¡Ay, Dios mío! Ya estamos pensando en el 2026 y parece que la seguridad le da pelea a todo lo demás. No es jaco, la gente está preocupadísima y eso se nota clarito en la última encuesta de la UCR. Los ánimos andan feos, vamos.
De acuerdo con el estudio del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la UCR, más del 40% de los ticos tiene en la lucha contra la delincuencia su máxima prioridad a la hora de elegir al próximo gobierno. Esto sí que es un brete, porque significa que los políticos van a tener que ponerlele duro a este tema si quieren llevarse el voto de la mayoría. Ni hablar de promesas vacías, ahora la chispa está en resultados.
Claro, no es solo la seguridad. Las cosas económicas siguen siendo un dolor de cabeza para muchos, y la educación y la salud también se pelean un lugar en la mente de los votantes. Pero, díganme, ¿quién puede pensar en mejorar la salud si vive con miedo de salir a la calle? Es un círculo vicioso, ¿verdad?
El CIEP nos recuerda que todo esto –la seguridad, la economía, la educación– viene arrastrándose desde hace rato, son problemas que ya llevan tiempo royéndonos la paciencia. Además, agregan otros temas que la gente expresa de forma más general: gobernanza y la institucionalidad pública. O sea, que no solo queremos que nos protejan, sino que lo hagan bien hecho, con transparencia y sin corrupción, ¡diay!
La encuesta, realizada en diciembre pasado con una muestra de casi 1,800 personas (con un margen de error de 2.3 puntos, para los estadísticos de turno), pinta un panorama interesante. Consultaron a gente por teléfono entre finales de noviembre y principios de diciembre, así que los datos, aunque recientes, pueden haber cambiado un poquito con tanta cosa que ha pasado.
Y hablando de cambios, la encuesta también revela algunas sorpresas con respecto a las preferencias de voto. Parece que Álvaro Ramos no anda muy bien posicionado, es el candidato que más rechazo genera entre los encuestados. Laura Fernández, mientras tanto, aparece como la favorita entre los indecisos y los que ya tienen claro su voto. Esto definitivamente es un giro inesperado. ¡Qué vareta!
Además, la encuesta toca otro tema que me da qué pensar: el autoritarismo. Resulta que una de cuatro personas en Costa Rica no ve tan mal la idea de sacrificar un poco la democracia a cambio de más seguridad. ¡Eso sí que es salado! Me pregunto qué tan dispuestos estaríamos a ceder derechos si pensamos que es la única forma de sentirnos seguros. Creo que debemos reflexionar mucho sobre esto, porque andamos apurados y sin medir consecuencias.
Bueno, compañeros del Foro, aquí les dejo este panorama. La verdad es que las elecciones de 2026 se vienen con sabor a incertidumbre, pero también con la oportunidad de exigir un cambio real. Ahora dime, ¿crees que la preocupación por la seguridad podría llevarnos a aceptar medidas que limiten nuestras libertades individuales en aras de la seguridad nacional? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para sentirnos protegidos?
De acuerdo con el estudio del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la UCR, más del 40% de los ticos tiene en la lucha contra la delincuencia su máxima prioridad a la hora de elegir al próximo gobierno. Esto sí que es un brete, porque significa que los políticos van a tener que ponerlele duro a este tema si quieren llevarse el voto de la mayoría. Ni hablar de promesas vacías, ahora la chispa está en resultados.
Claro, no es solo la seguridad. Las cosas económicas siguen siendo un dolor de cabeza para muchos, y la educación y la salud también se pelean un lugar en la mente de los votantes. Pero, díganme, ¿quién puede pensar en mejorar la salud si vive con miedo de salir a la calle? Es un círculo vicioso, ¿verdad?
El CIEP nos recuerda que todo esto –la seguridad, la economía, la educación– viene arrastrándose desde hace rato, son problemas que ya llevan tiempo royéndonos la paciencia. Además, agregan otros temas que la gente expresa de forma más general: gobernanza y la institucionalidad pública. O sea, que no solo queremos que nos protejan, sino que lo hagan bien hecho, con transparencia y sin corrupción, ¡diay!
La encuesta, realizada en diciembre pasado con una muestra de casi 1,800 personas (con un margen de error de 2.3 puntos, para los estadísticos de turno), pinta un panorama interesante. Consultaron a gente por teléfono entre finales de noviembre y principios de diciembre, así que los datos, aunque recientes, pueden haber cambiado un poquito con tanta cosa que ha pasado.
Y hablando de cambios, la encuesta también revela algunas sorpresas con respecto a las preferencias de voto. Parece que Álvaro Ramos no anda muy bien posicionado, es el candidato que más rechazo genera entre los encuestados. Laura Fernández, mientras tanto, aparece como la favorita entre los indecisos y los que ya tienen claro su voto. Esto definitivamente es un giro inesperado. ¡Qué vareta!
Además, la encuesta toca otro tema que me da qué pensar: el autoritarismo. Resulta que una de cuatro personas en Costa Rica no ve tan mal la idea de sacrificar un poco la democracia a cambio de más seguridad. ¡Eso sí que es salado! Me pregunto qué tan dispuestos estaríamos a ceder derechos si pensamos que es la única forma de sentirnos seguros. Creo que debemos reflexionar mucho sobre esto, porque andamos apurados y sin medir consecuencias.
Bueno, compañeros del Foro, aquí les dejo este panorama. La verdad es que las elecciones de 2026 se vienen con sabor a incertidumbre, pero también con la oportunidad de exigir un cambio real. Ahora dime, ¿crees que la preocupación por la seguridad podría llevarnos a aceptar medidas que limiten nuestras libertades individuales en aras de la seguridad nacional? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para sentirnos protegidos?
