¡Ay, Dios mío! Parece que el clima nos está regañando, ¿eh? El Caribe Sur de Costa Rica está pasando por una sequía declarada oficialmente, y eso no es precisamente la fiesta que le gusta a nadie. El IMN confirmó que la cosa está seria, después de revisar todos esos números técnicos aburridos que hacen los meteorólogos. Pero la verdad, el asunto ya se siente en la calle, y no es pa’ echarle risa.
La sequía se está concentrando en esas zonas playeras que tanto nos gustan, desde Limóncito hasta prácticamente el corazón del cantón. Dicen que esto del clima anda raro, y no es nuevo. Según los expertos del IMN, el problema viene principalmente porque el mar Caribe está más caliente de lo normal, como si estuviera hirviendo, y los empujes fríos – esos vientos frescos que nos traen la lluvia – no quieren venir a visitarnos con ganas. ¡Qué torta!
Karina Hernández, de la Unidad de Climatología del IMN, nos explicó que ya llevamos un buen tiempo sin tener sequía en ninguna parte del país, pero este 2024 llegó El Niño a ponerle pausa al asunto. Justo cuando pensábamos que la cosa estaba echándose a andar con las lluvias, ¡bum!, otra vez la sequía nos agarró desprevenidos. Fue un alivio cuando las lluvias regresaron al final del año pasado, reviviendo la vertiente Caribe y la Zona Norte Oriental que estaban sufriendo. Pero parece que no duró mucho, diay.
Pero, ¿cómo se declara formalmente esta sequía, preguntan? Pues resulta que usan algo llamado Índice de Precipitación Estandarizado (SPI), que lo recomienda la Organización Meteorológica Mundial. Necesitan tres trimestres malos seguidos o cinco meses donde no llueva como debería, que haya estaciones de monitoreo confirmándolo, y que el problema sea en toda la zona, no solo en un puntito perdido. Ahí se cumple el requisito para decir que realmente estamos en sequía, mae.
Y ojo, que aunque en las montañas se les esté dando bien, en la costa la cosa está seca, muy seca. Activaron el Sistema de Alerta Temprana de Sequía (SAT-sequía) del IMN porque el agua no quiere caer. Y dicen que no solo es la falta de empujes fríos, sino también esa “piscina cálida” en el Caribe que está jugando con el clima y afectando todas las circulaciones atmosféricas, desde la época de huracanes hasta estos empujes tardíos. ¡Qué carga!
Lo curioso es que, aunque estemos en sequía, aún así llueve. Como bien dijo Hernández, la sequía en el Caribe no es como la del Pacífico, donde se queda todo seco, seco. Aquí seguimos viendo gotitas, pero no suficientes para llenar nuestros tanques ni para alegrarle el día a los agricultores. Por eso, aunque veamos un sol radiante, no significa que no estemos en sequía. Tiene que ver con la cantidad de agua que recibimos, y ahí es donde estamos cortos, chunches.
Ahora, ¿qué significa esto para la agricultura? Bueno, no será un desastre generalizado, explican. Depende del tipo de cosecha y de en qué momento esté creciendo. Algunas plantas de la costa quizás sufran un poquito por la falta de agua, pero otras, como las bananas y plátanos, podrían hasta beneficiarse temporalmente porque hay menos hongos y enfermedades por la humedad reducida. ¡Qué chiva! Menos agua en algunas zonas lluviosas como el Caribe puede quitarle peso a los problemas de salud de las cosechas.
En fin, la cosa está complicada por allá en el Caribe Sur. Algunos sectores del Caribe Norte también están empezando a dar señales de alarma, pero aún no es algo preocupante a nivel general. Mientras tanto, nosotros aquí esperamos que el clima decida ponernos un poco de alegría con unas buenas lluvias, y que no siga siendo ¡qué despiche! ¿Ustedes creen que vamos a ver pronto una mejora significativa en el panorama climático o debemos prepararnos para enfrentar consecuencias más severas durante los próximos meses?
La sequía se está concentrando en esas zonas playeras que tanto nos gustan, desde Limóncito hasta prácticamente el corazón del cantón. Dicen que esto del clima anda raro, y no es nuevo. Según los expertos del IMN, el problema viene principalmente porque el mar Caribe está más caliente de lo normal, como si estuviera hirviendo, y los empujes fríos – esos vientos frescos que nos traen la lluvia – no quieren venir a visitarnos con ganas. ¡Qué torta!
Karina Hernández, de la Unidad de Climatología del IMN, nos explicó que ya llevamos un buen tiempo sin tener sequía en ninguna parte del país, pero este 2024 llegó El Niño a ponerle pausa al asunto. Justo cuando pensábamos que la cosa estaba echándose a andar con las lluvias, ¡bum!, otra vez la sequía nos agarró desprevenidos. Fue un alivio cuando las lluvias regresaron al final del año pasado, reviviendo la vertiente Caribe y la Zona Norte Oriental que estaban sufriendo. Pero parece que no duró mucho, diay.
Pero, ¿cómo se declara formalmente esta sequía, preguntan? Pues resulta que usan algo llamado Índice de Precipitación Estandarizado (SPI), que lo recomienda la Organización Meteorológica Mundial. Necesitan tres trimestres malos seguidos o cinco meses donde no llueva como debería, que haya estaciones de monitoreo confirmándolo, y que el problema sea en toda la zona, no solo en un puntito perdido. Ahí se cumple el requisito para decir que realmente estamos en sequía, mae.
Y ojo, que aunque en las montañas se les esté dando bien, en la costa la cosa está seca, muy seca. Activaron el Sistema de Alerta Temprana de Sequía (SAT-sequía) del IMN porque el agua no quiere caer. Y dicen que no solo es la falta de empujes fríos, sino también esa “piscina cálida” en el Caribe que está jugando con el clima y afectando todas las circulaciones atmosféricas, desde la época de huracanes hasta estos empujes tardíos. ¡Qué carga!
Lo curioso es que, aunque estemos en sequía, aún así llueve. Como bien dijo Hernández, la sequía en el Caribe no es como la del Pacífico, donde se queda todo seco, seco. Aquí seguimos viendo gotitas, pero no suficientes para llenar nuestros tanques ni para alegrarle el día a los agricultores. Por eso, aunque veamos un sol radiante, no significa que no estemos en sequía. Tiene que ver con la cantidad de agua que recibimos, y ahí es donde estamos cortos, chunches.
Ahora, ¿qué significa esto para la agricultura? Bueno, no será un desastre generalizado, explican. Depende del tipo de cosecha y de en qué momento esté creciendo. Algunas plantas de la costa quizás sufran un poquito por la falta de agua, pero otras, como las bananas y plátanos, podrían hasta beneficiarse temporalmente porque hay menos hongos y enfermedades por la humedad reducida. ¡Qué chiva! Menos agua en algunas zonas lluviosas como el Caribe puede quitarle peso a los problemas de salud de las cosechas.
En fin, la cosa está complicada por allá en el Caribe Sur. Algunos sectores del Caribe Norte también están empezando a dar señales de alarma, pero aún no es algo preocupante a nivel general. Mientras tanto, nosotros aquí esperamos que el clima decida ponernos un poco de alegría con unas buenas lluvias, y que no siga siendo ¡qué despiche! ¿Ustedes creen que vamos a ver pronto una mejora significativa en el panorama climático o debemos prepararnos para enfrentar consecuencias más severas durante los próximos meses?