luego nos complican la vida a nosotros. ¡Es un brete proteger nuestra salud y la de todos, maes!
En fin, que aprovechemos estas fiestas con mucho sabor y responsabilidad. Pero dime, ¿tú qué corte de cerdo prefieres para tus tamales y cenas de fin de año? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios y cuéntanos tus trucos para escoger la mejor carne y evitar jalarnos una torta!